No te acerques a Holden Scott

Capitulo 11

"Somos de quien nos hace bajar la mirada y al hacerlo sonreímos." 
Benjamín Griss.

. . .

La mañana siguiente, cuando mi madre me llamó a la cocina, creí que me regalaría por saltarme clases. Ella nunca me hubiera dicho nada pero ya no parecía la mujer de ciudad que trabajaba todo el día y era algo impredecible.

—¿Si?—Entré en la cocina mirando alrededor, Patrick estaba junto a su portátil mirando algo en la pantalla y apenas me saludo pero mi madre sí alzó la cabeza para mirarme fijamente.

—Mañana tendremos la cena en la casa de Sara.

—¿Qué?

Mi madre rodó los ojos.

—Su madre me llamó para invitarnos a una cena entre familias. Dice que puede ser una oportunidad para presentar a la pareja.

Patrick la miró con una ceja alzada.

—Presentar a la familia, ¿todavía se hace eso?

—Al parecer.—Ella encogió los hombros y suspiró en mi dirección.—Hoy iremos a comprar algo para ponernos.

Negué.

—No creo que sea necesario.

—¿Qué no es necesario?—Preguntó Abbi entrando a la cocina con sus auriculares puestos. Aunque fingía que lo que sucedió en el autobús no le molestará podía ver su mal genio salir a flote cada vez que me veía.

—Joshua presentara a tu novia—respondió Patrick volviendo a su portátil.

Lo miré irritado.

—Ella no es mi novia.

—¿Presentarás a Sara?—Preguntó Abbi con los ojos muy abiertos y antes de que pueda responderle con alguna grosería mi madre se adelantó.

—Ya conozco a Sara, pero su madre me dijo que lo conveniente era presentar familias.

—¿Presentar familias?—Exclamó mi hermana con asombró y asco—, ¿En qué año estamos? ¿Qué más? ¿Harán que se casen por iglesia?

Abbi camino hacia la heladera para tomar una botella de agua y una fruta y salió de la cocina sin emitir más palabras. Tuve la sensación de que tenía algo más que decirme expresamente a mí, tenía una manera peculiar de mirarme como si quiera que mi cabeza estalle, pero se contuvo solamente mirándome al pasar y frunciendo el ceño.

Suspiré.

—Bien, volveremos temprano si me prometes que no usaré traje.

Mi madre sonrió.

—No prometo nada.

. . .

—¡Joshua!

Volteé la cabeza hacia la chica en los asientos traseros del autobús y miré su sonrisa avergonzada al alzar la mano indicándome que me acerque.

—Joshua, aquí—llamó Sara sentada a pocos asientos con la sonrisa brillante. Dude cuando palpo el lugar a su lado pero la otra opción era la mala cara de Abbi.

El autobús comenzó a moverse con una sacudida que casi me lanza al suelo y camine hacia ella, sentándome a su lado con incomodidad.

—Hola.

Su mirada se iluminó.

—¿Cómo estás? Abbi me dijo que te ausentaste ayer.

—Yo... Bien—miré a mi hermana ignorarme del otro lado del pasillo con los labios apretados.—¿Cómo estás tú? Me dijeron estabas enferma.

—No fue nada—bajo la mirada avergonzada y comenzó a explicar el motivo de su ausencia al mismo tiempo que el autobús se detenía en la siguiente parada, la de Holden.

Contuve el aliento y estire el cuello hacia la parte delantera. Quise enviarle mensaje por la noche, quería decirle que la pasé muy bien con él y que me gustaría poder tener más momento así. Quizás ir al cine o invitarlo a comer a mi casa, aunque él ya había ido a mi casa a merendar. Y pensé tan fuertemente en enviarle el mensaje que no pude evitar dudar antes de darle a enviar. ¿Y si él no lo había pasado igual? ¿Y si su tío lo había regañado por saltarse clases? ¿Y si...? ¿Y si...? ¿Y si...? Era una constante inseguridad que me ponía contra tan nervioso que termine durmiendo temprano para no seguir mirando la pantalla vacía de mi móvil.

Pero al ver el autobús detenerse no pude evitarlo y busque su mirada mientras subía los escalones de uno en uno. Saludo al conductor, quién le respondió de manera amigable, y luego se sentó ignorando el resto... y a mí.

Parpadeé desconcertado y me volteé hacia Abbi, pero ella seguía con el rostro fruncido en una mueca. La Vi suspirar sacando el móvil, colocarse los auriculares e ignorarme volteándome hacia la ventana.

—Joshua, oye—me volteé cuando alguien llamó tocádome el hombro por encima del asiento y Sara detuvo su relato para ver al chico de anteojos—. ¿Es cierto que ahora eres amigo de Holden?

Asentí y la chica a su lado ahogó una exclamación.

—¿Y eso qué?—Pregunté.

—Me dijeron que ayer te vieron salir con él del colegio—dijo la chica.

Sara me miró con atención.

—Si—intenté parecer seguro al encoger los hombros pero la mirada de todos los que nos oían hacían que mis mejillas se calienten.

—Mira, siento que debo advertirte—dijo el chico mientras su acompañante asentía cómplice.—Holden es malo, él... Conocí a un chico que fue su amigo hace algunos años.

—¿Y?

—No apareció.

Me aparté.

—Genial, más rumores.

—No son rumores—dijo otro chico junto a los dos primeros. Lo conocía, creo que llamaba Stephen.—Él se hizo amigo cercano de Holden, iba seguido a su casa, pero un día simplemente desapareció y su familia se fue del pueblo a los pocos días.

La chica asintio.

—Dicen que Holden lo mató y su tío tuvo que pagarle a la familia para que no digan nada.

Rodé los ojos.

—¿Tienen pruebas?

Todos intercambiaron miradas, hasta Sara los miró con inquietud, pero ninguno dijo que sí o me mostró pruebas.

Volví a mi asiento cruzando los brazos sobre el pecho y miré el hombro de Holden varios asientos delante.

. . .

Cuando entre en el comedor todos guardaron silencio. Los ignoré. Supongo que era de esperar, ser amigo de Holden Scott era prácticamente como estar a favor del maltrato animal y en es tonto pueblo además de rumores había muchas especulaciones. Todos parecían conocer todo de todos sin siquiera preguntar.



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En el texto hay: misterio, suspenso, boy love

Editado: 31.03.2022

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