No Te Alejes De Mi — Min Yoongi |bts|

“성자"

Capítulo 25. “San”

“No soy el tipo de persona que se la vive en casa sin hacer nada, eso me aburre” —Escribió el chico en aquella pequeña libreta, cogió un listón de color melocotón para separar las hojas, lo metió en su mochila y salió de su habitación.

— Buenos días. —Saludó su padre con una sonrisa y el le dió un leve asentimiento mientras cogía el paraguas del perchero—. Ten buenas notas hijo.

— No te preocupes padre, todo saldrá bien. —Le sonrió y se colocó la mochila al hombro.

— Ojalá, no quiero que mis amigas se burlen de mi por qué mi  primogénito reprobó la preparatoria. —Su madre le tendió el desayuno.

— Talvez no son tus amigas por eso se burlarían de ti. —Fue su respuesta y salió de ahí sin siquiera tomar el desayuno que su madre le había ofrecido.

Estaba demasiado frustrado por los exámenes, temía decepcionar más que nada a su padre, él, era su orgullo y de quién había aprendido todo lo que sabía. Su madre, no era la más presente en su vida, por su parte, ella lo concideraba un cero a la izquierda, con aquellos comentarios que solo herían su joven corazón y sus ilusiones de superarse. En fin, quizá era como decía la Tía Ouyuang: los padres tenían distintas formas de demostrar amor. Pero, su madre no parecía estar demostrando amor, bueno, al menos eso daba a entender, después de todo, ¿Quién era el para juzgarla?

— Hola. —Lo saludó Nina, la chica del corte de Dora según los demás compañeros—. Hoy has llegado temprano, ¿Te has caído de la cama?

— Muy graciosa Wang, no estoy de humor para bromitas. —Le reprochó y la chica se acomodó el flequillo—. ¿Qué te ha dicho tu hermano?

— Logró conseguir un trabajo, pero será de medio tiempo, ya sabes por la tarde, tendrá que cubrir a Chaniol o Chanyeol, algo así. —Se encogió de hombros restandole importancia.

— ¿Por las tardes?

— Claro, si no tienes ningún inconveniente, vendrá a recogerme, Puedes acompañarnos si así lo deseas y de paso tomas costumbre de trabajar solo por las tardes con el —Le ofreció, San sonrió—.

— Ya me había acostumbrado a trabajar con él todo el día.

— No seas llorón. —Le reprochó y él sonrió—. ¿Pasa algo?

— Me extraña que una chica como tú esté dispuesta a casarse con alguien que no conoce.

— Digo, tampoco es como que valla a ser tan desconocido, es el hijo de los señores Kim, es un buen tipo. —San la miró como si quisiera preguntarle si lo había tratado—. Lo he visto de lejos, va a la preparatoria cercana.

— Sea como sea... ¿Has pensado en decírselo a tu novio? —Ella negó—. Además, ¿Quién te garantiza que se hará cargo de Nino Junior?  —Ella rió.

— Como ya te lo dije, es un buen tipo, se lo diré, además si no lo hace, puedo pedirle el divorcio e irme con WooJin. —Se refería al verdadero padre de su hijo.

— Me preocupa, ¿Deberías decirle a Jackson?

— Ni lo pienses, por ningún motivo mi hermano debe enterarse de eso...

— ¿De que no se puede enterar quién? —El mencionado apareció en la puerta del instituto montado en su moto—. Hola San, ¿Listo para el trabajo?

— ¿Te he dicho lo contrario alguna vez? —Los dos chocaron los puños y el mayor se dirigió a su hermana.

Por su parte San cruzó la puerta y fue con rumbo a su clase, era amigo de los hermanos Wang, aunque no tan cercanos a ellos desde que sus padres decidieron casar a Nina con el primogénito de los Kim por vienes mancomunados, el no lo conocía, pero según por lo que había averiguado era una buena persona. Los señores Wang no le caían para nada bien, pensaban en el dinero antes que en su propia familia, en eso se parecían mucho a su madre, no le extrañaba, cuando ambas mujeres eran amigas. San no pudo evitar reír cuando una imagen de su madre y la señora Wang conversando en la sala se le vino a la mente. “Que bonita imagen mental”, pensó.

Pero esa sonrisa se borró en cuanto el profesor ingresó en el salón para repartir las pruebas, mordía sus uñas con impaciencia y el hombre les ordenó que comenzaran. Observó aquella hoja con preguntas, números y operaciones, soltó un suspiro y comenzó. Los minutos comenzaron a pasar, no sabía con certeza si estaba resolviendolo correctamente, pero llevaba muy buen ritmo y tiempo, la campana del receso sonó, y el profesor pidió que todos pasaran a dejar las hojas antes de salir del aula. Con unos segundos de más logró terminar, poner sus datos y salir para ir al patio trasero. Suspiró ondo una vez estuvo en una de las bancas frente a él enorme árbol que brindaba sombra a los pocos estudiantes que se encontraban en ese patio.

Un golpe lo hizo soltar un quejido y dirigir su vista por todo el lugar buscando al culpable, se topó con un chico de pelos cafés que lo miraba con una mueca de dolor temiendo la peor reacción de su parte. Él lo observó detenidamente, pantalones sucios, chaqueta mal acomodada, corbata aflojada, en fin, su aspecto no era el mejor, si a eso se le sumaba un leve moretón en la mejilla izquierda. Levantó el objeto que había caído sobre su cabeza, una manzana a medio comer.

— Lo siento. —La voz del chico era gruesa, le extrañaba que alguien así tuviera tal aspecto.

— ¿Quién te hizo eso? —Pregunto al momento que le devolvía su manzana.

— El burro de Chang, es un tonto. —infló las mejillas y San sonrió invitándolo a sentarse a su lado—. Gracias hyung.

— No sé si eres mayor, pero está bien, dime Hyung. —El asintió con felicidad mostrando su sonrisa, San lo observó, había algo en el que lo hacía familiar.

— ¿Pasa algo ‘Hyung'? —El negó.

— Es solo que... Tú Sonrisa, es muy similar a la de me madre. —El volvió a reír y San confirmó sus sospechas—. Me llamo San

— Oh~ —Limpió sus manos y las entrelazó con las de el—. WooYoung, es un gusto.




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