No soy una princesa

Capítulo 9

Cuando me puse de pie, ambos príncipes se pusieron de pie.

Mire a Nader y luego al príncipe Adrián, desconocía la agenda para este día.

—Ve a descansar Annabella, el príncipe y yo, visitaremos el hospital.

—Me sentiria honrado, si la princesa, nos acompaña—nunca imagine que un hombre como el príncipe Adrián, mostrara interés en alguien como yo, se que ante él, estaba como una princesa, pero quien lo impresionó fui yo, Yanin, la plebeya.

—Debido al accidente que sufrió Annabella, el médico le ha recomendado mucho descanso.

—Entiendo —la decepción se notó en la voz del príncipe, le sonreí un poco y luego miré a Nader, su mirada era dura.

—Descansa —asenti, hice una reverencia a Nader y me dirigí hacia la puerta, la guardia real abrió las puertas.

Salí confundida del comedor, no podía negar que el príncipe Adrián me había impresionado, Nader por otro lado me había dado mi primer beso... suelto un gritito de susto cuando siento me toman de la mano, ante mi tengo a Adrián, miro hacia todos lados buscando a Nader pero él no está.

—No se preocupe, su hermano no está, me espera en la entrada de la casa —su mano fuerte, toma la mía, trato de soltarme pero él no lo permite 

—Esto no es correcto —él sólo sonríe y se acerca un poco más.

—Seré su esposo —susurra—Le debo una disculpa, me deje llevar por tontos rumores, sin saber que en mi necedad podía perder a la mujer de mi vida. Mi corazón ha quedado prendado de usted.

—El protocolo —Adrián sonríe y levanta mi mano para llevarla a sus labios.

—Su hermano es un tanto anticuado, nuestras familias, nunca hablaron de protocolo para tratarnos, ya que debíamos ser una pareja normal para conocernos, pero esta mañana en la reunión con su padre, el príncipe indicó que nuestra relación estaría bajo el protocolo real de las parejas. Un protocolo hecho para la época de nuestros abuelos, hasta su padre, el rey, se quedó sorprendido por tan absurda decisión —bajo la mirada por que sabia que el príncipe había tomado esa decisión, por proteger la relación del príncipe con su hermana, no quería que yo fuera un obstáculo.

—A juzgar por lo conversado en el comedor, me doy cuenta que mi padre aceptó que así fuera la relación, así que así será

—Por favor, no, deseo estar cerca de usted, tomar su mano, besarla como en este momento, yo... —doy un paso hacia atrás, al ver que él se ha acercado más a mi —No desafiaremos la orden de su padre, pero podemos vernos, los dos solos.

Suspire y solté mi mano, entendía que Nader no quería que tuviera contacto con Adrián, él estaba protegiendo la relación futura de su hermana. Y yo sería la más perjudicada.

—Debo descansar —me aparte rápidamente para que no me detuviera.

Llegue a la habitación, cerré la puerta rápidamente y camine hacia mi cama, sentia un peso en el corazón, nunca he sido cortejada por alguien, los hombres no se me acercaban por que pensaban que era una mujer carente de aseo, se que no estoy bien, estoy en el lugar de la princesa Annabella. El príncipe Adrián está destinado a ser su esposo, debo ser fuerte y no darle importancia al cortejo de él, en cualquier momento, aparecerá la verdadera Annabella y ella reclamará su lugar en el palacio y en la vida de su prometido.

No supe en que momento me quede dormida, abrí los ojos y solo había una lámpara encendida en mi mesa de noche, al incorporarme, doy un respingo al ver a Nader sentado junto a la cama, tiene una pierna sobre la otra, su mirada está fija en mi.

—Dios Santo —murmuró —¿Qué hace aquí?

—Tiene diez minutos para prepararse para la cena —lo miro con molestia.

—¿Cuanto tiempo lleva en mi habitación? —no responde —En ese tiempo pudo despertarme, en diez minutos es imposible que este lista.

—Su ayudante viene subiendo, ya elegi la ropa que llevara esta noche.

—Creo puedo elegir mi ropa —me pongo de pie y me dirijo al cuarto de baño pero me detengo al ver el vestido sobre el vestidor —¿Es en serio?—me giro y lo veo en el mismo lugar, sin moverse —No me pondré ese vestido.

Lo tomo y lo examino.

—La Sra. Roxete me dijo que nunca considerará este vestido, ya que parece un costal de papa, no entendía por que yo lo había comprado pero que era un vestido para una mujer muy mayor.

El vestido azul, recto, de manga larga y como de tres tallas más grande que yo.

—Claramente la Sra. Roxete no sabe mucho de moda —fue su respuesta, camine hacia él molesta.

—Se lo que pretende —su rostro era inexpresivo —esta poniendo obstáculos con el príncipe Adrián, pero como usted mismo dijo, es la reputación de su hermana la que está en juego.

Él se puso de pie y me miró

—Si sabe bien que es la reputación de mi hermana la que está en juego, deje de coquetear con él.

—¿Coquetear? No sé a que se refiere, no he hecho tal cosa de la que me acusa, voy a darme un baño y yo misma eligire que ponerme. Se que este es su palacio pero deje de entrar a esta habitación como si fuera la suya —no espere respuesta, ya que corrí hacia el cuarto de baño.

Príncipe Nader

—¿Qué es lo que está pasando? —papá me observo sobre el borde de su copa —¿Qué es esa ridiculez del protocolo real para parejas? ¿Como rayos se van a conocer si ni cerca pueden estar?

–¿Interesa que se conozcan? Este matrimonio es nada más por interés económico, nada más.

Papá me miró 

—Al parecer el príncipe Adrián no piensa lo mismo, se enamoro de tu hermana —su sonrisa era ancha —Solicito reunirse conmigo está tarde.

—¿Reunirse? No me enteré de esa reunión.

—No quiso reunirse con el rey, sino con el padre de Annabella.

—¿De que hablas? —mire furioso a papá.

—Sugiero que te calmes, no olvides que soy tu padre y tu rey. Debes sentirte feliz por tu hermana, no tendrá un matrimonio solo por interés, ha tenido la suerte de que el hombre que elegimos para ella, se enamorará y esta dispuesto a hacerla feliz. Me sentí feliz, tu hermana ha cambiado desde ese accidente que tuvo, sabes bien que se mantenía con mal genio, últimamente su presencia era desagradable por que todo le molestaba pero ahora es otra persona, ella irradia una belleza no solo por fuera, sino también por dentro, es amable, gentil y eso me alegra mucho. Desearía que no recuperara la mente nunca. Me gusta más esta mujer.




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