No soy Soobin

Capítulo 62

- Así que bien... es eso.

Sin dar muchos detalles, Heeseung terminó de contar lo sucedido con Soobin unos minutos atrás, sintiendo el silencio extenderse en el grupo. El almuerzo estaba por terminar y sabía que no había mucho que negociar al respecto, después de todo, ellos estaban seguros de que actuarían incluso ante los contras.

- ¿Por qué han planeado esto solos? - Huening Kai tenía sus brazos cruzados sobre el pecho, no muy a gusto con el plan. - Estuvimos ahí también, tenemos algo que decir también.

- Estás condicional. - Fue Beomgyu quien se lo recordó como tantas veces, la incomodidad palpable en su voz mientras giraba hacia su mejor amigo. - No eres la persona favorita del director, Hyuka, así que...

- Así que esto sólo se rige por favoritismos, ¿no? Los chicos problemáticos no tienen voz aquí. - Le cortó Huening Kai y Beomgyu enmudeció, sin poder contraatacar. ¿Qué más podía decir al respecto? Aunque el resto dijera que no, lo cierto es que siempre habría favoritismos.

- ¿Qué hay de mí? - Yeonjun miraba confundido a su amigo. - Yo también soy testigo.

- Ante el peor de los casos, el presidente teme que puedas arriesgar tu puesto, hyung. - El peliazul presionó sus labios mientras pensaba en ello, pues no podía creer que Soobin prefiriera tener un testigo menos antes que ponerlo en riesgo a él.

- Taehyun y Beomgyu... ¿no corren riesgo ellos también? - Se animó a preguntar. - Ellos han peleado, después de todo.

- Puedo entenderlo. - Heeseung sonrió, intentando tranquilizarle. - Pero creo que debemos confiar en el hermano de Beomie, estoy seguro de que él hará todo lo posible para que no reciban una sanción. Y en caso de tenerla, probablemente no sea la gran cosa. - Miró a ambos involucrados. - Lo siento, chicos.

- Da igual. - Taehyun se encogió de hombros, girando hacia el castaño. - Beomie, tú ya has limpiado baños, ¿cierto? Haremos un buen equipo. - Beomgyu entornó los ojos, soltando una suave risita, y su ánimo se vio consumido un poco mientras bajaba la mirada. - ¿Beomie?

- Siento esto. - Murmuró. - Siento que todos terminen involucrados en esto por mi culpa.

- Ellos ya te golpearon una vez, Beomgyu, los tres. - Le recordó Huening Kai. - También te golpearon cuando salvaste a los cachorros. - El castaño mordisqueó su labio, recordando el momento, y todos los presentes entristecieron al escuchar tales palabras. ¿Por cuánto más habían pasado antes de que llegaran a conocerse? - Te humillaron y te suspendieron, como si hubieras sido el culpable de todo. Así que si tu hermano quiere tomar cartas en el asunto, él puede hacerlo.

- ¿Y qué si todo termina en nada? - Él no podía evitar ponerse en el peor de los casos. - ¿Y qué si deciden irse en contra de ustedes? Chicos, ustedes no saben en qué se están metiendo. - Miró a su mejor amigo. - ¿Recuerdas por qué fui suspendido? Fue porque querían involucrarte a ti, quien al estar condicional estás en constante riesgo. Tuve que asumir la culpa por ellos debido a eso. - Miró al resto. - Ustedes no están excentos de este tipo de problemas y estoy cansado de perjudicar al resto.

- Si esto termina volviéndose más grande, vamos a enfrentarlo juntos, Beomgyu. - Yeonjun extendió su mano hacia él, acariciando sus cabellos. - Eso supone una amistad, no te vamos a dejar solo.

- E incluso si intentas detenerme, yo de verdad he decidido hacer esto, ¿sí? - El pelinegro sonrió para él y tomó sus manos, presionándolas con confianza. - Es lo mínimo que puedo hacer. En el pasado fui demasiado impulsivo y llegué a lastimarte, así que si ahora puedo reparar un poco ese daño, definitivamente lo haré. Confía en nosotros, sólo hacemos esto porque deseamos lo mejor para ti.

Beomgyu contuvo el aliento, escuchando el timbre de fondo. Un nudo se formó en su garganta cuando Heeseung lo atrajo a él en un abrazo.

- Está bien, tú no tendrás que escuchar a esos imbéciles nunca más. - Prometió.

Era extraño. Beomgyu podía verse a sí mismo hace más de un año completamente solo y asustado del mundo y, aunque aún sintiera miedo, su entorno no podía ser más diferente. Él tenía amigos, después de mucho tiempo por fin tenía amigos, y aunque no quería arriesgarlos y dañarles, le conmovía la manera en que cuidaban de él.

Media hora más tarde, Heeseung se encontraba en la oficina del director junto a Soobin. Aparentemente, el pelimorado había preferido el horario de clases para solucionar aquel problema porque habían menos curiosos rondando cerca. Heeseung jamás había tratado con el director antes, pues no había necesidad, pero el hombre tenía algo que imponía y él se estaba controlando para no temblar en su asiento. Bien, quizás todo se debía a que él era por mucho un miedoso y le era difícil controlar sus emociones, pero aún así ese hombre no contenía amabilidad en su mirada.

- Te escucho. - Le dijo tras una pequeña introducción de Soobin y el pelinegro tomó una bocanada de aire antes de soltarlo todo.

Soobin le dijo que exagerara. Él le dijo que pensara en las palabras más crueles posibles. Sin embargo, mientras Heeseung recordaba toda la pelea, se preguntó si era necesario ser tan extremista, después de todo, aquellos chicos definitivamente habían sido despiadados. De todas formas, intentó concentrar los malos comentarios en dirección de Soobin, pues, tomando en cuenta que era el estudiante predilecto, estaba claro que no dudarían en ponerse de su lado.

Unos minutos más tarde, cuando su versión de los hechos acabó y el presidente estudiantil dejó caer la carpeta frente al robusto hombre, Heeseung tuvo que contener el aliento al ver los ojos de Soobin llenarse de lágrimas repentinamente. El pelimorado comenzó a hablar de los tratos crueles y despectivos de aquellos chicos luego de que se enteraran de la información que él tenía en su poder y cómo estos lo habían amenazado para que desistiera de entregar la dichosa carpeta. Debido a que él se había negado, siguiendo con su cumplimiento del deber intacto, aquel grupo no había dudado en atacar a su pequeño hermano. Las palabras, aunque exageradas, no parecían en absoluto falsas, y si Heeseung no hubiera sabido la historia de antemano, de seguro se habría puesto a llorar por lo mal que lo habían pasado los hermanos Choi. Sin embargo, como él tenía el panorama claro, sólo tuvo que esforzarse por mantener sus emociones bajo control porque no podía dejar de ver al chico junto a él como si fuera el actor más grande de todos los tiempos.




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