No Soy Yo

Veintinueve

Los cuatro iban en el coche de Toni, bastante preocupados por lo de Melissa. De la joyería habían ido al campamento y habían visto que las cosas de su amiga ya no estaban. Entonces lo desmontaron todo y se fueron en coche por la ciudad por si la veían. Ninguno podía explicarse el porque de su repentina acción y hablaban tratando de aclararse.

— ¡No lo entiendo!¡la verdad es que no entiendo a esta chica! —Toni golpeaba de muy mal humor el volante.

—Cálmate Toni, poniéndote así no conseguirás nada. — le dijo su amigo sentado a su lado. Él no quería enfadarse, pero aun así se sentía bastante molesto; con Melissa y con aquel maldito collar que había provocado la desaparición de su amiga y la tensión entre los cuatro. Hanna no quería decir nada al respecto, se mantenía muy seria mirando por la ventana, perdida en sus propios pensamientos. John no paraba de decir que seguro que aquello tenía alguna explicación para que hubiera actuado así, aunque él mismo lo dudaba.

—¿Por qué no llamamos a su casa?— preguntó al fin Hanna.— seguramente estará allí.

—Si, será lo mejor... no quería hacerlo antes para no preocupar a sus padres si no está allí, pero algo hemos de hacer.

Decidieron ir al bar de Jack que tenía teléfono público y al llamar a su casa lo cogió Carol.

—¿Hola Carol, está Melissa?—preguntó Toni.

—No, no está, ¿eres Toni? Pensaba que estaba con vosotros de acampada, aquí no ha venido...

Toni miró a sus amigos negando con la cabeza y Philip emitió una maldición.

—Bueno Carol, no te preocupes — dijo de inmediato suavizando el tono de voz, pese a que estaba realmente angustiado. — solamente queríamos saber si había llegado, íbamos a salir y ella nos dijo que quería ir un momento a casa a buscar dinero, pero alomejor ha ido a otra parte, en fin, adiós.

Hanna fue la primera en hablar una vez colgaron el teléfono.

—¿Si no está en su casa donde se ha metido, con el collar y sus cosas?

—Ahora el collar no es lo importante, lo que de verdad importa es dar con ella cuanto antes. Espero no le haya pasado nada.

El camarero al verlos tan angustiados sintió curiosidad:

— ¿Qué os ha pasado chicos?

—Es nuestra amiga Melissa, no sabemos dónde está. ¿No habrá venido por aquí verdad?

—¿La chica de ojos soñadores? No, la verdad es que hace días que no la veo... bueno, la verdad es que hacía días que no os veía a ninguno, ¿habéis pasado las vacaciones fuera?

—Esta semana nos hemos marchado de acampada.

—¿Y si estaba con vosotros.. la habéis perdido?— ellos no quisieron darle tantas explicaciones e inventaron una excusa. Entonces una chica que iba al mismo instituto se acercó a ellos a la barra:

—Hola, os he estado escuchando desde aquella mesa. —todos se giraron y vieron en una de las mesas donde habían sentadas otras dos chicas, ambas los saludaron alegremente.— creo que la chica que buscáis la vimos hace un buen rato por el centro. Parecía andar como en babia...— entonces carraspeó sin poder ocultar una risilla.— no parecía encontrarse muy bien, parecía buscar algo y al final la vimos entrar en el hospital.

—¿El hospital?— dijo Toni poniéndose rápidamente en pie para dirigirse hacia allí. Pero Hanna lo detuvo:

—Es posible que fuera para ver a mi hermano. Parece extraño, pero me he dado cuenta que recientemente parece sentir una afinidad especial por él, es raro lo sé, porque nunca han tratado demasiado, pero se lo que digo, y además él está pasando por una fase complicada también, por lo de su enfermedad y demás, juraría lo que fuera que ha ido a hablar con él.

La chica que había hablado emitió una tosecilla para darles a entender que todavía seguía allí, porque de repente todos la habían ignorado.

Philip le sonrió agradeciéndole la ayuda y ésta volvió con sus amigas.

—Bueno, ahora que sabéis que esta sana y salva, ¿os pongo algo de beber?— les dijo Jack con su característica sonrisa de medio lado.

—Sí, sírvenos unas colas... bueno para mí y Philip unas cervezas.— le dijo Toni—estaremos abajo.

Una vez sentados en la sala de los billares, ellos permanecieron pensativos. Podía notarse la preocupación en todos ellos.

—¿Qué creéis que le ha podido pasar? —no acostumbra a hacer ese tipo de cosas, conozco a Melissa y no es demasiado impetuosa la verdad...— dijo Philip.

—No, pero desde hace algún tiempo yo también la encuentro rara.— comentó Hanna y al momento se mordió el labio sintiéndose culpable. Melissa era su mejor amiga desde que vino a la ciudad, Hanna tenía un carácter más extrovertido y alegre y aunque tuvo la oportunidad de convertirse en una de las chicas más populares del colegio, por su inusual aspecto, (carita de muñeca de cabellos blancos y ondulados), decidió permanecer con ella, todo tranquilidad y pasar del grupo de “Popus”, las chicas pijas que se llevaban a todos los chicos de calle, pero que solamente se preocupaban de seguir las últimas tendencias de moda.

—Sí, todos nos hemos dado cuenta de que ha cambiado. Pero eso en cierto modo es normal, tened en cuenta que es muy reciente la muerte de Billy y de alguna manera todos lo hemos notado.— dijo Toni.

—A mí no me cuenta nada, si hago mención de ello, al contrario, se ríe y me dice que está bien, como siempre, pero yo sé que no es verdad..—dijo Hanna.

—¿Creéis que Melissa descubrió que el collar era bueno y por eso se fue con el sin dejar que lo vendiéramos? —dijo John. Todos criticaron esas duras palabras.

—Bueno, también supo de alguna manera que ocurriría lo del accidente y así fue... no me extrañaría que tuviera alguna especie de sexto sentido.—dijo Philip.

—Espero que cuando podamos volver a verla nos lo diga ella misma. Nos debe una buena explicación. — dijo Toni.

 

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Melissa acabó de recoger el último de los libros y miró a Jonathan sin habla. Éste se cruzó de brazos:




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