No sueltes mi mano

Capítulo 8: Buen provecho

Bastian
A la chica se le empañan los ojos con mis palabras y sí, siento lástima, quizás la traté demasiado mal sin darme cuenta, ella suspira, se da la vuelta y comienza a recoger todo

— ¿Qué crees que haces? — cuestiono viendo como tira la comida y comienza a sacar más alimentos

— Mi trabajo

— Te dije que te fueras, estás despedida, ¿eres sorda?

— Estoy loca— dice cortando cosas— no soy sorda, pero estoy loca y no me iré de esta casa hasta que no termine lo que vine a hacer, ya luego me iré, pero tengo una hora y la voy a usar— suspiro

— Bien— tomo asiento sin dejar de observarla—voy a vigilarte no vaya a ser que me robes algo— ella ríe.

Los siguientes minutos la veo trabajar con destreza, como toda una profesional y me sigo preguntando por qué alguien como ella no tiene un trabajo mejor que este que le ofrezco, pela, limpia, corta y cocina todo como toda una experta, es ágil y solo se queda pensativa segundos para luego volver a hacer algo, es todo un arte verla cocinar y si la comida sabe cómo cocina entonces será la mejor comida que habré probado en mi vida

De la nada se detiene y coloca sus manos en la encimera, no sé cuanto tiempo ha pasado, pero han sido como segundos al verla

— Isabella— me acerco a ella con cuidado— Mírame Isabella— le pido, ella niega, pongo mis manos en sus hombros y hago que se voltee para ver sus ojos llenos de lágrimas, maldigo en mi interior, la he tratado demasiado mal

— Ya está la comida — algunas lágrimas ruedan por sus mejillas— pero no voy a limpiar lo que tu novia hizo porque no soy una esclava— masculla y pasa sus manos por sus mejillas limpiando sus lágrimas — buen provecho — se aleja de mí, volteo para alcanzarla, pero Vanesa lo hace primero

— Ángel — grita al verla y la abraza— ¿Qué haces aquí? En la mañana no me dijiste

— Nada linda — esta se pone a la altura de la niña

— Estabas llorando? Estás mal?

— No cielo, estoy bien, muy bien— ella acaricia el rostro de la niña y si, la mira como una madre y no precisamente como Karol lo hace

— Viniste a jugar conmigo?

— Ahora no puedo linda, pero quizás algún día— deja un beso en su mejilla— Cuídate ¿si?

— Ángel espera— la niña se acerca a ella cuando se iba — toma, para que no me olvides — le extiende la muñeca

— Jamás te olvidaré linda, pero gracias— se abrazan y luego solo veo a Isabella irse, Vanesa me mira

— Estaba triste — dice — fuiste malo con ella también? — malo? soy tan malo? si, si lo soy con mi hija y con Isabella

— No soy malo— la contradigo, ella niega

— Juegas conmigo?

— No tengo tiempo niña— paso por su lado y si Isabella tiene razón en algo es en que el papel de padre me queda grande, no soporto a los niños y no quería tenerlos tampoco.

— Hermana— la abrazo al llegar al comedor donde están todos reunidos— me alegra que vinieran— miro a Herald

— Muero de hambre — dice Karol sonriendo mirándome con picardía, aún no le doy una respuesta aunque no sería difícil casarme con ella pero aún no sé su verdadero motivo de buscarme luego de tantos años, ¿dinero tal vez?

Miro la comida que me sirven y doy el primer bocado, los sabores se mezclan en mi boca haciendo una explosión, ¡joder! sé que he probado algo parecido en algún restaurante de la ciudad, pero ahora mismo no recuerdo, es maravilloso, el plato es sencillo, pero decir que es delicioso se queda corto

— Waw— Alex suspira— esto está maravilloso  jamás había probado algo tan bueno

— Hijo— mi madre me mira—¿quién preparó hoy la comida? Está deliciosa, hay que felicitar a esa empleada, ¿Quién fue?

— Isabella — responde mi hermano por mí— esa chica tiene manos de dioses joder

— Tampoco es para tanto— masculla Karol comiendo con rabia

— Donde esta? — pregunta Lizeth de pronto— Irma tiene razón, hay que felicitarla— me mira

— No está, la despedí — todos dejan de comer y me miran

— Estás loco Bastian? — expresa el abuelo— por qué despides a la mejor cocinera que hemos tenido en esta casa?

— Bueno ella— me callo, qué decir?

— La chica se lastimó — dice Alex y lo miran— cortó sus manos gracias a Karol que rompió una jarra en la cocina y Bastian se enfadó al ver el suelo sucio— Ricardo niega

— Pensé que habías cambiado— dice mirándome fijamente — pero no dejas de ser un engreído

— Abuelo

— Esta casa es de todos Bastian, más te vale que mañana esa chica esté aquí, la quiero de vuelta cocinando— se pone de pie y Lizeth lo sigue

Luego de la cena voy al despacho, en donde la encuentro? Esta ni siquiera puso dirección alguna en su currículum, Diablos! le debo un trabajo y una gran disculpa, pero cómo la encuentro si no sé donde vive

— Bastian— Herald entra al despacho — podemos hablar?

— Siéntate — me siento frente a él

— Te agradezco que nos hayas invitado a vivir aquí, sé que en el pasado no terminamos bien pero

— Necesitas trabajo? — voy directo, él asiente— bien, te daré trabajo en uno de mis clubes, pero Herald, me traicionas esta vez y juro que no te doy más oportunidades aunque seas el esposo de Alessia

— Te lo agradezco Bastian, no tengo como agradecerte esto, en serio

— Yo si sé cómo me lo vas a agradecer— sonrío — búscame a esta chica— le extiendo una foto de Isabella que estaba en su currículum

— Como se llama?

— Isabella Ross, me la traes hasta acá y ya no tendrás nada que agradecer— él asiente

— Será difícil si no sé donde vive

— Confío en ti Herald—sonrío cuando sale del despacho, Isabella, voy a encontrarte y esta vez no te dejaré ir.




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