—Espera Lauren ¿A dónde vas? —me detiene Cassidy
—Me voy a casa para que me voy a quedar —ella niega con la cabeza y sigo mí camino.
—Solo quédate un rato más —me hace súplicas con sus manos —Hazlo por la abuela —suspiro pesadamente y asentí.
—¡Esta bien solo un rato! —me quedé alejada de todos a un lado de la barra, al soplar las velitas mí abuela me fui, empecé a caminar hasta que salí del salón, no sabía para donde ir ya que esta parte de la ciudad no conocía, un auto se estaciona al lado mío y baja su ventanilla dejándome ver a Matew.
—Sube te llevaré a casa —acepto su invitación y subo en el asiento del copiloto.
—¡Gracias! —bajo mi mirada —No quiero ir a casa, llévame no sé a dónde sea —lo miro y él solo asiente, después de unos minutos estaciona su auto en el garaje de un edificio.
—¿A dónde estamos? —él me sonríe y toma mí mano dejando un beso en ella.
—Es mí nuevo departamento, ven vamos no te hare daño —subimos al ascensor, marca un código y empieza a subir, las puertas se abren y entramos a su casa.
—Wow es grande muy grande —tenía al fondo un enorme ventanal, había cajas embaladas y los muebles aún tenían sus bolsas de empaque.
—Lo compré está semana —seguía recorriendo su departamento, tenía una gran cocina, luego un largo pasillo y llegué a contar 5 puertas allí.
—¿No es muy grande para ti? —él se sienta sobre una caja embalada y me sonríe.
—Pues para mí está bien, además no planeo estar solo siempre —ahí capto su respuesta.
—¿Estás en pareja? —me volteo rápidamente tomo el pomo de la puerta para salir.
—Hey ¿A dónde vas? —me detiene tomándome del brazo.
—No quiero más problemas de los que ya tengo —lo miro a sus ojos y siento mí corazón latir a mil.
—¿Y porque sería un problema? además no estoy con nadie —acerca su rostro al mío y deja un beso en mí frente.
—Yo... Yo no debí venir esto no está bien —Matew me detiene acercando su rostro al mío.
—No estamos haciendo nada malo —me susurra cerca de mis labios.
—Pe... Pero yo no... Yo no debí... —él coloca su dedo en mí boca.
—Shhh no te vayas quédate conmigo —ataca mis labios y correspondo a sus besos y caricias.
—¡Noo! detente esto no puede ser yo...-me suelto de su agarré no quería salir lastimada.
—¿A que le tienes miedo Lauren? —me vuelve a tomar de la cintura atrayéndome más a él. Tenía miedo de enamorarme.
—Es que tú solo quieres una... No, no, no quiero salir lastimada —empieza a besar mí rostro.
—No sé qué me hiciste, pero estás clavada aquí —señala su corazón —Desde el primer día que te vi —besa mis labios nuevamente.
—Pero no podemos ¡Esto está mal! —él continúa besando ahora bajando por mí cuello hacia mí pecho.
—¿Que está mal? que dos personas se quieran —me dejó llevar por sus caricias y pierdo.
—Es... Es que tú eres mayor a lo mejor solo quieres acostarte conmigo —me suelta brusco y empieza a reírse.
—¡En serio eso piensas de mí! —se dirige al sillón y se sienta —Si es así ahí tienes la puerta puedes irte —me quedo callada no sabía qué decirle —¡Una última cosa! —se levanta y se acerca a mí toma un cabello suelto y lo coloca detrás de mí oreja —Nunca sentí esto por nadie más —toma mis manos dejando un beso.
—¡Esta bien, pero...! Hay Matew ¿Por qué? —me doy vuelta para irme suspiro y vuelvo rápidamente hacia sus brazos colgándome de él. Nos besamos desesperados el beso era intenso mucho más que las veces anteriores, sentía que estaba en una nube, su lengua invade la mía, nuestros besos eran sincronizados solo nos separaba la falta de aire y volvíamos a comernos la boca.
—Me vuelves loco desde el primer día que te vi —apoya su frente a la mía y deja pequeños besos en mí rostro.
—Me prometes que no vas a hacerme daño, que esto no será un juego para ti —se lo digo mientras acarició su rostro.
—Jamás dudes de mí —me besa y yo subo mis piernas aferrándome a sus caderas, camina conmigo en sus brazos hasta llegar a su habitación, me coloca en su cama y empieza a besar mí cuerpo, lo hace desde mí cuello hasta mis pechos besándolo por encima de mí vestido, mientras con una mano acaricia mis muslos con la otra sostiene mis manos por arriba de mí cabeza.
—Lauren me gustas mucho —si él me hace sentir tanto con besos no podría imaginarme lo que sería estar con él.
—Por dios Matew ya me lo dijiste, deja de hablar —vuelvo atacar sus labios no me importa que crea que soy fácil, necesito sentirlo. Me quita el vestido quedando solo en bragas, él se apura quitándose su ropa luego me subo arriba suyo moviéndome sintiendo su erección, el acaricia mis pechos haciéndome llegar a un orgasmo con sus manos, sin dudas es un experto, me levanto de arriba suyo y ante su atenta mirada me quito mí única prenda quedando como dios me trajo al mundo, él hace lo mismo me tira de la mano haciéndome caer en la cama, sube arriba mío y está a punto de penetrarme cuando lo detengo.