No soy Soobin

Capítulo 23

La jornada escolar había terminado. Beomgyu se despidió de su mejor amigo, quien también se dirigía a su club y caminó apresuradamente hasta la sala del centro estudiantil. Se detuvo frente a la puerta, nervioso, inseguro. Sabía que podría hablar con su hermano mayor por mensaje, pero no quería confesarle que aún conservaba el número del cual supuestamente se había deshecho. 

- ¿Beomgyu? - Una voz femenina llamó su nombre y se dio la vuelta, encontrándose con una sonriente Yuna acompañada de otro par de personas.

- Oh, buenas tardes, Yuna. - Saludó, dedicándole una suave sonrisa, provocando que la mirada de la muchacha se iluminara ante el dulce gesto.

- Buenas tardes, ¿vienes a ver a Soobin oppa? - Jugaba con un mechón de su pelo, mostrándose repentinamente tímida ante los ojos oscuros del castaño. Sin embargo, el ambiente fue cortado de inmediato por uno de sus acompañantes.

- ¡Oh, eres el hermano menor del presidente! - Un chico prácticamente saltó sobre él, inspeccionándolo. - Hombre, ¡ustedes no se parecen en nada! - La otra chica, que miraba al chico como si fuese un completo idiota, entornó los ojos antes de mirar atentamente al castaño.

- Jay, ya va, déjalo en paz. - Tomó el brazo del chico, alejándolo. - Aunque ciertamente... eres igual de guapo que Soobin, que dulzura. - Las mejillas del castañito se tiñeron de un potente rojo ante el comentario de la desconocida.

- Chaeryeong, no le coquetees. - La chica estaba a punto de golpear al chico, pero este logró escaparse, abriendo la puerta antes de girarse nuevamente al menor. - ¡Venga, niño, ve con tu hermano! - Y sin agregar más, lo empujó hacia el interior de la sala.

- Chicos, en serio, ¿por qué están siendo tan rui-? - Soobin, quien estaba revisando unos papeles, rápidamente se calló al notar la presencia de su hermano menor. - ¿Beomgyu? - Los tres jóvenes se escabulleron hasta la mesa de juntas, observando con curiosidad a ambos hermanos.

- Hyung. - Su sonrisa era nerviosa mientras caminaba hasta él. - Hola... - Musitó, agachando la mirada.

- ¿Ha sucedido algo? - Lo inspeccionó, sus ojos deteniéndose en su mejilla que aún se conservaba ligeramente enrojecida. - ¿Te sientes mal? - El menor agitó la cabeza en negación, por fin atreviéndose a mirarle.

- Yo... quería disculparme por como te traté ayer. - El pelimorado simplemente se mantuvo en silencio, sin saber qué decir. - N-no quería... no quería desquitarme contigo.

- Tampoco fuimos justos contigo, Beomgyu. - La mirada de Soobin era gentil y el menor rápidamente se sintió más tranquilo, pues no sabría qué hacer si su hermano mayor también terminara por hartarse de él. - ¿Volverás a casa entonces?

- No, eso es... - Rió levemente. - No creo que sea adecuado aún, hyung, todo esto es demasiado reciente. Por lo menos por hoy me quedaré en casa de Kai y ya mañana veré. - Sonrió con sinceridad, pero para el mayor fue difícil sonreír de igual manera. - ¿Podrías hablar con papá? Para que no se preocupe...

- No te preocupes, yo le aviso. Ve con cuidado, Gyu. - El menor inclinó levemente su cabeza, en señal de despedida, girándose luego hacia la mejor amiga de Ryujin.

- Hasta luego, Yuna. - Le dedicó una sonrisa.

- Ha-hasta luego. - Balbuceó avergonzada, pues no quería que el castaño le descubriera viéndolo.

Los cuatro pares de ojos siguieron al menor que caminaba hasta la puerta para salie, sin embargo, esta se abrió repentinamente dejando ver a un peliazul entrando apresurado. 

- ¡Siento llegar tar-! - Se detuvo súbitamente al notar que a un paso de distancia se encontraba el lindo castañito. - Oh...

- No has llegado tarde, Yeonjun. Es más, aún faltan muchos por llegar. - Le tranquilizó Soobin, pero fue completamente ignorado por el peliazul porque este se encontraba más entretenido mirando de cerca al menor.

- Choi pequeño, hey. - Le saludó, una sonrisa en su boca. - ¿Qué haces aquí? ¿Vienes a ver a tu hermano? Oww, eso es tan lindo. ¿Por qué no hablas? ¿Por qué te estás sonrojando? Choi pequeño, eres realmente tímido. - Acercó su dedo índice a su mejilla, tocándolo. Beomgyu se sobresaltó y alzó por fin su rostro, mirándolo con ojos asustadizos. - Hey, tú... - Se detuvo, notando la mejilla enrojecida por algo que no era rubor. - ¿Qué te ha sucedido? - Preguntó, su mano posándose sin vergüenza en la piel del menor.

Beomgyu sintió que su corazón estaba a punto de escapar en cuanto sintió los dedos de Choi Yeonjun acariciar su mejilla. 

- Ah, ese golpe se ve feo, ¿cómo te lo has hecho? - El mayor hizo un puchero, sin dejar de inspeccionarlo. Soobin, desde su escritorio, se tensó al ver al peliazul siendo tan atento con su hermano pequeño.

- Yo... me golpeé contra un mueble, hyung. - Musitó. - No es nada grave.

- Oh. - La sonrisa se extendió por sus labios mientras su voz disminuía, cerrando el espacio entre ambos. - Tienes un rostro realmente bonito. Sé más cuidadoso, ¿sí? - Los ojos del castañito eran similares a los de un lindo cachorro y Yeonjun no pudo evitar acariciar levemente su cabeza cuando este asintió.

- S-sí, tendré cuidado. - Se distanció de él, intentando recordar cómo respirar. - Yo... esto... tengo que irme a mi club. - Señaló la puerta, esquivando su mirada.

- Oh, vale. - Asintió, viendo cómo el menor pasaba por su lado. - ¡Que tengas un buen día, Gyu! - Y el menor sólo le dedicó una mirada, sus labios modulando un silencioso "tú también" antes de finalmente retirarse. - Ah, tan lindo. - Suspiró.

- Dios, ¿qué es esto? - Jay lo miró raro. - Hombre, ¡tú realmente disparabas corazones por tus ojos mientras lo mirabas! - El peliazul entornó los ojos, caminando hasta el grupo para sentarse con ellos.

- ¿Qué quieres que haga? Él es adorable.

- No te lo discuto, es más, estoy muy decepcionado. - Admitió el chico. - Digo, ¿dónde está el chico de los rumores? ¡Yo realmente me esperaba un delincuente juvenil! - Unas carpetas cayeron estrepitosamente contra el escritorio y todos giraron a ver a Soobin, quien le dedicó una mirada vacía a su compañero.




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