No soy una princesa

Capítulo 24

Narrador

—¿De qué hablas? —el primer ministro observó atento a aquel hombre que trabajaba en la guardia real del castillo, el hombre llevó el vaso de agua a sus labios y luego de dar un buen sorbo, centro su atención al primer ministro.

—La princesa duerme todas las noches en la habitación del príncipe heredero —el primer ministro frunció el ceño y pensó que este hombre estaba totalmente loco.

—Lo que decis es una calumnia en contra del príncipe heredero, esto te puede costar muy caro.

El hombre trago grueso y dio un paso hacia atrás.

—No estoy mintiendo, a la medianoche el ala de los príncipes queda sin guardia por el cambio de turno y ese es el momento en que la princesa llega a la habitación del príncipe real y no sale hasta el amanecer.

El primer ministro se encoge de hombros

—Puede que se reúnan en la noche para tramar algo. No confío en esos dos, puedes retirarte.

El primer ministro se quedó solo y pensó que esos dos podían estar confabulando para evitar la boda con el príncipe Adrián, los vigilará de cerca, la boda debía realizarse costara lo que costará.

Yanin

—La costurera estará aquí en una hora —mi mirada rápidamente se dirige hacia Nader, él continuo desayunando aparentemente sin prestarnos atención a mi secretaria personal y a mi —El peluquero al mediodía trae muchas ideas con el peinado... pero todo depende de que usted elija el modelo del vestido el día de hoy.

—También espero elegirlo.

—Estarás ocupada en este día, mi querida princesa, pensaba llevarte a dar un paseo —Adrián levanta la mirada y puedo notar que sus ojos se han oscurecido, no dijo nada, pero ya estaba aprendiendo a conocerlo y me daba cuenta que estaba molesto.

—Lo lamento príncipe Adrián.

—Llámame Adrián,en pocos meses serás mi esposa —su sonrisa se hizo amplia.

Nader tiro la servilleta en la mesa y se puso de pie.

—Tengo mucho trabajo, Annabella después de la cena, necesito tratar unos asuntos contigo, trae tu agenda de toda la semana, los gastos en lo que vas a incurrir para el ajuar de novia.

—Por supuesto príncipe Nader —el primer ministro se había quedado de pie en el umbral del comedor y luego se hizo a un lado para que Nader pasará.

—Príncipe Adrián por favor necesito discutir unos proyectos que me han sido enviados de su reino.

—Vamos —Adrian se puso de pie y llevo mi mano a sus labios para despedirse, ambos salieron del comedor y solté el aire cuando me quedé sola con mi secretaria.

—Nuevamente pido disculpas por haberla interrumpido en su hora de desayunar, pero me urgía revisar los cambios en su agenda en este día, al mediodía tendre lista la agenda de la semana para que se la presente al príncipe heredero.

—Gracias —murmuré —Creo voy a retirarme a descansar un momento antes que venga la costurera, no me siento bien —me puse de pie y camine hacia la puerta, estaba un poco mareada.

Al llegar a mis aposentos,me deje caer en la cama y cerré los ojos. Creo me había quedado dormida, sentía que no estaba sola en la habitación, abrí los ojos, pero no había nadie, podía jurar que alguien había estado conmigo en la habitación.

Me senté en la cama y mire la hora, la costurera ya debía estar en el palacio. 

Tocaron la puerta y entró mi secretaria.

—La costurera la espera princesa —asenti y acomode un poco mi cabello y sali de la habitación con mi secretaria.

Al llegar a la salita que habían dispuesto, habían maniquíes con hermosos vestidos de novias, en el suelo habían rollos de hermosas telas para confeccionar el vestido.

—Su alteza —la costurera se inclinó para saludarme, junto a sus ayudantes —Es un honor para mi, haber sido elegida para confeccionar su vestido de novia. Los que están aquí —señala los maniquís —Son vestidos que confeccionamos cuando supimos que iba a casarse, con la esperanza de ser seleccionados —sonríe —Nadie los a visto.

Cada vestido era hermoso, me había enamorado de ellos.

—Voy a probarmelos 

—Si no le gusta ninguno, aquí traigo diseños hechos para nuestra casa e igual revistas de novia.

—Muchas gracias —habían instalado un vestidor al rincón de la salita y varios espejos de cuerpo entero.

Tome uno de los vestidos y me dirigí al vestidor, la verdad no iba a exigir mucho, ya que la boda no se llevaría a cabo, no iba a usar el vestido de novia.

Nader 

—Necesito avances con el paradero de mi hermana.

Alfred asintió.

—Estamos haciendo lo humanamente posible por encontrarla pero es como si a su hermana la hubiera tragado la tierra.

—Esa mocosa no esta en Albatros pero tampoco hay un registro de que salio del país, sólo si lo hizo por las montañas y por eso no hay un registro de que salio.

—Es lo que hemos pensado, el profesor de la princesa no a dado señales de vida, ninguna postal, carta a su mamá, tampoco ninguna llamada, hemos intervenido el teléfono.

—No puede ser tan perfecta el escape de Annabella, alguna pista debe de existir. Yanin no se casará con Adrián.

Alfred me miró por un momento.

–Su majestad, perdone que me entrometa, pero llevamos meses buscando a su hermana y no hemos dado con su paradero, si ella no aparece, Yanin debe casarse con el príncipe por el bien de Albatros.

Negué molesto y me puse de pie.

—No lo permitiré.

—Su majestad... —Alfred suspiró —Si no aparece la princesa, su pueblo peligra.

Mire a Alfred furioso, por que tenia razón, el país peligraba en ser sepultado en la pobreza por el papá de Adrián al no haber boda.

—Déjame solo —Alfred salio de mi despacho, me sentia impotente, no entendía que pudo hacer que Annabella huyera, se veia profundamente enamorada de Adrián, ella estaba feliz por que seria su esposa ¿Qué la había hecho cambiar? 

Yanin no podía casarse con Adrián, jamás lo iba permitir. 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.