No soy Soobin

Capítulo 59

Yeonjun se recostó en el colchón inflable, observando fijamente su celular tras haberlo dejado todo el rato cargando. Había cenado y visto un par de películas con sus amigos, pero no había encontrado sosiego en ello. Beomgyu había tomado distancia de él y no era mera suposición suya, de otra forma, no se explicaba por qué incluso había decidido sentarse en un extremo del sofá, dejándolo a él en otro extremo mientras Taehyun quedaba en medio, intentando superar la tensión entre ambos. Él hacía comentarios de vez en cuando, recibiendo respuestas de su mejor amigo mientras el menor se quedaba en silencio. No obstante, cuando era el de cabello ceniza quien decía algo, el castaño no tardaba en responder o incluso reír de sus pequeñas bromas. ¿Beomgyu se estaba alejando por lo sucedido hace unas horas? ¿Se había dejado llevar demasiado al intentar besarlo? ¿O fue demasiado estúpida la excusa usada después de ello?

Se volvió un ovillo en el colchón, encendiendo finalmente su celular, y sus ojos brillaron al revisar sus notificaciones y encontrar un mensaje de su amigo.

Bebé de 16 años

¿Sigues enojado?

¿Enojado? Él no estaba enojado, él se sentía un miserable idiota, nada más. Hace dos semanas había descargado su enojo con él y aún se sentía demasiado avergonzado de sí mismo como para retomar la conversación, incluso si entre su arrebato había dicho un par de verdades. Por otro lado, lo cierto es que también se encontraba irritado al pensar que ese chico se trataba verdaderamente de Beomgyu. Al que, ¿cómo podría hablarle normalmente después de todo lo ocurrido? Pero no pudo evitar sentirse triste al respecto, porque era consciente de cuánto extrañaba eso; sus mensajes, su preocupación, sus sutiles coqueteos. Yeonjun quería al chico de los mensajes de regreso, simplemente porque las cosas eran más fáciles así. Se fijó en la hora en la que había recibido el mensaje y un puchero se formó en sus labios al comprobarlo, notando que también esa era su última hora de conexión. Demasiado tarde.

La puerta se abrió en ese momento y su mirada no tardó en desviarse hacia Taehyun, quien acababa de volver luego de dejar cómodamente a Beomgyu en otro lugar. Hace un rato los tres estaban cuestionándose cómo dormirían y el dueño de casa terminó cediéndole la habitación de invitados al menor del grupo en cuanto este expresó su deseo de estar solo. Yeonjun se sintió decepcionado al verificar que le hubiese gustado compartir el cuarto con él, no obstante, también le alivió que no terminara eligiendo a Taehyun como compañero. ¿Sus amigos habrían sido capaces de dejarlo solo para poder estar juntos?

El de cabello ceniza no dijo nada, sólo caminó hasta su cajón y sacó un pijama, comenzando a desvestirse sin más. Yeonjun miraba fijamente como retiraba las prendas y sus labios se fruncieron al ver su cuerpo. El peliazul había visto a su amigo desnudarse cientos de veces antes, incluso desde que eran niños; para ellos era simplemente natural. Ahora en cambio, era primera vez que reparaba en ciertos detalles, como por ejemplo sus brazos tonificados y sus abdominales bien marcados. Él lloriqueó mentalmente al mirar fugazmente sus propios brazos y sentirse lo más cercano a un tallarín. Sus ojos volvieron sobre su amigo, quien ahora también lo miraba, y sonrió apenado al notar el ceño fruncido de este.

- ¿Por qué me miras tanto? - Cuestionó, un poco turbado.

- Tienes un lindo cuerpo. - Admitió con simpleza.

- ... ¿gracias? - Taehyun agitó su cabeza, quitándole importancia al asunto y terminó de vestirse. Yeonjun, por su parte, siguió mirándole como un cachorro triste.

Bien, viéndolo así, no era sorprendente que Beomgyu prefiriera a Taehyun, ¿cierto?

- Estás callado. - Taehyun caminó hasta su cama para acostarse. - ¿Sucede algo?

- Estoy cansado.

- Y es inusual que lo digas. - Le miró. - ¿Cómo está tu dedo?

- Está bien, sólo ha sido un pequeño corte.

- Te lo advertí, hyung. Si sabes cuánto se te complica la cocina, ¿por qué has insistido?

- Porque estaban ustedes solos, me estaban excluyendo. - Su voz denotaba cierta molestia. - Si querías estar solo con Beomgyu, sólo tenías que decírmelo.

- ¿De qué hablas? Yo no intentaba estar solo con Beomgyu. - El mayor no respondió. - Es más, siempre que vienes a mi casa te prohíbo intentar cocinar, ¿lo recuerdas? Esto no es por Beomgyu, es porque no sabes cocinar y, mientras yo pueda hacerlo, entonces no hay necesidad de que me ayudes. Sobre lo otro, fue él quien me ofreció su ayuda, yo no se la pedí. - El peliazul siguió mirándole, imperturbable, y Taehyun finalmente suspiró. - Siento si sentiste que te dejábamos de lado, hyung.

- No es sólo la cocina. - Por fin dijo. - ¿No te diste cuenta? Ustedes estaban dejándome de lado incluso durante la cena y las películas.

- No fue así.

- Lo fue. Él te pone atención a ti y a mí... me ignora, no le importo. Sólo es Taehyun hyung esto y Taehyun hyung lo otro y entonces... - El de cabello ceniza lo miraba serio. - ¿Qué?

- Estás celoso.

- Yo no estoy...

- Yeonjun. - Lo interrumpió. - ¿Te gusta Beomgyu?

- ¿Qué? - Amplió sus ojos, mirándole ansioso. - No, ¡no me gusta! A mí me gusta Soo...

- Ya. - Volvió a cortarle. - Soobin hyung, ¿no? Mira, llevabas tiempo sin repetir esa estupidez, pero eres experto en arruinarlo todo. - Giró sobre su cama, molesto, dándole la espalda a su mejor amigo. Yeonjun frunció su ceño, también sintiéndose irritado mientras veía la espalda del de cabello ceniza. ¿Por qué se ponía tan tosco de repente?

- Nunca me apoyas cuando me gusta alguien. - Mencionó, con voz que oscilaba entre la pena y la ofensa. - Siempre eres igual, Taehyun. Yo te hablo de alguien y haces oídos sordos o dices que mi amor es estúpido. Eso no es lindo, ¿sabes? - Taehyun cerró sus ojos, agotado, queriendo decirle que eso no era cierto, que él, más que cualquier persona en todo el maldito mundo, quería cuidar su corazón y por eso había intentado alejarlo de sentimientos tóxicos, ¿pero cómo hacerle entender eso? Yeonjun simplemente no quería verlo; él ni siquiera estaba viendo lo mucho que ahora intentaba empujarlo a brazos de una persona que realmente lo amaba por quien era. - ¿No vas a responderme?




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