No Soy Yo

Veinticinco

Mientras tomaban cafés con leche calentados en el hornillo, acompañados por unos muffins, iban comentando lo de ayer.

—Jamas había pasado tanto miedo como ayer noche.— admitió Hannah.

—Es verdad, conozco este bosque como la palma de mi mano, pero en la oscuridad, cuando íbamos andando iluminados por las linternas me sentí un extraño.

—¿Cómo os han ido las guardias?

—Tranquilas, cada vez que se movía algo me asustaba, pero o era el viento o algún animalillo.

—Pues yo casi me hubiera gustado verlo, pero esta vez mas de cerca...— al ver las caras de pavor de todos, Philip los calmó.— lo digo porque así saldría de dudas de si el tipo era una especie de hombre—gato como el que vio Melissa, o simplemente un pobre vagabundo y el juego de sombras nos jugó una mala pasada.

Melissa se abrazó las piernas con ambos brazos:

—Ayer vi lo suficiente para saber que era la misma cara que se me apareció en la vieja iglesia. Una vez ocurrido lo de esta noche, ahora estoy lo suficiente segura para saber que no fue ninguna pesadilla, digas lo que digas tu, Philip.

—¿Iba armada la figura que vistes en la iglesia?—le preguntó Philip, ésta asintió.

—¿Me creéis entonces?

—Pues de esta manera no tenía intención de matarte cuando no usó su arma nada más verte, yo creo que quería cogerte a la fuerza, como un rapto o algo así.— ella miró a Toni asombrada; es verdad, no había caído en eso...

—¡Qué horror!¡y pensar que aquel monstruo entró mientras dormíamos!—dijo Hanna.

—Podría ser que esa figura entrase por la abertura del techo o a través del campanario de alguna manera... ¿Y si vino por el aire?

—¿Cómo, volando?

—No digo que volara como los pájaros so tonto. Podrían haber venido en un helicóptero y haberlo dejado en el tejado.

—¿Un hombre—gato que vino en un helicóptero?—se burló Philip, resistiéndose a creer aquellas fantasías.

—Nos explicaste que te despertó un sonido, pero que no pudiste saber con exactitud lo que era. Luego ya despierta, aquel tipo saltó desde las escaleras derrumbadas. ¿no crees que pudo venir en un helicóptero cuando todavía dormías?— Melissa no contestó y se mantuvo pensativa, entonces alzó la cara de golpe:

—¡Un ovni!¡era un ovni, por eso era tan silencioso!¡ahora lo comprendo!¡y tanto Jonathan como yo lo vimos el día en que terminó la función!

—Seguro que están todavía dando vueltas por nuestra ciudad buscando algo o a alguien.— murmuró Toni frotándose la cara nervioso.

Todos se miraron con la tensión reflejada en las caras, tenían la sensación que estaban haciendo meras suposiciones y que al final, todo tendría una explicación lógica.

Hanna también pareció recordar algo:

— Me estoy acordando de algo que nos dijiste aquella tarde en el super. Explicaste que el día en que enterramos a Billy, os pareció ver a mi hermano y a ti una figura en el bosque, ¿no sería la misma?— Melissa se encogió de hombros:

—No recuerdo nada, solamente vimos una sombra entre los árboles que nos observaba.

Al final Philip se levantó:

—Bueno, aparquemos este tema por ahora. Si pasa algo más avisaremos a las autoridades. Se ha levantado un día esplendido, ¿os apetece ir al rio a bañaros? Después hemos de ir a reponer provisiones.

—¿Entonces nos quedamos aquí? creía que, después de todo eso, regresaríamos a casa— dijo Hannah.

—Bueno, al menos estamos todos juntos y todavía estamos de vacaciones. Pasemos el resto del día aquí, si hace falta reanudaremos las guardias y mañana ya nos vamos a casa. Me da la sensación que ya no lo vamos a ver más.

 

Mientras tanto, por la tarde Carol fue a visitar a Jonathan al hospital. Éste se sorprendió al verla, ya que no habían coincidido desde aquel incidente en su casa, con el poema.

—¿Cómo estas? Melissa me explicó lo de tu enfermedad.

—Sí, tengo que quedarme aquí entre estas cuatro paredes de plástico hasta que encuentren una cura... si es que existe una.

—Vaya.— Carol no sabía qué decirle, se sentía de pronto muy nerviosa y algo cohibida.— cuando me lo contaron primero pensé que exageraban, pero veo que es verdad... que fuerte... ¿qué tienes en los pulmones?— hizo gesto de abrir la cremallera de la primera puerta, pero el chico se lo impidió de inmediato:

—¡No, no abras! antes debes ponerte este traje de ahí— ella se lo puso con un poco de dificultad:

—Jolines, parece un traje del espacio.— y entró, pasando por el esterilizador hasta la segunda puerta que abría el espacio donde estaba el chico.

—Son las normas, si alguien del exterior entra sin protección yo moriría.

—Pero no puede ser tan grave... ¿por qué te ha pasado esto tan de repente?

—Nadie lo sabe.— Carol se mantuvo en pié bastante incómoda y al final le dijo:

—Perdona mi enfado aquel día en tu casa.— éste la miró, un poco sorprendido por la mención de aquel tema, que, según los hechos actuales, había arrinconado a un lado.

—Tienes que perdonarme a mí, fue un tremendo error, pero no pasará más, te lo prometo.

—Pensé que eras malo... no esperaba esa reacción y me asusté.

—Sí, lo comprendo perfectamente, gracias a ti y a Melissa por no decírselo a nadie más. Con mi hermana no tengo tanta confianza como con ella, se portó muy bien conmigo.— Carol carraspeó un poco al oírlo hablar así.

—Bueno, ya esta pasado y además seguro que ahora tienes otras cosas en las que preocuparte...— y queriendo cambiar de tema.— ¿por qué no me hablas de “lo otro”?

—¿Lo otro?¿qué quieres decir?

—Ya sabes, lo tuyo... lo de tus poderes con la mente...— éste la hizo callar temeroso mientras miraba receloso hacia la puerta de salida:

—Ssssst, no hables de eso aquí.. podrían oírte

—No hay nadie en el pasillo, la única enfermera esta en recepción.— no podía disimular su curiosidad porque Jonathan le hablase sobre eso. Éste se levantó de la silla donde estaba sentado y se paseó por aquel reducido espacio:




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.