No soy una princesa

Epílogo

Han pasado tres años y medio desde que Nader renuncio al trono de Albatros.

—Preciosa —levantó la mirada y veo al antiguo rey que esta colocando el gorro para el frío a Sophia —Eres la princesa más bella de este planeta.

Mi hija Sophia a conquistado a su abuelo, quién se olvida totalmente de toda la frialdad de la que se vistió un día, estamos en invierno, todo a nuestro alrededor está cubierto de nieve, carga a Sophia y se sienta junto a mi.

—He investigado tu vida —me mira con una sonrisa —Tu parecido con mi hija es impresionante y honestamente eso no me dejaba dormir, tenía miedo de que mis nietos fueran hijos de dos hermanos...,pero por sangre no tienes ningún parentesco con la familia real, tus padres eran buenas personas, no eran de Albatros, a raíz de problemas de presión de tu papá, decidieron mudarse a un lugar tranquilo y Albatros les pareció el lugar indicado... tristemente murieron en el incendio, el cual no fue provocado, fue un lamentable accidente, tú eras hija única, me da tristeza saber por todo lo que pasaste al quedarte sola, vivías en la calle.

Asentí y miré hacia el horizonte.

—Lamento el tiempo que estuve lejos de ustedes, me perdí gran parte de la vida de Irus.

—Solo tiene tres años y medio, ama a su abuelo.

—Lo sé, pero no viví con él lo que estoy viviendo con Sophia.

Puse mi mano en la suya.

—No miremos el pasado, estamos en el presente y usted su majestad esta cerca de sus nietos.

—Los príncipes de Albatros, el trono será de Irus.

Le sonreí 

—Su madre no es una princesa y no puede ser rey, pero es algo que no nos quita el sueño.

—Eres una princesa, has sido registrada como la princesa Yanin Rowland en los libros del reino.

—Su majestad, no olvide que Aurus es el rey de Albatros

—Mi hijo no es feliz, lo veo en su rostro —me miró y luego suspiro —Por mi egoísmo mis dos hijos varones son infelices, estoy seguro que Nader debe extrañar el no ser el rey, él fue preparado para el trono, mi terquedad hizo que mi hijo se fuera de Albatros, que Aurus un espíritu libre este atado en el trono.

Guarde silencio porque eso sospechaba que él en el fondo deseaba ser siempre el rey.

Nader apareció con Irus de la mano, la caminata ya había llegado a su final, mi hijo era la viva copia de su padre y lo imitaba en todo.

—Padre —subió los escalones y se quito los guantes, beso la mano de su padre e igual lo hizo Irus, luego se tiro a sus brazos.

—Abuelo —mis hijos amaban a su abuelo, el rey aburrido de tantas fotos que recibia a diario de su nieto, decidió ir a la casa y conocer en persona a Irus, él ya tenía un año y medio de edad, quedó prendado de su nieto y cada día no dejaba de visitarlo, ni de llamarlo, ya Sophia estaba en mi vientre. No se perdió cada día de la vida de Sophia desde que llegó al mundo, estaba arrepentido de no haber vivido lo más importante de la vida de Irus.

Nader se sentó junto a mi, tomó mi mano entre las suyas y con una sonrisa observó a su padre jugar con los niños.

—Aurus esta desesperado por dejar el trono —murmuró el rey.

—Entiendo —murmuró Nader, desvió la mirada hacia el horizonte y no dijo nada más.

Quizás no aceptaba el trono porque tenía miedo de que no me agradará la idea o porque yo no era una princesa y no podía ser su reina.

—¿Has tenido noticias de Annabella?

—Está muy feliz con Adrián y la llegada de los gemelos, quién iba a decirlo, que la princesa retraída se iba a convertir en una defensora de su país —el rey sonrió y miró a Nader —Planearemos la visita para ir a ver a tu hermana y los gemelos... —se aclaro la garganta — Es mejor viajar juntos para evitar que hagan doble trabajo en el castillo de Annabella.

Nader soltó una carcajada 

—¿Por qué mejor no aceptas que no puedes vivir sin mis hijos? Que no te imaginas viajar y no tenerlos cerca.

El padre de Nader se aclaró la garganta.

—Mis nietos llorarian mucho si no me ven por un par de días y quiero evitarles esos sufrimientos, Irus y Sophia deben empezar a socializar con su familia, son príncipes.

Nader no dijo nada, vi su mirada triste.

—Debemos volver —murmuré, él me miró sin entender —Albatros necesita a su rey.

—Albatros tiene un rey, Aurus.

—Él se ha sacrificado por nuestra felicidad, es tiempo que lo liberamos.

—Yanin...

Me puse de pie 

—Estaré contigo apoyándote en todo lo que necesites, así como tú has estado para mí.

—Amas nuestro hogar, no te dejaré aquí, sola.

—Mi hogar está donde tú estés Nader, puedes subir al trono, sin temor de que los ministros se opongan, me han dado el título de princesa.

—¿Qué?

—Tú padre me lo ha dicho, él nota que Aurus no es feliz siendo un rey, creo que él es un espíritu libre.

Nader camino hacia mi y me abrazó, cerré los ojos al sentir el calor de su pecho.

—Yanin, es un trabajo duro, sabes bien que los chicos ya no tendrán la libertad que tienen aquí.

—Si la tendrán mi amor, tu sabes lo que es crecer en la soledad, nuestros serán preparados como los príncipes que son, pero comprendidos por sus padres. 

—En ese caso volveremos a Albatros, solo espero que Alfred nos acompañe.

Sonreí.

—Si Alfred y Ana deciden quedarse aquí, los apoyaremos, han sido nuestros amigos en las buenas y en las malas, lo importante es que son felices.

Si, Ana se había casado con Alfred, el tiempo que pasaban juntos los había acercado y se habían enamorado.

Irus llamó a su padre y Nader se acercó a ellos, me senté nuevamente y los observé, amaba mi hogar, pero también amaba a mi esposo y me daba cuenta que él no era feliz, desde niño fue preparado para el trono de Albatros, fue enseñado para ser un rey, y había aprendido a amar y esperar el día que subiría al trono, pero renunció por amor a mi. Esa había sido la mayor prueba de amor que él me había dado sin yo pedirla.

Hoy que Nader podía volver a Albatros y tomar posesión del trono, no se lo impediría, lo apoyaría siempre.




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