¡no soy un simple gato!

Capitulo 9

—¿Por qué lloras hija?

—¡Alguien me sigue vámonos mamá!

—Vamos a casa

—Si —dije con la voz temblorosa

Llegamos a casa. Ya me encontraba un poco más tranquila ya que estaba con mi madre. Ella fue directo a la cocina y yo me quede en la sala, después de un lapso de 5 minutos regreso con una taza de té en sus manos. Estaba tibio él té y además me empezaba a relajar, una vez, que termine mi té lo coloque sobre la mesita de la sala.

—Cuéntame hija ¿Qué es lo que sucedió durante esta semana? —me miro por unos segundos y tomo mis manos—.

—Termine con Christian, me engaño mamá, ¡me engaño! -grite exaltada por el coraje y la tristeza.

Mamá solo me dedico un abrazo durante varios minutos, mientras ella solo escuchaba mis sollozos, transmití a mi madre mi tristeza por lo que ella lloro conmigo.

—Hija todo va a pasar tan velozmente que no te darás cuenta que sufres por ese chico, dentro de unas semanas te sentirás mejor porque yo sé que tú eres muy valiente e independiente de tus propias decisiones

—Solo quiero que el tiempo se pase volando, ya no quiero sufrir mama, ya no quiero, ya no aguanto tanto dolor —me acostó sobre sus piernas y empezó a hacerme piojito, así como lo hacía cuando era pequeña—.

Narra Neith

Después de que se levantó para ir a sus clases de piano , terminar con Christian, asustarse en pleno callejón tan obscuro y de encontrarse con su madre y contarle lo que a ella la tenía en ese tan mal estado, quedo profundamente dormida en las piernas de su madre, se veía como un ángel mientras dormía, como una niña inocente e inofensiva o como un pequeño crio de algún animal.

Pasaron varias horas y tenía demasiada hambre, ya que Dulce no me alimento porque no tenía ánimos. Fui hasta la cocina, empuje una caja de cereal, se cayó de la alacena así que logre comer el cereal. Me fui directo a uno de los más cómodos sofás y me acosté ,me acomode y quede muy dormido.

Un gran ruido me despertó, habían cerrado la puerta, me levante y pude observar que volví a ser humano, no era un gato en ese instante. Ya había pasado 30 minutos y yo seguía siendo humano. Escuche que se cayó algo del cuarto ya que de ahí provenía el ruido, me dirigí hasta el cuarto y ahí estaba Liah sentada en el sofá de la recamara, tenía puesto un hermoso vestido azul.

—¿Qué haces aquí Liah? —dije mientras caminaba hacia ella.

—Vengo por ti Neith necesitamos irnos antes de que te encuentre tu padre y tu hermana.

—¿De que estas hablando Liah? ¿que no fue suficiente lo que me hicieron?

—Nadie sabe que estoy en esta dimensión, pero, en cuanto se enteren me buscaran porque saben que yo vine a avisarte.

—Pero, ¿qué es lo que quieren? —dije desconcertado.

—Están buscándote para quitarte tus poderes ocultos.

—¿Poderes? ¿yo tengo más poderes?

—Sí, descubrieron que existe una leyenda escrita en el libro de la magia pura, en el cual se plantea que aquel o aquella persona que tenga el don de convertirse en gato, poco a poco ira acumulando varia magia, claro, solo si la persona tiene un corazón puro, además la persona con este don gobernara por 1 millón de años, ¿Sabes lo que eso significa? ....prácticamente vivirás 999,500 años más que todos nosotros.

—Pero, yo aún no he desarrollado ningún tipo de poder o magia

—Dime algo, ¿Cómo es que eres humano si el hechizo no se puede romper a menos que?

—¿Que alguien me ame siendo un gato?

—Correcto, ese fue el error de tu padre y tu hermana.

—¿Por qué lo dices?

—Ellos no mencionaron que tipo de amor era el que debían tener hacia ti, nunca dijeron si sería amor de pareja o por parte de tus amigos o familia.

—Me estás diciendo que volveré a ser humano.

—Sí, ya que, mientras las personas que te quieren te extrañen más y más tu podrás regresar a tu forma ideal o se podría decir normal.

Se lograba escuchar como abrían la puerta, así que, Liah desapareció ya que ella tenía ese tipo de poder y yo me escondí debajo de la cama para que no me encontraran, ya que, Dulce y su madre se podrían llevar una sorpresa y se asustarían al verme.

Narra Dulce

—Mamá, en unos días me iré a West Virginia con mi mejor amiga y su novio Joel -dije mientras abría la puerta.

—Me alegra mucho, ya que, no te quedaras sola y además te divertirás con ellos

—Eso espero mamá.

Ya había entrado con mi madre a la casa así que, me dedique el tiempo necesario para buscar a mi gato no estaba por ninguna parte.

—Mamá ayúdame por favor a buscar a Galletita

—¿Quién es Galletita?

—Mi gato.

—Ah ya, sí, yo te ayudo hija.

Pasaron 3 horas y no sabía qué hacer, ya había buscado a mi gato por todos los rincones de la casa, pero, no se encontraba en ningún lugar. Sonó mi teléfono, lo levante de la mesa y conteste sin ver de quien era el número.




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