El canciller se sentó y observó en silencio por un minuto al médico real.
—¿Qué tiene la princesa? —el médico trago saliva por qué no olvidaba la amenaza del príncipe heredero.
—Un poco fatigada —sentía que su frente se había perlado de sudor.
—No juegue conmigo, puedo enviarlo a prisión en este momento.
El médico estiró su cuello y aclaro su garganta, se sentía entre la espada y la pared.
—El príncipe heredero ha tomado decisiones que han puesto en riesgo al reino. Esos dos no amaban a su país, menos a su nación, guardan un secreto que puede afectar a Albatros es considerado ¡Alta traición!
El médico dio un paso hacia atrás, su padre estaba anciano y él se sentía orgulloso de ser un ciudadano de Albatros, si él fuera a prisión por alta traición, destrozaria a su padre.
—Ella... —suspiró —Está embarazada.
El canciller hizo un gesto de burla ante las palabras del médico.
—Así que el príncipe Adrián se nos adelantó —se recostó en su silla y miró al médico —¿Quién más lo sabe?
—Solo el príncipe heredero, estuvo afuera todo el tiempo que estuve con la princesa y luego ella me pidió que le diera la noticia.
El canciller frunció el ceño ante las palabras del médico, que él recordaba los hermanos no fueron unidos... las palabras del guarda vinieron a su mente... la princesa pasaba las noches en la habitación del príncipe heredero...arrugó la cara con una mueca de asco ¿acaso esos dos?
—Puede retirarse —el médico asi lo hizo y soltó un suspiro, había revelado el secreto de la princesa, pero estaba seguro no era nada grave.
Nader
—Debemos tener cuidado —Yanin recostó su cabeza en mi pecho —Está será la última noche que pase en tu habitación.
—No estoy de acuerdo —susurré, mientras daba un suave beso en su cabeza —Ahora más que nunca debemos estar juntos.
Ella se apartó y me miró a los ojos.
—¿De qué hablas? —sonreí y acaricié su mejilla, está noche la habia amado despacio, con cuidado por que llevaba a mi hijo en su vientre, hacia frío, por esa razón no proteste cuando se puso su camisón de nuevo.
—He tomado una decisión... —abrí los ojos como plato cuando la puerta se abrió de un solo golpe, papá hizo su entrada junto con el canciller.
—¡Pensé era una mentira! —Yanin se cubrió más con la sábana por que estaba en camisón.
—Papá...—no me dejo terminar, estrelló su mano en mi mejilla.
—¡Esto es incesto! ¡Ambos deberían morir!
—Rey... —Yanin hablo pero mi padre no la escuchó.
—¡Llevensela! —grito a los guardias —¡Lo que han hecho es alta traición contra Albatros, se pudriran en los calabozos del reino!
—¡No la toquen! —grite pero también fui apresado, conocía a mi padre, él se dejaba llevar por la ira.
El canciller sonrió y se hizo a un lado para que me llevarán al calabazo.
—El príncipe heredero, al fin cayó —murmuró de modo que sólo yo lo escuché.
Aurus
—¡No puedes condenarlos sin un juicio!
Papá me observó desde su trono.
—¿Crees que no es una vergüenza lo que ha pasado aquí? ¡Esos dos sucios, durmiendo juntos!
—Papá... —no sabia que era peor para Nader y Yanin, si el rey sabía que ella no era su hija y todo era un engaño o pensar que era incesto.
—Pienso lo mismo que el príncipe Aurus —el príncipe Adrián tenía la mandíbula apretada —Exijo que mi prometida sea examinada por que me niego a creer que ella a estado con su hermano.
Solté el aire retenido, las cosas se estaban poniendo peor.
—Padre debo ... —mi padre levantó la mano en señal de que guardará silencio.
—¿Aún confía en mi hija? —el príncipe asintió —¿Y si todo es verdad?
Hubo un silencio por un instante.
—Si es verdad, lamentablemente la alianza entre los dos reinos llega a su fin.
Pasé una mano por mi rostro, la alianza terminaría y seria el fin para Albatros.
—¡Padre!—mi padre me miró desde su trono.
—No te quiero cerca de mi, todos me han decepcionado ¿cómo puedes estar abogando por tus hermanos? ¡Fuera de mi presencia Aurus! ¡Guardias!
Negué
—¡Debes escucharme!—la guardia real hizo su entrada.
—¡Escolten al príncipe Aurus hasta sus aposentos y asegúrense que no saldrá de ahí!
Fui sacado de la sala.
—¡Estás cometiendo un error! —grite pero la pesada puerta fue cerrada en mis narices.
Nader
—¿Sabes de ella? —Alfred asintió.
—No ha dejado de llorar, pero...
—Debes buscar un modo de sacarla de Albatros —Alfred asintió —Lleva a mi hijo en su vientre.
Él me miró atónito
—Debe hablar y decir que ella no es la princesa.
—¿Crees que mi padre me va a creer? A escuchado a ese maldito canciller, no aceptará que se le haga una prueba de ADN a Yanin ¡Sacala por favor Alfred de Albatros!
—Lo que me pide es arriesgado, el gabinete del rey está tomando el control del reino.
—¿Ahora son útiles? —bufé molesto.
Alfred miró hacia todos lados y luego se acercó a la reja.
—Harán un juicio, su hermano a pedido que se les de la oportunidad de defenderse, pero el príncipe Adrian a exigido que la princesa sea examinada para comprobar que aún es pura... pero lo que me acaba de decir... —Alfred bajo la mirada.
—¿Cuándo es el juicio?
—Nadie lo sabe, sólo el rey.
Di un fuerte golpe en las rejas, mis nudillos quedaron sangrando.
—¡Sacala de Albatros, antes del juicio! ¡Juro que te recompensare si la sacas del país!
—Majestad, haré lo que está en mis manos pata sacar a Yanin, no se preocupe por recompenzas, aunque usted ya no sea el príncipe heredero, mi lealtad es para usted.
Yanin
—¡Ana! —ella sujetó mis manos entre las suyas.
—¡Dios mio Yanin! —ella acarició mi rostro —¡Debes decir la verdad! La situación en el reino es como un enjambre de abejas.
—¿Crees que el rey me va a escuchar? Está ciego por lo que pasó.
Editado: 11.08.2022