No soy una princesa

Capítulo 8

—¿De que habla? —sentia que mis ojos se habían puesto aguados por las lágrimas que amenazaban en salir —su alteza, no bromee con esto por favor.

El príncipe real, frunció el ceño ante mis palabras, dejó los cubiertos sobre su plato, se echó para atrás y recostó su estirada espalda en el respaldo de la silla, honestamente no entendía como hacía para mantener esa espalda erguida, yo sentía que los calambres se querían apoderar de mi espalda.

—¿Bromear?—pregunto el príncipe, con una aparente calma pero ya lo conocía y sabia que debía estar pensando en mil maneras de torturarme en los calabozos reales —Supongo usted piensa que todo esto es un juego, que mi apretada agenda debe esperar mientras me siento a bromear con usted.

—Su alteza lo siento, no fue mi intención, yo... —me interrumpe 

—Si desea que Ana siga en el palacio, conoce mi condición. No crea que puede engañarme y hacerme creer que ella no lo sabe. Ustedes las mujeres no saben fingir, yo sabré muy bien, si Ana sabe su verdadera identidad, no dudaré en sacarlas del palacio —se levanta de la mesa y yo no se que debo hacer en casos que el príncipe real tenga un berrinche, no conocía el protocolo.—La esperan en la habitación, para retocar su maquillaje y cambiar su vestimenta.

—¿Por qué?

—El príncipe Adrián adelantó su agenda, su llegada será este martes—abro más los ojos y me pongo de pie, sentia que el color había abandonado mi cuerpo.

—No es posible— el príncipe real me observó, en su rostro no había ningún rastro de emoción alguna, parecía un robot programado.

—Nada puedo hacer para detener su llegada, salvo prepararla a usted en lo más básico, la misma explicación daremos en el palacio, usted sufrió una caída de su amada yegua Margaret y lamentablemente perdió la memoria, de esa manera ganaremos tiempo en medio refinarla, por suerte con los tacones ya no parece un potro recién llegado al mundo —hago una mueca de molestia, mientras me cruzo de brazos —De esa manera su falta de conocimiento sobre el protocolo real se justificará con su perdida de memoria.

—¿Cuándo regresa la verdadera princesa?— el príncipe no respondió, me miró a los ojos.

—Cada vez que se presente ante mi y se despida de mi, debe inclinarse, por muy hermana que sea la princesa, soy el heredero al trono y se debe respeto.

Suspiro 

—Esta bien, su alteza —hago una pequeña inclinación —¿Donde me llevará?

—Hoy estaré en una inauguración de un nuevo colegio —me observa detenidamente —Desde hoy se presentará en público.

—¿No sería emocionante que el príncipe Adrián, no tuviera idea del rostro de la princesa? Todos en la ciudad especulan del por que la princesa desde los once años no se presenta en público, unos le atribuyen una dolorosa enfermedad, otros defectos físicos terribles de los cuales la familia real se avergüenza, imagino estos rumores han llegado a los oídos del príncipe Adrián y debe desear poner una excusa para anular el matrimonio, al pensar que se unirá a una mujer enferma y deforme —su alteza estaba muy atento a mis palabras —Así que usted le dará una lección por poner atención a los rumores, al presentar a la bella princesa.

El príncipe permanece en silencio, un momento y luego me mira.

—Desconocia ese rumor sobre mi hermana 

—Al parecer no se junta con la gente adecuada que lo mantenga al tanto de los rumores del país —me encojo de hombros.

—Ahora tiene sentido la premura del príncipe para llegar lo más rápido posible a mi reino.

—No se alarme, si viene antes del martes —respondo —Debe estar desesperado por terminar el compromiso real 

Él frunce el ceño molesto.

—Es una alianza que no se puede romper, la unión de los dos reinos, será de mucha prosperidad para nuestros pueblos.

—Ningún hombre de las familias reales,aceptaría unirse a una mujer deforme, menos pensar en tener hijos con ella, por temor que sea algo hereditario. En mi mundo eso no es un impedimento, si hay amor.

—Al parecer señorita Yanin, usted pierde el tiempo al pensar en el amor, un sentimiento que solo males trae a los que lo padecen.

—Hubo una época en que ya no creía en cuentos de hadas, no había manera de hacerlo, pero dado donde estoy ahora, me doy cuenta que todo es posible y por supuesto mi sueño de cuando era niña de vivir una vida de princesa, sólo usted como un hada madrina, lo pudo hacer real —luego de mi declaración, pude notar que metí las patotas, el rostro del príncipe se tornó rojo, apretó sus labios con fuerza, pienso que tratando de controlar alguna palabrota.

—No soy ninguna hada Madrina, soy un príncipe heredero al trono, muy pronto me convertiré en su rey. —por primera vez, desde que conozco al príncipe, esté levanto la voz.

 —Lo siento su alteza —estrujo mis manos —creo pensare muy bien las cosas antes de hablar.

—Entre menos hable, mejor, no olvide que el príncipe Adrián estará como invitado en mi reino y es importante la unión de los dos reinos, así que controle esa lengua.

—Lo haré —paso mi lengua por mis labios resecos.

La mirada oscura del príncipe siguió el movimiento de mi lengua, me sentí un poco incómoda.

—Una cosa más, durante el noviazgo con el príncipe Adrián, no se permiten besos, caricias, mucha cercanía y sobre todo no pueden estar solos en una habitación. La reputación de mi hermana está en juego, no olvide mantenerse a la altura.

—Dios santo, un noviazgo muy anticuado, ¿cómo sabrán si tienen química?—el príncipe entrecerra los ojos.

—La única química que debe existir es el príncipe Adrián y mi hermana, usted no tiene nada que ver en este asunto —ruedo los ojos.

—Bien —miro alrrededor —¿Puedo retirarme? Creo olvido que hoy tengo la primera clase de protocolo.

—No lo hice, usted debe demostrar su nivel de responsabilidad en este asunto, si lo hubiera olvidado su castigo hubiese sido dos horas más estudiando.

—Me retiro, su alteza— hice una reverencia y me marche refunfuñando, me molestaba que me tratara como una niña malcriada, me alegraba haberlo convencido sobre el príncipe Adrián. Casi corrí a mi habitación, iba aprovechar estas clases para aprender y en un futuro hasta podía poner una academia para refinamiento y así tendría asegurada una vejez tranquila, sin pensar en que comer.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.