Hola. Okey, quedan pocos capitulos para terminar esta hermosa historia y no sé como expresar la gratitud por el apoyo que le dan todos los días (en serio, desde el fondo de mi corazón, apreció todo), entonces decidí que, como es mi cumpleaños y también el de Holden voy a subir el resto de los capítulos en el día.
Espero que les gusten tanto como a mí y los disfruten como yo al escribirlos.
Hasta la proxima.
. . . . .
Ya había fotografiado tres modelos y una actriz de ultima hora que Jefferson incluyó para una publicidad de la que tampoco tenía mucho conocimiento y estaba hambriento.
Me tomé unos minutos para ir por un aperitivo y un café justo cuando Viv entró saltando con la mochila de su colegió al hombro. Me dijo que tenía turno y corrió a los vestuarios con una sonrisa de par en par, feliz, para que varios minutos después vuelva con un uniforme escolar de esos que usaban en los Animes y algunos accesorios tiernos en las manos.
—¿Cómo fue tu cita?—fue lo primero que pregunto entusiasmada al verme.
Le lancé una mirada a Viv parada junto a mí con una mueca concentrada, revisando una de las cadenas que colgaban de su falda, y suspiré.
—No fue una cita, estuvimos hablando del pasado nada más—bufé dejando el vaso desechable de café a un lado y recorté lo que sucedió luego con amargura—. Hol... Henry se dedicó a coquetear con la mesera en cuando me levanté para ir al baño.
Recordarlo volvió a ponerme de mal humor. Estábamos bien, creí que podíamos ser amigos de nuevo o que podría invitarlo al cine, pero en cuanto volví del baño encontré a la mesera sentada en mi lugar sonriendo de oreja a oreja y a Holden entregándole su móvil. Fue molesto, como cortar aquella sensación que tuve al sostenerle la mano.
Todo el entusiasmo de Viv se diluyó cuando le conté que volví caminando al departamento de mi abuela y me miró con pena.
—Joshua, lo lamento mucho.
—Tranquila, solo somos amigos.—Deseché el vaso y guardé la bolsa de galletas antes de voltearme con una sonrisa más animada—. ¿Comenzamos?
Viv asintió sin dejar de mirarme con pena y caminó el pequeño podio que usábamos para fotografiarla. Me volteé hacia mis cosas para cambiar la memoria de la cámara y guardé el paquete con galletas a medio terminar. No tenía hambre, el estómago me dolía por solamente ingerir café y pequeños pedazos de galletas pero cada vez que pensaba en probar otro bocado el estomago se me revolvía.
El móvil vibró cuando guardé la otra memoria y lo saqué para revisar el mensaje de mi madre. Mi abuela me había visto llegar la noche anterior y preguntó varías veces qué sucedía pero la tranquilicé vagamente y volví a encerrarme en mi habitación con la laptop para trabajar.
Le respondí con normalidad y volví a guardar el móvil cuando sentí los pasos de Viv al detenerse a mi lado.
La miré.
—¿Qué sucede?—Ella ni siquiera respondió, se veía apenada, giró su móvil y me enseñó la pantalla en una historia de Instagram que se acabo. Me levanté confundido—. ¿Qué es eso?
—Esa es Thabita, la novia de Henry—murmuro volviendo a colocar el post para enseñarme a una mujer de cabello rubio y ojos celestes sonriendo a la cámara con Holden a su lado.
Parpadeé confundido y un poco, solo un poco, dolido.
—¿Henry tiene novia?
Viv suspiró.
—Eso dijo ella ayer por noche en un Live, aunque él no dijo nada al respeto en redes.
—¿Nada?
Ella negó y sus ojos se cargaron de culpa.
—Tampoco lo desmintió.
Sentí una punzada en el pecho que logró ponerme de peor humor. Me molestaba no reconocer a Holden, me enfadaba mucho que fuera tan desinteresado y que jugara con los sentimientos de los demás, porque salir con la mesera y luego ponerse de novio no era para nada sincero. Él antes no era así, antes al menos no. El Holden que yo conocí jamás saldría con dos personas al mismo tiempo, no lastimaría a alguien por jugar y odiaba la idea de que me haya hecho lo mismo.
Inhalé profundamente y antes de exhalar detuve los recuerdos que se arremolinaban en mi mente. Es obvio que Holden cambió, él no era el mismo chico tímido y cabizbajo que conocí en el pueblo y lo que haga o haya hecho ya no era mi problema.
Sacudí la cabeza y miré a Viv observar su móvil arrepentida.
—Bien, ¿podemos comenzar?
Ella abrió los ojos de par en par.
—Pero tu cita…
—No importa—solté encogiendo los hombros. Coloqué la memoria nueva, encendí la cámara y revisé las fotos anteriores de Viv, algunas editadas y otras para revisar—. De todas formas yo no planeaba quedarme por mucho tiempo.
—¿Dónde te iras?
Le sonreí aliviado.
—A Europa. Este trabajo es temporal para ahorrar dinero, quiero recorrer todo el mundo y de ser posible ir a algunas buenas escuelas de Arte para aprender algunas cosas.
Su mirada brillo.
—Es un buen plan.
Si lo era, había dejado el pueblo por el plan, había trabajado en cientos de bodas para cumplirlo y también sacrifique cosas por ello.
—Lo es y no planeo quedarme por nadie—reafirmé para mí—, ni siquiera por Holden.
Ella me miró confundida.
—¿Quién es Holden?
—Henry—corregí rodando los ojos.
—No entiendo.
Reí y le quite importancia.
—No importa.
Mi día terminaba con ella así que nos tomamos nuestro tiempo para que queden bien. Viv era muy animada y entusiasta, aunque también tenía algo de inocencia. Me contó algunas cosas de la escuela mientras la fotografiaba, como que tenía muchas amigas, que imponía moda y que conoció a un chico de su edad que vendía pasteles en la cafetería que le gustaba, aunque no se animaba a hablarle. Todo su entusiasmo se diluyo al decir lo último y baje la cámara para darle intimidad.
Editado: 31.03.2022