Beomgyu miró fijamente el escaparate de la tienda electrónica, meditando sobre lo que iba a comprar. Aquella mañana había salido más temprano de la casa de Taehyun al enterarse de que Yeonjun iba a pasar por él para ir juntos al instituto. Aparentemente, el de cabello ceniza no tenía deseos de que Yeonjun hiciera preguntas respecto a cómo ambos habían terminado pasando la noche juntos, así que él creyó que era mejor irse antes. Podía entenderlo, después de todo, Taehyun estaba intentando ocultar sus miedos, incluso si él mismo no parecía estar muy de acuerdo con ello.
El resto del día no se encontró con él. La práctica tuvo que ser cancelada debido a que Heeseung tenía que estudiar con Soobin esa tarde. Aunque la idea le resultaba extraña, una sensación gratificante se extendió en su pecho ante la idea de que pudieran comenzar a llevarse bien. Quizás sólo necesitaban tratar el uno con el otro.
- ¿Beomgyu? - Y las alarmas en su cabeza sonaron al oír esa voz. Se dio vuelta rápidamente, sorprendiéndose al encontrar a Yeonjun ahí. - ¿Andas de compras?
- Más bien... - Carraspeó, intentando no sonar cohibido. - Estoy buscando algo. ¿Qué haces aquí, hyung?
- Mi hermana está de cumpleaños este sábado, estoy buscando algo para ella. - Una sonrisa adornaba su rostro. - ¿Quieres acompañarme? Es un poco triste ir por las tiendas solo. - Y abultó su labio inferior en su intento de causar ternura.
El corazón del castañito no tardó en agitarse con esa imagen. ¿Cómo podía existir en el mundo alguien tan lindo?
- ¡Supongo que tu silencio es un sí! - Y antes de poder responder, su mano ya había sido atrapada por el contrario, quien tiró de él para marcar el paso.
Yeonjun había comenzado a decir algo respecto a su clase del día de hoy y luego estaba haciendo comentarios sobre el apagón de la noche anterior. Beomgyu intentaba seguir el ritmo de la conversación, pero era difícil poner atención a algo más que no fuera el movimiento de sus labios. El peliazul tenía la manía de humedecerlos constantemente y el menor estaba seguro de sufrir un colapso en su sistema si ese chico seguía haciéndolo junto a él. ¿Él de verdad no tenía idea de los estragos que causaba con su sola existencia?
- No creo que Eunchae quiera ropa... - El peliazul apartó la mirada de la vitrina, chasqueando con la lengua. - En realidad, ella ha dicho que quería un oso de peluche de dos metros. ¿De verdad debería comprárselo? - Beomgyu pestañeó, incrédulo, preguntándose si había oído bien.
- Un oso de... ¿dijiste un oso de dos metros? - Yeonjun asintió. - ¡¿Por qué ella querría un oso de dos metros?! - Se sobresaltó.
- Bien... - El contrario lo miró. - A ella le gustan mucho los osos y los peluches.
- ¡De dos metros! - Yeonjun sonreía divertido ante la impresión del menor. - ¿Dónde metes un oso de dos metros? ¿Ella al menos podrá cargar con él? ¿No ocupará todo su cuarto?
- Gyu... - Rió. - Yo jamás debería regalarte un oso a ti, ¿cierto? - Las mejillas del menor se pintaron de rojo ante ese comentario. - ¿O quieres uno?
- ¿Por qué me regalarías un oso? - Desvió la mirada y escondió sus manos en sus bolsillos.
- ¡Podríamos ir a la feria algún día! ¿Y qué si gano un oso y quiero regalártelo? ¿Acaso lo rechazarás?
- Quizás... quizás yo podría aceptarlo. - La sonrisa del mayor sólo se dulcificaba más. - Sólo si no es tan grande. De todas formas... - Aclaró su garganta, buscando desviar la atención de él. - ¿Es necesario que sea tan grande? ¿No son costosos?
- Los hermanos pequeños no tienen piedad por el bolsillo de los mayores. - Llevó una mano a su corazón con dramatismo. - Y bien, en realidad ella quiere presumirlo con sus amigas. Ha dicho que si era pequeño, entonces no podría presumirlo.
- ¿Presumirlo? - Beomgyu lo miró, confundido.
- Ella quiere hacerles creer que se lo ha regalado su novio.
- ¿Ella tiene un novio? - Yeonjun sonrió por su inocencia. - ¡¿Ella se ha inventado un novio?! - Y ahora el peliazul asintió. - ¿Las niñas de hoy en día hacen eso? ¿Tener un novio capaz de comprarte un oso de dos metros es algo por lo que sentirse orgullosa?
- ¡Uhm! Es algo bastante extraño, ¿no? ¡Yo también lo pienso! - Y ya no se veía tan contento. - ¡Eunchae sólo va a cumplir 10 años! ¡Ella ni siquiera debería pensar en novios!
- Bien, la vida de las niñas de primaria parece ser complicada... - Beomgyu se apoyó contra el escaparate y Yeonjun hizo un sonido de afirmación.
- ¿Y qué se supone que has venido a comprar tú?
- Una lámpara, creo. - Sonrió de soslayo. - En realidad... puede que aún me lo plantee.
Yeonjun enarcó sus cejas, sin comprenderlo del todo. Y giró su cabeza al oír el ruido de gente gritando y aplaudiendo en las cercanías. A pocos metros de él, un pequeño tumulto de personas había rodeado por completo un escenario improvisado. Beomgyu también giró a ver, queriendo saber qué había llamado su atención y ladeó su cabeza confuso al no comprender qué estaba pasando.
- ¿Por qué ellos están reunidos ahí?
- Son concursos. - Yeonjun le miró. - Hacen ese tipo de cosas todo el tiempo, ¿no sueles venir al centro? - Beomgyu negó con la cabeza. - ¡Es divertido! A veces te hacen cantar, otras veces bailar y en ocasiones hasta debes de decir un chiste. Hay diferentes premios, ¡quien mejor lo haga obtiene un premio!
- ¿Has participado?
- Mamá lo hizo una vez. - Rió. - Había que cantar y el premio del primer lugar era una arrocera. Ella me lanzó todas las bolsas de compras encima y salió corriendo al escenario cuando el señor preguntó si alguien más se animaba a participar. ¡Fue un espectáculo! Incluso creí que se lanzaría sobre el público para que la sostuvieran en el aire.
Beomgyu presionó sus labios, creando una imagen mental de la escena; no era difícil imaginar a un familiar de Yeonjun haciendo tal cosa. Por otro lado, lo que sí era imposible para él, era imaginar a cualquiera de sus padres sobre ese escenario. Su padre era simpático, pero un poco cuadrado. Mientras que su madre... eso ni siquiera tenía sentido para él. Y perdido en sus propios pensamientos, ni siquiera notó cuando Yeonjun tomó su mano para arrastrarlo hacia la muchedumbre, diciendo cuan interesado estaba en los premios de hoy.