Fueron al “Bar de Jack” donde les esperaban los chicos.
—Tengo ganas de volver a ver a John.— dijo Hannah sin pensar. Melissa le hizo una mirada significativa y al darse cuenta se apresuró a decir — es que... debe pasarlo muy mal allí solo.
Acabaron sus refrescos y se dirigieron al hospital, allí lo vieron mirando la tele y pareció muy contento de verlos, apagó el aparato y los saludó.
— Hola, ¿qué hacéis aquí?
— Pues verás, pasábamos por aquí de casualidad...ah, ya que estas aquí, ¿sabrías decirnos donde está el bar?— bromeó Toni.
— ¡Bah! no le hagas ningún caso, ¿como te encuentras? —le preguntó Hannah.
— Bien, más o menos ya se ha soldado la pierna, lo que pasa es que todavía me cuesta apoyarla. Dicen los médicos que en una semana podré irme a casa.
— ¿Dentro de una semana dices?¡entonces podrás venir con nosotros de vacaciones por Pascua.
— ¿Donde iréis? Todavía recuerdo hace años que lo que más ilusión nos hacía era perdernos por ahí y hacer competiciones a ver quien encontraba más huevos.
—¡Ostras sí y el año que tu padre, Melissa se disfrazó de conejito...! —comentó Philip.
—Es verdad, a mi padre siempre le ha gustado hacer el payaso.
— Respondiendo a tu pregunta, teníamos pensado ir de acampada, ¡oh, ojalá puedas venir!— dijo Toni, animado solamente con la idea de ir los cinco por ahí. Melissa sin embargo notó como se le encogía el corazón y notó un escalofrío, recordó como un flash que aquello mismo había pasado hace tan solo unos días, cuando estaban todos ellos en ese mismo hospital, tratando de animar a un triste y aburrido Billy, ¡y ya no estaba!— esa sola idea se le hizo insoportable y salió de la habitación rompiendo a llorar sin poder evitarlo.
— ¡Melissa!— Hannah la abrazó y todos comprendieron al instante lo que le sucedía.
— ¡Oh!¡siento haberte hecho recordar a Billy!¡por favor no llores! — Melissa asintió enjuagándose el rostro y volvió a entrar diciéndole a John un poco avergonzada:
— Perdóname, no quería montar una escena, es que... este lugar y este momento me han traído desagradables recuerdos.
— No te preocupes, lo entiendo perfectamente.— así que, Melissa suspiró revolviéndole los cabellos y sonrió:
— Yo también tengo ganas de que vengas Johnny, nos lo pasaremos muy bien.
— Pero... las muletas serán un estorbo.
— ¡Oh, no! nosotros te cuidaremos, ¿verdad, chicos?— dijo Hannah.
— Claro, para eso eres el más peque del grupo.
— Oye, no es tan pequeño, tiene mi edad.— lo defendió ella.
— Total, dieciséis añitos de nada...
— Tú deja de presumir, el ser el más mayor no te da derecho a burlarte.— le dijo Melissa a Toni.—además si todavía estudias con nosotros es porque eres un negado para los estudios.
Toni ignoró sus palabras y paseó la mirada por la habitación:
— ¿Te tratan bien? debes de tener a todas las enfermeras cuidándote y por lo que he visto por ahí, hay un par que... no están poco buenas ni nada.—y miró de reojo a Melissa triunfal. Ésta no quiso seguirle aquel juego y apartó la mirada sin decir nada.
— Psé, no me puedo quejar, además, mis padres me vienen a visitar a menudo.
— ¿Y qué haces los días que no tienes visita?
—No mucho, tengo algunos sudokus y está la tele; pero si veo hasta programas que antes no me gustaban... — Le explicaron entonces lo del concurso de dibujo y el accidente en la vieja iglesia.
— ¿Te diste un golpe caminando dormida? ya te veía algo raro en la cara, pero pensé que te habías peleado con tus hermanos.
—Ostras nene, que tampoco somos tan bestias...
—¿Sabes que antes de la acampada toca la semana de la cultura en el insti? lástima que no puedas venir, seguramente habrán bailes de salón y esas chorradas. Un montón de invitados cutres dándonos la charla sobre museos o realizar alguna actividad para mantenernos entretenidos.
— ¿Os acordáis el año pasado? nos hicieron pintar la fachada de los patios.—recordó Hannah.
— Sí, hubieron muchas protestas, pero luego nos lo pasamos bien.
Toni y Philip se miraron, ellos no lo encontraron tan divertido, es más, se pusieron perdidos de pintura y además les abroncaron.
Después de charlar un rato decidieron marcharse, con la promesa de John de que vendría con ellos de acampada. Hannah se acordó que todavía no habían ido a mirar el dibujo ganador en el concurso.
—Bueno, pero vamos solo un rato, a ver que desastres habéis hecho.— dijo Toni, recibiendo una mirada de reproche por parte de Melissa.
En sus casas, las chicas avisaron a sus padres por si querían venir y fueron con ellos.
— No se ve a los chicos por ninguna parte.
— Bueno, ya vendrán, vamos a mirar los demás dibujos, a ver cual es el más chulo.
—¡Hala, parece una exposición de verdad!— exclamó Carol adelantándose hacia la sala de actos.
— Es que es como las de verdad.
Todos los dibujos tenían una cartulina debajo con el nombre y apellidos del autor, su curso y el numero de participación. Vieron el dibujo de Hannah y a pesar de que tanto Carol como Melissa dijeron que estaba muy bien, ella dijo que no se podía comparar con algunos que había por allí.
Entonces oyeron murmullos desde un rincón de la sala y algunas cabezas se giraron para mirarlas, mientras parecían observar con atención uno de los dibujos. Un chico que iba un curso delante de ellas, las señaló y dijo.
— Es ella, es la autora de este dibujo.
Las tres chicas se acercaron extrañadas, con Jonathan y sus padres siguiéndolas a poca distancia, entonces Carol hizo una exclamación de alegría señalando el dibujo y estiró a su hermana para que lo mirara mejor:
— ¡Uau!¡tienes el primer premio!¡eres la ganadora!