No tan típica adolescente

Capítulo I

Me sentía mal, tenía dolor de cabeza y me estaba retorciendo del dolor. La clara señal de que había llegado, Andrés; el mismisimo demonío para los que tenemos útero.

Me encontraba ahí, analizando la situación.
Rogando para que el charco de sangre no haya traspasado al colchón. Realmente parecía que alguien se había desangrado, bueno sí, yo literalmente me estaba desangrando pero me refería a algo más dramático cómo un asesinato.

Con frustración me levanté de mi cama para dirigirme al baño y poder darme una ducha y así evitar olores corporales y demás.
A punto de soltar las lágrimas grité con desesperación "MAMÁ Y MIS TOALLITAS" cosa que fue en vano por que esta totalmente sola, tuve que encontrarlas sola, ¿por qué no la dejaron en el mismo lugar de antes?. Ni papá ni mamá ni hermanos. Eso subió totalmente mi ánimo.

Casa sola, ¿saben lo que significa? tranquilidad absoluta.
No dude un segundo en en cambiarme y poner música lo más alto que pude, y ¡a mover la cachas señores!

Agarré los baldes y las cosas de limpieza para poder limpiar mi cuarto aunque pensandolo bien, necesito salir el fin de semana así qué ¿por qué no limpiar la casa para hacer los honores?.
Empecé por mi cuarto, llevando a lavar las sabanas que parecían una escena del crímen, camino hacía donde estaba la lavadora pasé por el cuarto de mi hermanos, obviamente no pensaba limpiar allí negativo base. Primero por qué Isaac no me devolvió el dinero que le presté y segundo ¡Diug! realmente me asustaba entrar al espacio privado de unos nenes de 12 años, bueno "nenes" unos pubertos realmente.

Seguí por el living, acomodé los almohadones, puse bien los cuadros!, limpié cuidadosamente la colección de mates de papá al igual que la delicada colección de tazas de mamá.

Limpiando los platos de el almuerzo escuché el ruido de un auto, el auto de mi papá y.. se acabó la felicidad. a apagar la música se dijo.

-Buenas Tardes hijita -exclamó dándome un beso en la frente yéndose directamente a su oficina donde literalmente pasaba 16 horas de las 24 que hay en el día.

Escuché unos pasos dirigiendose a la cocina.
- ALTO AHÍ- grité amenazando a mis hermanos con una espátula que estaba lavando. - Por favor limpien sus pies antes de entrar, los tienen embarrados, estuve mucho tiempo tratando de dejar brillosas las baldosas- dije aún con la espátula apuntandolos.
Elevaron sus manos en modo rendición y se sacaron los botines antes de entrar. Pasaron directamente a su cuarto sin decir ni una palabra, cosa que agradecí internamente ya que no estaba de humor para discutir.

Continúe limpiando la cocina hasta que escuché un grito, era mamá.
-¡Hijos! -gritó de forma desaforada. salí corriendo pensando lo peor hasta que la ví ahí parada con mil bolsas de supermercado, me miró y luego miró a las bolsas haciendo referencia para que ayude a bajar las compras del auto, traté de poner mi mejor cara pero era injusto que me siempre baje las compras del auto, mis hermanos no aparecían ni por gloria de Dios.

Terminé de poner la ultima bolsa en la mesada y grité
- Isaac, Daniel pueden acomodar las compras? por favor estoy muy cansada.-Ya me esperaba la tipica respuesta no respuesta; el silencio absoluto hasta que escuché unos pasos bajando por la escalera.
- ahí vamos - se escuchó al unísono. Festejé internamente, por fin iba a poder a acostarme.

Recordé que no había puesto otras sabanas, me dispuse a ponerla así acostarme tranquila. Luego de buscar por varios minutos otras sabanas, las encontré pero lamentablemente había dado vuelta mi cuarto, otra vez a ordenar, lo iba hacer más tarde me encontraba muy cansada a decir verdad, estaba realmente cómoda hasta que me acordé de algo YUKI mi perrita, no la había visto en toda la tarde. Desde mi cuarto grité el nombre de mi mamá preguntándole si la había visto, respondió tranquilamente que estaba en el veterinario que la había visto muy débil y decidió llevarla.

Su respuesta me indicó seguir relajandome en mi cuarto, todo iba realmente muy bien para ser verdad.

Y ahí estaba otra vez el maldito dolor de ovarios, Dios que horror, me siento muy débil y cansada cómo para ir a buscar una pastilla para calmar el dolor, decidí cerrar los ojos para concentrarme y poder dormirme, fue totalmente en vano. Me levanté dispuesta a buscar una pastilla, busqué en el maletín de emergencias, en mi cuarto, en el cuarto de mamá y nada, siento que estoy por morir, parezco una exagerada pero así es cómo me siento, al borde de la muerte.
Luego de aproximadamente 25 horas encontré las pastillas, bueno realmente habrán pasado unos 25 minutos pero lo sentí mucho más, encontré las pastillas por fín.

Luego de tomarme una, bajé a la cocina.
Mamá ya estaba preparando la cena, amablemente le pidió a mis hermanos si podían poner la mesa a lo que ellos hicieron caso omiso, eran mellizos por ende compartían el mismo nivel de estupidez, estaban la mitad de su día jugando con la XBOX y si no, con la computadora, o con las tablets o con el celular, estan literalmente consumidos por la tecnología.

Terminé de poner la mesa, junto a mamá y volví a mi cuarto para buscar mi celular, había cumplido un record, no lo había utilizado en la mayoría del día. Critico mucho a mis hermanos,pero mi celular para mí es cómo un dedo más de la mano. A todo lados conmigo, no era el mejor celular pero tampoco el peor, Hace lo que cualquier otro celular hace.

Después de varios minutos me llega el mensaje de una amiga preguntando si iba a ir a la fiesta del sábado sieguiente, tenía ganas de ir,muchas ganas. Hacía mucho que no salía. Le respondí que debía pedir permiso y que lo haría esta noche en la cena.


 




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