No soy una princesa

Capítulo 27 [Final]

Entre al tribunal, esta lleno con el gabinete de estado de Albatros, también del reino de Adrián. El pueblo está presente, me han llevado esposado como un criminal.

Aunque tenian razón, había puesto en riesgo a todo el reino por mi decisión, la alianza no se llevaría a cabo y el país se sumiria en la pobreza. Mi amor por Yanin iba a condenar al reino.

El juicio comenzó, escuchaba a la guardia real declarar que Annabella dormía en mi habitación, incluso historias que nunca viví con ella, mi mente no estaba en las cosas que decían, Alfred me había informado que no había podido sacar a Yanin, lo alente sacarla después del juicio, no me importaba mi futuro, conocía las leyes de Albatros. La alta traición ahora era condenada en cadena perpetua, no me importaba, lo único era ella y mi hijo.

Aurus estaba de pie junto al trono, su mirada era de preocupación, siempre pensé que él sería la primera persona en estar feliz si yo perdía mi derecho al trono, pero me había equivocado.

—Haganla pasar —Fui levantado de mi sitio, y empujado hacia una habitación, me sentía impotente quería verla.

*****

Narrador.

Annabella hizo su entrada con la cabeza en alto, no miró hacia ningún lado, sus ojos estaban concentrados en su padre.

Escucho murmullos pero no le importaban en lo absoluto.

El juez la miró por encima de sus espejuelos.

—Algo que decir princesa en su defensa por la acusación de alta traición contra el reino de Albatros.

Ella asintió.

—Se me acusa de algo que no he hecho ¿cómo pueden creer que tengo alguna relación sentimental con mi propio hermano? Hijos de la misma madre y el mismo padre. Como soy la más perjudicada en esta acusación, Exijo se me haga examinar a lo inmediato y se pruebe mi inocencia y la del futuro rey de Albatros.

—¿Está segura que quiere ser examinada? Se ha dicho que espera un hijo de su hermano.

—Muy segura, el único hijo que llevare un dia en mi vientre,será el del príncipe Adrian cuando sea mi esposo.

En la sala se escucho un murmullo. El rey los hizo callar.

—¡Traingan a otro medico, revisen a la princesa ahora mismo!

Annabella se giró y vio a Adrian ahí sentado, suspiró por qué todas las dudas y el mio que tenia por su matrimonio se habían disipado, él confiaba en ella y eso la hacia feliz por que su futuro esposo no juzgaba a la ligera como su padre.

Espero hasta que llego el médico de confianza de su padre, camino delante de él. Todo iba a ser aclarado y su hermano recuperaría el derecho al trono. El futuro de Albatros iba a ser sobre el sufrimiento de ambos, pero por lo menos ella ya se había hecho a la idea de que Adrián sería su esposo.

Nader

Toda la sala está en silencio, solo puedo verla de espalda, me han hecho entrar hasta este momento, no sé que ha pasado.

El médico de confianza de papá está ante el juez, lleva un papel entre sus manos.

—Puede leer el dictamen —bajo la cabeza, han examinado a Yanin, confirmaran el embarazo, levantó la cabeza ante lo que han dicho.

—... En conclusión la princesa aún es virgen y en su vientre no hay un bebé —miró rápidamente a Yanin, ella gira si rostro hacia mi... es Annabella, mi hermana esta aquí ¿Dónde está Yanin?

La ansiedad me embarga ¿Dónde esta mi mujer?

—¿Está seguro? —mi padre a preguntado.

—Muy seguro, aquí está de testigo la enfermera que me asistió en el exámen realizado.

—¡Canciller!—el hombre se acercó al médico —¿Por qué ha mentido en contra de mis hijos? Hay una prueba contundente de que mi hija es virgen aún.

—Su majestad, el médico aquí presente —busco con la mirada al doctor que había examinado a Yanin, pero no estaba por ningún lado —Él me dijo que la princesa estaba embarazada y la guardia real me dijo que la princesa dormía en las habitaciones de su hermano, usted lo vio con sus propios ojos.

—Lo que yo vi fue a mi hija sentada en la cama de su hermano conversando, me deje influenciar por usted. Me doy cuenta que lo único que buscaba era destruir la alianza de los dos reinos, ¡aquí quien cometio alta traición es usted!

El canciller negó rápidamente, pero los gritos de mi padre en la sala no paraban.

—¡Quién debe ser enjuiciado es usted! Metí a la cárcel a mis hijos, ensucie el nombre de mi hijo e hija ante el pueblo de Albatros. 

—Perdóneme su majestad, me deje llevar por chismes mal intencionados, le prometo que nunca más volverá a pasar.

—No volverá a pasar, por que usted estará en la cárcel, en el lugar que quizo meter al príncipe heredero.

Mi hermana y yo fuimos absueltos, el juicio continuo en contra del canciller, no me quise quedar, necesitaba saber que había pasado con Yanin. Salí del tribunal y caso corri, me detuve cuando mi hermana me llamó.

—¡Nader! —me giró y ella me alcanza —No está en el palacio, ni en el país.

—¿Dónde está? —Annabella me miró a los ojos.

—No lo sé, pero no deberías buscarla. Para mí padre el que te unas a una indigente será alta traición, jamás te dejará ser feliz con ella y quien va a sufrir será tu hijo. A mi parecer tu hijo estará mejor lejos. El futuro de Albatros será sobre nuestro sacrificio.

—¿Sacrificio? ¡Huiste dejando un gran problema!

—Hablas como si me fui del país —sonríe —Jamás me fui del castillo, estaba asustada por la boda, iba a casarme con un extraño y empecé a sentir cosas por mi profesor de literatura —suspira —Estaba aterrada.

—Amabas a Adrián 

—De lejos, pero ya teniendolo casi cerca para concretar una vida juntos, sentí miedo y mucho. Creía que amaba a mi profesor, pero me di cuenta que no era así.

—¿Dónde está él? 

—Él se fue del país, cuando le dije que iba a casarme con Adrián, que realmente no lo amaba —bajo la mirada.

—Si lo amabas —levanté su barbilla y sus ojos estaban vidriosos.

—Soy una princesa —declaró —El futuro de este reino depende de mi unión con Adrián, maduré y me di cuenta que no iba a permitir que Yanin ocupará mi lugar por mi cobardía, desde que nacemos sabemos que tenemos una gran responsabilidad por esta gente. Además estoy segura que amaré a Adrián, lo espie cada día por los pasadizos y en su habitación ese hombre pasaba en reuniones buscando lo mejor para su pueblo y para mi pueblo. Ama a la Annabella que conoció —sonrió —Y se que también me amará —no dije nada, solo la atraje a mi pecho y la abracé mientras ambos llorabamos por las personas que amábamos y no estaban más a nuestro lado.




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