No Soy Yo

Dos

            Iban en filas de dos, cansados, con las caras sudorosas de tanto andar bajo el sol que se había levantado fuerte.  Las profesoras, dos en total, iban a los lados de la fila principal y algún grupo comenzó una canción conocida. El resto se unió, pero al cabo de unos minutos, la voz de una de las profesoras se dejó oír interrumpiendo los cánticos.

            -¡Pararemos para desayunar!

            Se sentaron en grupos por las piedras y otros por la hierba desenvolviendo los bocadillos. El bosque se hallaba en calma y cuando terminaron, ella y dos chicas más se alejaron hacia el rio. Les habían encomendado la tarea de hacer un dibujo del natural y creían que en el rio la vegetación sería más inspiradora.

           

            Se estaba enfadado por momentos al no salirle el boceto que tenía en mente, ponía mucho empeño pero... luego al querer regresar, el pequeño grupo se perdió del resto. Alguna sugirió que se separaran. Se oyó una especie de trueno en lo alto a pesar de que la mañana no podía ser mas despejada, y aquella repentina vibración en el aire...

            Luego la confusión, un golpe, un pitido muy agudo que le perforó los tímpanos... la mochila caída y todos los folios desperdigados entre la hierba. Caminaba lentamente hacia el sendero que daba a su urbanización y la cabeza le dolía más y más...

          -¡Uf! Me moría de ganas de salir de allí. Nunca me han gustado las bibliotecas por ese aire claustrofóbico que tienen. Parece que no puedas ni respirar por temor a que alguien te este observando. ¿Te das cuenta? Hoy a sido el primer día que no nos han llamado la atención en toda la tarde, ¿”Mel”?¿ Mellisa me estas escuchando?- la aludida sacudió la cabeza al notar como Hannah frente a ella le pasaba la mano por delante de la cara queriendo apartarla de sus pensamientos.

            -Sí perdona... ¿que decías?- Hannah se lo repitió pacientemente.- es verdad, ¿qué nos habrá ocurrido hoy? La Sra. Collins debe de creer que nos estamos reformando.

            Hannah bebió su cola molesta:

            -A mi nada, por si no te acuerdas has sido tú que con voz mandona me has hecho callar. Parecía que Madame La Rotte te había poseído o algo.- Mellisa sonrió con aire de culpabilidad.

            -Lo siento... no tendría que haberme puesto así, no volverá a ocurrir, te lo prometo.

            Estaban sentadas en el pub preferido de las chicas, propiedad de Jack Mc Courie, un irlandés  que había venido hacia treinta años a Estados Unidos con su familia.

El local estaba situado justo en el centro de la ciudad, en realidad el pub se llama “El As de trébol” y estaba decorado en tonos negros y verdes y paredes y mobiliario en madera oscura. Bajando las escaleras estaba la sala de billar y una diana que ya nadie utilizaba, al fondo algunas butacas y el televisor para quien quería ver algún partido los sábados por la tarde.

            Ellas estaban sentadas arriba, escuchando la música puesta de tal modo que no molestaba al hablar.

            -Vayámonos ya, son casi las ocho y media.

            Se despidieron en casa de Hannah como siempre, ya que les venía de paso y una vez en su habitación, descubrió a Carol escribiendo algo en su diario; parecía feliz.

              -Parece que te han dejado ir a su casa ¿no?

            -¡Oh Mellisa, ha sido la tarde más feliz de mi vida... hemos estado durante más de dos horas los dos solos en su habitación. Tiene las paredes llenas de fotos de él haciendo acrobacias en su skate y otras haciendo snow... ¡que guay! Además nos gusta la misma música... ¿a que parece increíble?

            -Me alegro mucho, muñequita... anda, bajemos a cenar.

 

            Después de cenar y de ver un rato la tele con sus padres, las dos hermanas fueron arriba, Carol deseaba explicarle con pelos y señales todo lo sucedido hoy, pero Mellisa se disculpó diciendo que estaba algo cansada y que podría seguir contándoselo mañana al ir al colegio. (Mellisa acostumbraba a acompañar a su hermana ya que le quedaba de camino)

            -¡Tengo tantas ganas de quedarme en la escuela! El año que viene cuando haga bachillerato superior no se si lo podre ver.

            -¿Que no ira a este instituto? Tampoco hay tantos por aquí...

            -No lo se, alomejor va al del centro donde cursan sus dos primos, en este de aquí el nivel es más alto y no sabe si lo admitirán.

            -Bueno tu sabrás... será asunto tuyo si aprueba o no, eres su profe particular ¿No? - le dijo guiñándole un ojo.

            -Espero que si... quiero estar siempre cerca de él.

            -Vamos no seas exagerada ni que se fuera a ir a otro estado, existen buses por si no lo sabias... además eres todavía una mocosa para preocuparte por los chicos. Si cuando mamá quiso tirarte a “Dumbo” por poco te da algo...- dijo refiriéndose al enorme peluche con forma de elefante medio roto que descansaba a los pies de su cama.




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