No soy una princesa

Capítulo 20

Aurus me observa detenidamente, luego sonríe y lleva su mano a mi rostro, por reflejo me hago hacia atrás.

—No te haré daño, sólo quería acomodar un mechón de tu cabello.

—¿Qué desea? —él sonríe nuevamente, era un hombre espectacularmente guapo.

—Invitarte a comer fuera de estas cuatro paredes.

Niego con la cabeza.

—Lo lamento, hoy tengo un día bastante ocupado, agradezco su invitación —me giro para irme, pero siento que sujetan mi brazo, al mirarlo, muerdo mi labio inferior. Estaba demasiado cerca.

—Extrañamente eres idéntica a mi hermana, pero tu belleza te hace única y no pienso que la estoy viendo a ella, sólo a ti, Yanin —me toma de la cintura y abro más los ojos cuando me atrae hacia su cuerpo.

—Suelteme —coloco mis manos en su pecho como barrera.

Él sonríe y me atrae más hacia él

—Voy a besarte

—Suéltala —la piel de mi nuca se erizo, al escuchar la voz de Nader, su voz era fría y dura.

Aurus me solto

—No te metas hermano —doy dos pasos hacia atrás y al ver a Nader, senti miedo, sus ojos eran como dos pozos profundos.

—Vete a tus clases —ordenó sin siquiera mirarme, no iba a pelear, apresuré mis pasos para salir de la biblioteca.

Sentía mi corazón acelerado, el salón estaba al otro extremo, eso me daría tiempo de recuperarme.

La tarde transcurrió tranquila, las clases hicieron que me olvidará de lo sucedido con los dos príncipes, esto era una locura en mi vida, tres príncipes disputándose, aunque Nader no era por que se sintiera atraído por mi, él sólo cuidaba la relación de los dos reinos.

Entre a mi habitación y me quite los zapatos, camine por la alfombra y luego me senté frente a mi tocador, sabía que el príncipe heredero me visitaria para regañarme.

Cerré los ojos y di masajes en mi cien, no tenía ánimos para ser regañada, al abrírlos me quedo helada, al ver en el espejo a  la figura toda de negro detrás de mi, ¡éramos idénticas! Pero su rostro pálido hizo que mi corazón palpitara como loco ¿era un fantasma?

Rápidamente me puse de pie y al girarme ya no estaba,i cuerpo comenzó a temblar y me abrace a mi misma, salte del susto cuando la puerta se abrió.

—¿Pasa algo? —Nader camina rápidamente hacia mí y me sujeta de los hombros —Estas temblando.

—An..

—¿Qué? —me sujeto más fuerte de los hombros —¿Se siente bien? Tiembla demasiado.

—La princesa Annabella estuvo aquí —me solto y empezó a revisar la habitación.

—La hubiera encontrado en el pasillo 

—Estaba vestida toda de negro y su rostro pálido como...

—¿Cómo que Yanin?—sentí sus dedos clavarse en mis brazos cuando me sujeto.

—Muerta... —me solto y me dio la espalda, se había puesto tenso.

—Descanse —el príncipe salió de la habitación sin mirar atrás.

Estaba nerviosa, miré hacia todos lados pero la habitación estaba totalmente vacía. Corri hacia el cuarto de baño, cerré bien la puerta y llene la bañera, un baño largo me ayudaría a calmarme.

Nader

—¿Revisaste las cámaras del palacio? —Alfred asintio.

—No hay nada su majestad—pasó la mano por mi rostro.

—¿Seguro? —Alfred asiente.

—Puede que Yanin haya alucinado

—Puede ser majestad, la verdad no creo en los fantasmas y la princesa Annabella no puede estar muerta.

Suspiro y miro con preocupación a Alfred.

—¿Novedades del investigador?

—No señor, es como si a la princesa se la hubiera tratado la tierra.

—Busca al profesor de Español, él nos puede llevar hasta mi hermana.

—Me pondré en contacto a lo inmediato con el investigador —hizo una reverencia y salió del despacho.

Annabella no podía estar muerta. Yanin solo había alucinado por el cansancio.

Me puse de pie y me dirigí a la ventana que daba al jardín, la noche era estrellada, recuerdos de mis encuentros furtivos con Sabrina vinieron a mi. Pensé había encontrado al amor de mi vida, pero luego me di cuenta que me había equivocado. Fue un proceso duro por que yo si la amaba y me enfrente a mi familia por ella. Solo para que días después me dijera que se marchaba de mi lado, los beneficios que le había ofrecido el rey eran difíciles de ignorar. No la detuve, no, valía más la fortuna que papá le ofreció que el amor que le tuve.

En ese momento la vi caminar en los jardines, se abrazaba a si misma, levantó su rostro y contempló la luna, se detuvo y giro hacia la ventana, no me moví, no quería que pensara que me afectaba verla.

Se quedo ahí de pie sin moverse,abrazándose con la mirada fija en mi. Me di la vuelta y apague la luz del despacho, iría a descansar.

*****

Desperté bañada en sudor, las cortinas de la ventana se movían fuerte, anoche la ventana había quedada cerrada no entendía por qué entraba el viento.e

Me puse de pie y las revise, estaban abiertas. Encendí la luz y revise la habitación, para mi sorpresa la otra almohada que estaba a mi lado tenía la huella de una cabeza, como si alguien estuvo acostado junto a mí, mi cuerpo empezó a temblar, sin pensarlo me puse una bata, tomé el móvil y salí despavorida de la habitación.

La guardia real estaba revisando las puertas, ventanas del palacio, me miraron y yo solo sonreí.

Me detuve frente a la gran pesada puerta, en esto momento, no habían guardias, sin pensarlo la abrí y entre al cuarto oscuro. Camine a tientas y con cuidado me metí a la cama, era tan grande que el príncipe no se daría cuenta que yo estaba aquí, me iría en cuanto amaneciera, en el cambio de turno de la guardia.

Cerré los ojos y trate de no pensar en que al parecer un fantasma durmió junto a mí, no supe en qué momento me quedé dormida pero si sentí como un brazo rodeo mi cintura y como un cuerpo duro se pego al mío, abrí los ojos y sentí la respiración rítmica en mi cuello, a mi nariz llegaba el olor de su loción. Estaba dormido, no podía moverme por que no quería despertarlo y que me encontrara en su cama. No sé cuánto tiempo pasó así, pero me puse rígida al sentir esa protuberancia pegada a mi vientre, esto no podía estar pasando. Mi miedo había hecho que me metiera en la boca del lobo.




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