No te dejaré ir

Capítulo 9

Dos semanas después

Ya habían pasado dos semanas de la muerte de Fiorella, Christopher había tratado de acercarse a Mónica de una manera lenta. Ella seguía estando deprimida, por lo que un día, Christopher la invitó a pasear. Estuvieron caminando por algunas calles de Venosa, hasta que Christopher decidió llevarla por la Piazza Umberto I. Mónica tenía su brazo derecho entrelazado con el brazo izquierdo de él, unos pocos minutos después, Christopher se detuvo frente al Castillo Aragonés y comenzó a observarlo.

  —Amo este castillo, da una tranquilidad cuando lo ves, te da la impresión que estás atrás quinientos años en el pasado. —Le dijo Christopher sin dejar de observarlo.

—Sí, como todo sitio histórico en Italia. —Dijo Mónica dejando de ver el castillo para acomodarse mejor los lentes que usaba y su peluca.

Unos minutos después,  Christopher caminó y la llevó hacia el café New Old, se sentaron en unas mesas y un joven se les acercó para anotar lo que pedirían, Christopher pidió un café y después miró a Mónica.

—Necesitamos hablar. —Le dijo colocando sus manos sobre la mesa, Mónica esperó unos segundos mirando sus ojos azules. Podía sentir que las personas caminaban a su lado. —He visto que estás mucho tiempo sola, ya casi no hablas, no sé lo que piensas, Mon, ando preocupado por ti, jamás te había visto actuando así.

— ¿Y qué quieres que haga, Christopher? Mi mejor amiga asesinó a mi hermana a pocos metros de mí y no pude detenerla, no pude evitar que eso pasara, es mi culpa que mi hermanita muriera. —De sus ojos comenzaron a salir pequeñas lágrimas que Christopher notó al instante. —Por haber confiado en Natalia, por haber sido tan descuida, discúlpame por no ser la persona que conociste hace un año, pero no puedo aparentar que nada ocurrió, cuando pude haber sido la única persona que lo pudo haber evitado.

—Yo no…quería decir eso. —Comenzó a decir pero Mónica lo interrumpió.

—No entiendes nada, el dolor que siento ahora es terrible, no me siento yo misma, me encuentro hundida en un profundo mar de tristeza y desolación, ando buscando solucionarlo, pero no puedo, ha sido lo más fuerte que me ha tocado vivir, he intentado superar esto, Chris, pero para mí es imposible. —Christopher le agarró su mano derecha y con su otra mano le agarró su rostro acariciándole su mejilla con su pulgar.

—No es imposible si estamos juntos en esto. —Él comenzó a acercar su rostro con la intención de darle un beso, pero antes que sus labios se rozaran, Mónica movió su cabeza.

—No puedo hacerlo, lo siento. —Mónica se levantó y caminó hasta salir de la vista de Christopher, él apoyó su codo en la mesa y luego colocó su barbilla encima de sus nudillos mirando hacia el suelo, el mesero le trajo el café que había pedido y comenzó a tomarlo mientras pensaba en lo que acababa de pasar con su pareja.


—…

—…

—…

 

Mónica caminó hasta llegar al cementerio, entró y al conseguir la lápida de Natalia, la miró con rabia.

—Tú y yo tenemos algo pendiente de qué hablar, dentro de muy poco te buscaré.

Y allí se quedó durante más de una hora pensando en lo que haría con Natalia.


—…

—…

—…


Luego de asesinar a Fiorella, Natalia había estado viajando por toda Italia, se sentía culpable por lo que hizo, quería disculparse con Mónica, pero no podía, tenía que cumplir lo que ordenaba la voz si quería tener lo que deseaba, aún se recordaba cuando habían hablado dos días después del asesinato de Fiorella.

“Natalia había dejado Alemania y se encontraba en Roma junto a la Fontana di Trevi, veía a los turistas tirando monedas y tomándose fotos junto a la fuente cuando comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza, se levantó y comenzó a correr entrando a un callejón donde no se encontraban personas.

—Natalia, hiciste lo que te pedí. —Le dijo la voz, al escucharla, dejó de sentir  el dolor de cabeza.

— ¿Era necesario el dolor de cabeza para llamar mi atención? —Le preguntó mientras se apoyaba a una pared.

—Escucha lo que te diré, lo siguiente que debes hacer es esperar, en ese tiempo, Mónica no puede verte ni hablarte, luego te contactaré para decirte lo último que tendrás que hacer para que todo termine, disfruta tus vacaciones.

La voz se calló y Natalia suspiró, no quería tener vacaciones, quería irse lo más rápido posible, ¿Cuánto tiempo le faltaba para irse? Ya no soportaba ser un fantasma. “

Natalia estuvo unos días en Roma, luego estuvo en Bari, después en Nápoles y finalmente volvió a Venosa. Un día estaba en el cementerio, ¿por qué se sentía bien allí? ¿Será porque veía que los que morían conseguían la paz que ella tanto anhelaba? Aunque sabía que muchas personas desearían ser lo que ella era, Natalia no lo aguantaba, lo odiaba, no estaba viva, pero tampoco estaba muerta, era un fantasma, algo que nada más se veía en películas de ciencia ficción o de terror, ¿qué tiene de bueno el estar en el mundo de los vivos mientras no se puede hacer nada de lo que ellos hacen? Lo veía como una tortura, no podía tener hijos, no podía sentir como el viento rozaba por su cara y siempre se consideraría diferente.



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En el texto hay: fantasia, romance, drama

Editado: 09.06.2023

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