¡no soy un simple gato!

Capitulo 14

Narra Dulce

Me desperté del sueño y me quede pensando en el sueño tan extraño que había tenido, había soñado que mi gato era aquel chico que me salvo de Christian, creo que su nombre era Neith, además en mi sueño estaba enferma y me dijo que se quedaría conmigo hasta convertirse en mi gato, fue un sueño tan extraño.

—Hola Dulce, ya regresé, ¿Cómo te encuentras?

—¿Qué haces aquí y como entraste? —pensé, ¿acaso lo que soñé es verdadero?, no, no lo creo o sí.

—¿No recuerdas?

—No, no recuerdo.

—Te dije que me quedaría a tu lado hasta que te curaras y además iba a pasar la tarde contigo hasta que me convirtiera en gato.

—Ah ya, perdón no recordaba. Pero si es así, ¿Qué hacemos?

—Bueno, podemos ir al cine, a comer, podemos leer algún libro en la biblioteca, podemos hablar más de mí, del lugar del que provengo y que es lo que hago aquí.

—No es necesario que digas todo hoy, primero necesito comprobar, igual podemos ir al cine o a comer a algún lugar. Oye primero explícame ¿Por qué estas vistiendo ropa de

mujer y una peluca?

—Hay perdón, no recordaba que tenía este atuendo y apariencia. Deja me pongo otras prendas.

Él se apresuró y fue al baño para cambiar su ropa.

Salió y tenía puesta una camisa blanca y un pantalón de mezclilla muy adherido a sus piernas, no sabía de donde saco la ropa, pero, se veía muy bien. Enseguida yo también fui a vestirme, me puse una blusa negra con un pantalón de mezclilla el cual llegaba hasta mis pantorrillas, acompañados con unos lindos botines negros.

—Ahora sí, dime, ¿Por qué tenías ese atuendo?

—Es una larga historia, pero, te la resumiré. Tuve que ir a mi planeta la dimensión 43 y como hay problemas, además ya me habían desterrado del planeta, tuve que vestirme de

esta manera para salvar a mi madre, ya que, la tenían cautiva.

—No creía que fuera así, ¿entonces tienes madre?

—Sí, solo que no se quien se la llevo, pero, ahora que ya la exoneré del veneno, no será fácil que la atrapen.

—Bueno después me cuentas la versión larga. Ahora vamos al cine.

Cerca de mi casa se encontraba un cine, así que no se nos dificulto llegar, además fuimos caminando. Entramos y vimos la cartelera, había una que otra película interesante, pero no escogimos ninguna, porque Neith quería ver una de terror y yo una de acción. Salimos del cine y decidimos ir mejor al Zoológico, hicimos fila y compramos las entradas más caras para así poder disfrutar el día.

—Mira, un elefante —dijo con mucha emoción, estaba demasiado emocionado, creo que era la primera vez que venía a un Zoológico.

—¿Es tu primera vez en un zoológico?

—Sí, es muy lindo ¿no crees?

—Sí, si es lindo, ¿quieres que entremos al serpentario?

—¡Si, si quiero, hay que entrar ya!

—Entremos.

Me tomo de la mano mientras caminaba de una manera veloz. En ese instante no sé por qué, pero mi corazón se empezó a acelerar como nunca lo había hecho antes. —

Pensé— Porque me siento confiada en él y de esta manera si no lo conozco muy bien y, solo he hablado con el muy pocas veces.

—¿Cuántas veces has venido aquí Dulce?

—Solo he venido 5 veces, la primera vez fue cuando era bebe, mi padre me lo dijo, la segunda vez vine con mi padre y su esposa, la tercera vez vine con mi amiga Romí cuarta

vez vine con Christian y por último aquí estoy contigo.

—Has venido demasiadas veces, de seguro ya recorriste todo el lugar y sabes cómo divertirte aquí.

—La verdad es que no Neith, no he recorrido todo, porque es inmenso este lugar, la única vez que me divertí mucho fue cuando vine con mi mejor amiga, trajimos ese día Pizza y

pollo frito, vimos varios animales, jugamos en los columpios, nos mojamos en la lluvia, debido a que ese día alrededor de las 4 de la tarde llovió, tomamos videos, fotos y terminando de recorrer hasta que llegó la hora del cierre del zoológico, organizamos una pijamada en su casa. Espero divertirme mucho el día de hoy contigo.

—¿Y las otras 3 veces por qué no te divertiste?

—La primera vez no recuerdo porque yo era un bebe, la segunda vez tampoco me divertí porque mi padre no me tomo atención, la cuarta vez Christian solo se la paso viendo su teléfono e ignorándome.

—Yo hare que te diversas en grande. ¡Mira! ¿qué es eso?

Voltee a mirar y no había nada, regrese mi mirada a donde estaba Neith y él tenía un gran peluche de un oso en sus manos, el peluche casi tapaba su cara, era enorme, el peluche media alrededor de 160 centímetros.

—¿Te gusta, es lindo verdad?

—¿Es para mí?

—Claro que sí, se ve muy tierno igual que tu Dulce, eres muy tierna.




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