No soy Soobin

Capítulo 38

- ¿Yeonjun te ha invitado a salir? - La voz del menor evidenciaba sorpresa y Beomgyu sólo se retorció en su cama como una lombriz al escuchar aquello en voz alta. - Él hace movimientos inesperados, ¿no?

- Es sólo una salida de amigos, Hyuka. - Suspiró, sonriendo idiotizado incluso si él mismo había recalcado la palabra "amigos".

- ¿Cuál es su repentino interés en ti?

- Quiere agradecerme por algo y...

- ¿Agradecerte por algo? Beomgyu, ¿hay algo que no me has dicho? Porque últimamente no has dejado de decir cosas como "es para devolverle un favor", "es que hice algo por él el otro día" y más mierdas por el estilo. - El mayor suspiró, aunque su amigo no tenía malas intenciones, está claro que se mostraba un poco resentido. - ¿Entonces?

- Es una larga historia...

- Y tú nunca usas tu saldo, así que aprovecha, escupe todo ahora o te cierro las puertas de mi casa.

- ¡No puedes hacer eso! - Reclamó. - Ese día, el que me pediste que me fuera a quedar a tu casa...

- ¿Sí?

- Estuve en casa de Taehyun, ¿sí? Resulta que Yeonjun se enteró de lo mi hermano y Yeji y entonces... él estaba realmente deprimido. Taehyun tenía algo pendiente y yo cuidé de Yeonjun hyung, quien por cierto estaba completamente borracho. Esa es la historia.

- Pero tú... - Su voz sólo representaba más molestia. - ¿Acaso eres masoquista? ¿Por qué vas a cuidar del chico que te gusta cuando está deprimido porque su estúpido amor platónico se le ha escapado de las manos? - Beomgyu abrió la boca, queriendo responder, pero Huening continuó hablando. - ¡Espera! ¡Me has dicho que ese día estuviste con Taehyun hablando de tu baile! ¿Me has mentido? - El mayor suspiró. - De acuerdo, olvídate de mí.

- Pero, Hyuka... - Hizo un mohín. - ¡Acepto mi error! ¿De verdad vas a terminar lo nuestro por eso?

- Sí.

- Estoy muuuuy arrepentido. - Aseguró, su voz sonando con demasiada tristeza. - No cortes conmigo, ¿sí? Me lanzaré de un edificio si cortas conmigo.

- ¿Me estás chantajeando?

- Mi corazón definitivamente se romperá en pedacitos si tú me dejas, Kai Kamal Huening. - Dramatizó, escuchando al menor bufar al otro lado de la línea. - Hey, que no te he montado los cuernos, deberías de calmarte.

- Beomgyu, ¿por qué siempre hablas de nosotros como si estuviésemos en ese tipo de relación? ¿Sabes lo extraño que resulta eso? - El castañito rió divertido, el rubio también sonrió al escucharlo. - Y si tanto deseas que te siga el juego, ¿debería ir a golpear a Choi Yeonjun ahora? ¿Debería enojarme contigo porque has fijado una cita con otro tipo mientras me tienes a mí?

- ¡No es una cita! - Refunfuñó.

- Quieres que sea una cita. - Su voz fue burlona, Beomgyu cubrió su rostro con una almohada y ahogó una maldición mientras su mejor amigo no dejaba de reír. - Si él llega a meter la pata, dímelo, no quiero tener que sacarte la información a la fuerza.

- Ah, pero si él mete la pata, tú querrás golpearlo, Hyuka. - Respondió con pena. - Yeonjun es demasiado lindo como para ser golpeado.

- Acabas de sonar asquerosamente cursi, no lo soporto. Vete a dormir y mañana no actúes como un fanboy frente a ese imbécil. Hazte de rogar, mocoso.

- ¿Me estás aconsejando? Oh, eso es tan... - El menor cortó, dejándolo con las palabras en la boca. - Ah, es despiadado, realmente me gusta esa parte de él. - Admitió con una sonrisa irónica mientras lanzaba su celular por debajo de la almohada. - Yo... mañana saldré con Yeonjun. - Murmuró, observando atentamente el techo de su habitación. - ¿Por qué soy el único nervioso aquí? - Rodó por su cama, tapando su rostro avergonzado cuando pensó en el chico que le gustaba. - ¡No es justo!

- ¿Beomgyu? - El castañito se enderezó rápidamente en su cama, encontrándose con su hermano mayor que se asomaba por la puerta. - ¿Está todo bien?

- Lo está. - Beomgyu lo miró curioso, sus ojos posándose un instante en su mano vendada.

El mayor había dicho durante la cena que se había lastimado durante la clase de educación física y que no era nada grave, la venda era una simple exageración. No obstante, él no podía dejar de pensar en el parche en la nariz de Heeseung, su conversación con Taehyun y cómo todo resultaba demasiado extraño para llamarlo una simple coincidencia. 

Pero, ¿era Soobin la clase de persona que se involucraría en una pelea? No, eso simplemente era... irracional. Lo era, ¿cierto?

- ¿Puedo hacerte una pregunta? - El menor asintió vagamente, sus pensamientos difusos aún desconcentrándolo. - El almuerzo extra que hiciste... dijiste que era para un chico del club.

- Taehyun hyung. - Asintió.

- ¿Ese chico está en el club de fotografía?

- No, hyung, es algo... aparte. - Sonrió con pena. - Taehyun y Heeseung son chicos del club de baile. Están preparando su número para el aniversario y me han pedido que me uniera a ellos.

- Pero... tú no bailas. - El pelimorado le miró con extrañeza, Beomgyu soltó una risita nerviosa ante ese comentario y no demoró en apartar la mirada.

- Yo no... uhm... sí, no bailo. - Respondió en voz baja. - Pero... sólo soy un bailarín de relleno, estoy dando lo mejor de mí.

- Ah. - Soobin no pareció muy convencido. - Y si eres sólo un bailarín de relleno... ¿es realmente necesario que participes junto a ellos? - Beomgyu volvió a mirarle. - Lo siento, Gyu, pero esos chicos... no me dan buena espina. - Admitió. - ¿No prefieres concentrarte sólo en una cosa? Seguramente tienes un proyecto para tu club de fotografía también, ¿no?

El castaño le miró atentamente, notando la preocupación en su mirada y la ansiedad que repentinamente parecía consumirle. Sus ojos volvieron a posarse en la mano vendada de su hermano mayor y algo similar a un golpe en el estómago lo atacó. 

Soobin lo sabía, él definitivamente había sido la persona que había escuchado a Heeseung y, por deducción, le había golpeado. 

Su hermano mayor le había defendido. Su hermano mayor estaba ahí, de pie en su puerta mirándole con ojos suplicantes porque de verdad no deseaba que se involucrara con esos chicos. Y aunque él deseara complacerle y brindarle un poco de paz a su corazón, simplemente no podía. Beomgyu no quería huir sólo por haber recibido un golpe más a su autoestima. 




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