Nader se levantó de la cama y se puso su bata de seda, camino hacia el ventanal y cerró la cortina. Lo mire intrigada y él no dijo nada.
—¿Pasa algo? —eche mi cabellera hacia atrás mientras me sentaba en la cama, subí la sábana hasta mi pecho.
—Adrián llega mañana —su voz sonó carrasposa.
—Lo sé, el atuendo que usaré para recibirlo ya está listo—él metió sus manos en los bolsillos de su bata y me miró una vez más
—¿Te alegra su llegada?
Levante el rostro hacia él
—Solo hago mi trabajo —respondi con cautela, sentía que estaba metiéndome a aguas pantanosas.
—¿En serio? —mordi mi labio inferior, esta faceta de Nader era nueva para mi, sus celos, su pasión desbordada
—Para eso me contrataste, para estar con él príncipe Adrian mientras llega tu hermana.
Él no dijo nada, se dejó caer en el sillón frente a mi, cruza una pierna sobre la otra.
—¿Te ha besado? —las luces de alerta se encendieron en mi cerebro, nuestra relación no estaba definida, yo no tocaba el tema y me ponía nerviosa cuando Nader quería hablar algún tema, temía que le diera final a lo que teníamos.
—No —respondi a lo inmediato —¿No vas a dormir?
Él sonrió y se puso de pie, camino hacia la cama y se puso junto a mí, un dedo de él aparto un mechón de mi rostro y fue bajando hasta mi hombro desnudo.
—No voy a dormir —llevo sus manos al nudo de su bata, lo desató y la dejo caer en el suelo, levante la mirada para admirar una vez más su cuerpo, se inclinó hacia mí para reclamar mis labios en un profundo beso, de esos a los que me estaba acostumbrando y me encantaban.
Quería aprovechar cada momento que tenía con Nader.
El rey llevó su vaso de jugo a su boca, su mirada estaba puesta en mi
—Tu prometido llega hoy, imagino tu asistente esta preparando una cena especial para ustedes —no evite mirar a Nader, su semblante parecía calmado pero pude notar sus nudillos blancos, estaba untando mermelada a su pan pero sujetaba con fuerza el cuchillo.
—No —el rey me miró —El viaje es muy cansado, he pedido le preparen su comida favorita para que el príncipe Adrian cene en su habitación.
—Tú lo acompañaras —negué con la cabeza pero el rey no estaba mirando.
—Él cenara en su habitación —el rey dejó el racimo de uvas y me miró con burla
—En tres meses será tu esposa y compartirán cama —Nader carraspeo y dio un trago a su café —No quiero excusas tontas, acompañaras a Adrian a cenar en su habitación y no te lo digo como padre, sino como rey —se giró hacia Nader —Y no digas nada, no debes entrometerte en la vida privada de esta pareja, solo falta que digas que estarás con ellos en la noche de bodas, has sido un obstáculo en esta relación, tu también te casaras, en cuanto sea la boda de tu hna, me encargaré en preparar un banquete donde vendrán todas las princesas disponibles que existen en este planeta, subirás al trono con una reina.
—Papá ...
—No discutas Nader, el tiempo que inviertes en interferir en el matrimonio de tu hermana, lo usaras para tu matrimonio, te has opuesto al parlamento que aprobó la boda para que se realice en tres meses, ahora no lo harás.
—No puedo degustar de mi café —Aurus puso su servilleta en la mesa —Estos temas deberías tratarlo en tu trono o en tu despacho real, no en la mesa.
El rey estaba rojo de furia pero no dijo nada, se limito a beber su jugo, miré a Nader y me daba cuenta que estaba furioso.
—Que tengan un feliz día —Nader se puso de pie, hizo la reverencia al rey y se giró para salir del comedor.
–Esta noche te quiero lo más lejos posible de la habitación del príncipe Adrián y tu hermana.
Nader no dijo nada, salió de la habitación en silencio, debajo de la mesa mi mano estaba hecha un puño.
Desayunamos en silencio, se me hizo eterna la comida.
Entre a la habitación de Nader, sabía que estaría ahí, en su pasillo no estaba la guardia real, mi señal de que podía entrar. Él estaba de espaldas a la puerta, mirando hacia el jardín
—Nader —se limito a cerrar las pesadas cortinas, la habitación oscureció y encendí la luz.
—Esta situación me molesta mucho
Camine hacia él y rodeo su cuello con mis brazos.
—Tu padre preparará tu boda —sentí sus manos posarse en mi cintura
—Yanin —sentí sus boca en mi mejilla –No permitiré que te cases con Adrián.
—No puedes oponerte más al rey.
Él me abrazo más fuerte.
—No soporto la idea que estarás con Adrian en su habitación —levante el rostro y lo miré a los ojos, cada dia Nader me mostraba más sus emociones.
—No pasará nada —susurré —él sabe que debo llegar virgen al matrimonio, es una ley y no hará nada por romperla.
—Yanin —beso mi frente —No sabia que era una hombre posesivo, pero no soporto la idea de compartirte con Adrian aunque sean unas horas
Lo abrace más y recosté mi cabeza en su pecho.
—Te extrañare esas horas pero prometo recompensarte al volver.
Nader me beso con pasión por un largo rato, disfrutaba estos momentos a solas con él
—Esta noche será una tortura para mi
Horas después
Adrián me esperaba con una gran sonrisa en su rostro, aparto la silla para que yo me sentará.
—Gracias por preparar mis platos favoritos
–Le agradeceré a la cocinera de su parte —sujeto mi mano entre las suyas, me senti incomoda, sentía que traicionaba a Nader, solte mi mano y la lleve a mi cabello para fingir que lo estaba acomodando.
—Estas más bella que la última vez que te vi, lamento haberme marchado sin despedirme pero era urgente mi presencia en el reino.
—No se preocupe, sabía era una emergencia.
—Me gustas complaciente pero también me gustaría que me llevaras la contraria, se que has sido preparada para ser mi esposa pero también quiero escucharte defender tu opinión.
Baje la mirada hacia mis manos, yo no era la princesa, no sentía conexión alguna con Adrián, tampoco la libertad de expresar mi opinión y discutir como él quería.
Editado: 11.08.2022