No te amaré #2

Capítulo 35

Dante y Diane estaban disfrutando de su amor pasando el mayor tiempo juntos. Aunque habían estado en esos días sin salir del hotel, y lo hubieran preferido así porque estaban como una burbuja, sabían que era la hora de salir de allí y buscar una casa para los dos.

Sería una broma de mal gusto tener que pedir al duque alojamiento cuando las aguas no estaban calmadas entre ellos. Así que, tenían planeado esa misma semana encontrar una casa al menos para pasar una temporada en Londres. También, tenía que avisar a Matthew de la intención del señor Caruso en formalizar el proceso de ser los tutores legales de Charles y Ally. Cuanto lo hicieran antes, sería lo mejor.

En ese día, Diane salió antes y le dijo a Dante que lo esperaría en el vestíbulo del hotel. Su doncella estaría también abajo esperándoles. Así fue, se la encontró en el mismo lugar que había dicho. Lo que no pensó que había otra persona.

—Buenos días, Diane —su hermanastro no parecía muy contento —. Estaba pensando que andarías desaparecida igual que tu marido.

Dio un paso adelante y ella hacia atrás, provocando que el hombre la mirara con perspicacia. 

—Julian —no quería montar un escándalo ahí teniendo un par de ojos observando sus pasos -. Cualquier cosa que tengamos que hablar, no me interesa.

Intentó aparentar estar tranquila aunque no quería que la situación se pusiera más fea si Dante hiciera su aparición y malinterpretase ese encuentro.

—Además, él y yo nos hemos vuelto a dar otra oportunidad - inspiró con fuerza y dijo con más seguridad: —Por lo tanto, si querías decirme algo que pudiese perjudicar mi matrimonio, no funcionaría. 

— ¿Tienes miedo si te digo que su pasado sea más turbulento de lo que te imaginas?— Diane se enfureció.

En un tono bajo y furioso le dijo:

—Julian, si lo que quieres decirme que fue un hombre de compañía en Italia. Lo sé — su hermanastro se quedó sorprendido porque pensaba que esa información no lo sabía.

Diane suspiró sabiendo que la intención de Julian era para que abriera los ojos y su amor hacia su marido menguara. No lo había hecho; él se tenía que dar cuenta y ser consciente que entre ellos no podrían amarse.

—Lo siento, Julian. Fui sincera contigo, aunque no lo creas. Me duele...

—No lo digas — le cortó de manera seca — . No quiero tu compasión y palabras de consuelo. Sé que la posibilidad de un "nosotros juntos" se murió cuando él apareció de nuevo en tu vida. Adiós, señora Caruso.

Su despedida le hizo daño pero era lo mejor para ellos. Asintió y vio como se marchaba el duque tan altivo como si nada le hubiera afectado pero ella sabía que por dentro estaba sufriendo.

—¿Diane? —la voz de su marido le apartó de sus pensamientos y se centró en él.

—Eh, ¿qué te ocurre? —su doncella se calló y ella se sinceró con él. No quería que hubiera malentendidos como los del pasado que le hicieron más daño que bien.

—El duque ha estado aquí — Dante no dijo nada —. Quiero que sepas que no ha ocurrido nada, sólo que él intentaba informarme de algo insignificante.

El hombre asintió y comprendió que esa situación se volvería a repetir aunque no le era agradable. Tanto Julian como Cassandra eran la familia de Diane, y no quería, que por alejarse de ellos fuera infeliz.

—No te preocupes Diane, confío en ti — la abrazó sin importarle si estaba demostrando más cariñoso de la cuenta  y delante  de desconocidos —. Sé que no lo amas como yo me temí. El miedo hace imaginarte cosas y hacerte daño.

—Te quiero, Dante —le dijo en susurro para que solamente lo escuchara él.

—Yo también —aunque querían besarse, lo dejaron para la intimidad. Todavía había gente a su alrededor. 

No se marcharían del hotel hoy mismo, pero si lo harían muy pronto. Lo primero era encontrar una casa para ellos y los muchachos, que vivirían con ellos cuando estuviera la casa lista e iniciado el proceso. 

***

El duque Werrington paseaba por las calles pesaroso y con el corazón dolido. Maldecía la hora que su cabeza y corazón se hubieran vuelto a ilusionar por alguien. Había sido un idiota pensar que haría de cambiar de opinión a Diane. Su amor por su marido era sincero y era una cosa que no le entraba en la cabeza. Si él no hubiera sido cobarde... O si ella le hubiera dicho algo de sus sentimientos en el pasado, no pasaría eso. Aunque quería engañarse de "si fuera..., si hubiera sido...", realmente sabía que a Julian del pasado le habían importado el que "dirían" antes de dar un paso valiente y declarar sus sentimientos hacia Diane. En esos años que su padre seguía vivo quizás no lo habría dado. Recordaba que sentía vagos sentimientos por su hermanastra antes de conocer a Guiselle. Esos sentimientos fueron dormidos cuando se casó con la traidora de su esposa. Tras el regreso de su hermanastra y el saber que Diane lo había amado, habían resurgido con más fuerzas.




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