No supe olvidarte

18

—Con el señor Evan por favor — le digo a la secretaria pechugona, de la que estoy segura dará el botonazo con esos cenos.


—De parte de quien — su sonrisa es genuina.


—De Aleyna Herrera — estoy segura que ese viejito no querrá recibirme, pero vengo dispuesta a todo, con tal de que este nos deje de molestar de una buena vez, ya que mañana es la primera audiencia.


—Espere un momento la anunciare  — la secretaria llama por teléfono y tal como dije la señorita me mira con gesto de disculpa y de todas maneras entro a la oficina.

 

El señor cuelga, ese hombre sigue con ocupar la presidencia y el lugar de Evan. Me mira despectivamente, su odio es tan fuerte, que si las miradas mataran yo estaría en cenizas ahora.
Camino hasta quedar justo enfrente del escritorio, tomo asiento en los sillones que tiene.

 

—¿Qué es lo que quieres? Vete o llamo a seguridad — yo solo puedo tener una leve sonrisa y eso lo enoja aun más.


—Desde que nos conocimos oficialmente usted me ha declarado la guerra, yo soy tranquila pero no voy a permitir que usted ponga en duda el origen de mi hijo, a mí no me importa el qué dirán ni las cosas que estoy segura usted y toda su familia no soportaran ¿Sabe? Es curioso que usted hablando de falsedades, haya casado a su hijo por interés, una boda arreglada “Evan Dennison arregla la boda de su difunto hijo” y como ese muchos más titulares de las mejores revistas y medios del país.


—¿Me estas amenazando? — su tono de voz aun es más duro.


—Tómelo como quiera, aparte que ese lugar donde se encuentra sentado no le pertenece, a mí me pertenece así que, retire la demanda y todas sus malas intenciones y usted y yo estaremos bien de lo contrario prepárese porque iré con todo. Que tenga buena tarde.

 

Me levanto del sillón y camino con toda la seguridad que me queda, al estar fuera del edificio, me siento libre, puedo respirar de nuevo.


Me subo a un taxi y doy la dirección de la casa, el tráfico en esta ciudad a veces me estresa, a mi hermano y cuñada le van bien en su trabajo, van prosperando eso me alegra mucho.

 

Al llegar, me encuentro a David platicando con mi madre, le gusta mi madre lo sé, él es viudo y su esposa no podía tener hijos, así que no fueron padres. Me les quedo viendo un rato sin que sepan que he llegado, pero ellos me descubren.

 

—Hola hija, te vez cansada ven siéntate, no es bueno que te  agites demasiado, ya no eres tan ligera de peso como antes — he subido quince kilos en total, mi estómago ha crecido, los pies me duelen rápido y se me inflaman.
Ayer he leído la carta por fin, llore perdone lo que no sabía que tenía que perdonar, lo extrañe y ame aun más a pesar de que ya no este conmigo, con su hijo.


La guerra entre su padre y yo ha comenzado, iré con todo sin impórtame las consecuencias, luchare por lo que Evan le dejo a nuestro hijo aunque muera en ello, al nacer mi hijo ya no tendré nada que perder y para eso ya falta poco, mi madre ha hecho mucha ropita de varios colores ella al igual que yo piensa que será una niña, pero no podemos estar seguras.


***

 

Los días han pasado muy rápidos el abuelo de mi hijo sigue con el juicio y yo he respondido a su grosería y a esta hora todos deben de saber lo que le hizo a su hijo, me siento mal por Ingrid, pero ella ha reaccionado bien, claro que antes de hacer algo le dije lo que pasaría si lo hacía y ella estuvo de acuerdo.
Nos hemos hecho buenas amigas, desde que nos empezamos a tratar hace dos meses, su familia le ha dado la espalda por ayudarme y hoy es la tercera noche que duerme en mi casa, cada quien tiene su propia habitación, todos no llevamos bien.
Steve ha venido a visitarnos aunque me siento muy bien con su compañía, en una ocasión me acompaño al ultrasonido.

 

La noticia del juicio está en todos los medios pues como Evan viene de una familia respetable era de esperarse, pero el comentario que hice en una entrevista vino de maravilla y ahora es como pólvora regada.

Ahora mismo estoy viendo la nota en la televisión, donde estamos a fuera del juzgado.

 

—Señora ¿Es cierto que el hijo que espera es del fallecido Evan Dennison?


—Si lo es, pero parece que al señor Evan no le gusta la noticia y más la última voluntad de su hijo.


—Entonces usted sigue asegurando que el testamento es totalmente legítimo.




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