Zoey
El domingo por la tarde me reuní en la cafetería de la biblioteca nacional de Nueva York con el grupo de lectura.
Nos juntábamos una vez al mes, y mientras tomábamos café con tortas, hablábamos de nuestras lecturas actuales, las que habíamos leído desde la última vez que nos vimos y elegíamos una lectura conjunta.
Pero hoy el tema era como en un ataque de efusividad incontrolable había roto mi teléfono.
—Entonces, ¿qué pasó? —preguntó Andrea mientras se llevaba la cuchara de cheesecake a la boca.
—Me endeudé para comprarme un móvil nuevo, me hicieron el backup de un iPhone a otro, pero en la mensajería no había mensajes ni en la bandeja de entrada ni en solicitudes. —Levanté los hombros, resignada—. Ni siquiera pude encontrar a ningún Cameron O'Shea en IG.
—¿No habrás visto una ilusión, Zoey? —preguntó Martha—. Dicen que a veces uno ve lo que quiere ver.
Todas soltamos una risita.
—Sí, claro, como yo en este momento que veo un hombre guapo que está leyendo la biografía de George Washington. —Mary con el mentón hizo señas detrás de nosotros.
Martha y Andrea se giraron a verlo, yo seguí mirando mi IG por si aparecía la ilusión.
—¡Quién no ser porcelana para que esos labios se apoyen en mi boca! —Recitó Mary.
—¡Mary! —gritamos las tres al mismo tiempo.
—Mmmmm, tengo una propuesta. —Andrea cambió de tema y se hizo la misteriosa, ella se inclinó hacia su cartera colgada del respaldo de la silla. Ella sacó dos libros del bolso y los puso sobre la mesa.
Solté una carcajada incrédula.
—¿Sabías que literalmente son el día y la noche? —Tomé ambos libros en las manos, los ojeé y se los pasé a las chicas.
—Espera antes de juzgar. —sacó unas notas dentro de uno de los libros—. Hice una investigación.
—No me gusta este género. —Martha empujó los libros hacia Andrea—. ¿Creí que estábamos de acuerdo en leer libros solo de romance?
—Ambos son de romance, Martha. —Mary le puso un freno antes de que diga algo más—. Dejemos que Andrea nos expliqué por qué eligió estos libros.
—Bueno, me di cuenta de que nunca leímos sobre vampiros u hombres lobo, y ya que los seres de la noche tienen su atractivo, elegí dos clásicos. Uno del siglo pasado, Drácula y uno de esta década que fue un furor en la juventud, Crepúsculo. —señalaba cada uno para marcar sus palabras.
—Porque esa saga es para adolescentes. —Martha volvió a interrumpir.
—Para la lectura no hay edad, ¿por qué no puedo leer sobre vampiros adolescentes con sesenta y cinco años?, eso es descortés de tu parte, no me identifico por lo que leo, Martha. —Andrea se puso seria—. Puedo leer sobre Dark Romance y no estar de acuerdo en la vida real con que se trate a una mujer de la manera en que las tratan en los libros, o que me guste leer que una hija salga con su padrastro, siéndole infiel a su madre, mientras en la vida real estoy en contra de la infidelidad, incluso aunque la hija tenga treinta años, no deja de ser leer morbo, y eso atrae en la lectura, nos encanta. Lo que leemos no nos define como personas, Martha. Y no me vengas con que no es literatura, porque desde Hermann Hesse hasta un escritor fantasma o desconocido por todo el mundo, hace literatura.
—Es verdad. —Martha solo leía libros de autores famosos, Linda Kage, Nora Roberts, Katherine Allread.
Mary y yo leíamos absolutamente todo lo que caía en nuestras manos, conocido o no.
Y Andrea leía lo que había investigado previamente, no se tiraba al vacío con un libro, primero quería saber en qué año fue publicado y que opinaba la Universidad de Literatura Inglesa sobre este.
—Entonces, como les decía, estuve investigando. “Drácula” se publicó el 26 de mayo de 1897, el escritor irlandés Bram Stoker fijó las bases del vampiro moderno con todo eso de las cruces, el agua bendita y Val Helsing como el cazador, de hecho este día se considera el “Día del vampiro”. —levantó el libro.
—Ponen día para todo. —Acote.
—Hay una historia actual, publicada en 2018 por varios autores, entre ellos Baker, que es una eminencia en libros de suspenso. La historia se llama “Drácula, el origen”, si elegimos leer Drácula, quiero que leamos también “El Origen”. —Nos miró a las tres, todas aceptamos.
Martha levantó “Crepúsculo”: —¿Cuál es la historia de esta joyita juvenil?
—“Crepúsculo” fue publicado en 2005 por Stephanie Meyer. Estos vampiros pueden andar de día, pero no al sol, toman sangre de animales o la consiguen en los bancos de sangre, también son inmortales y no se convierten en murciélagos o se esfuman. —Mary ojeó las páginas, era un tomo bastante abultado en páginas—. Es una saga, son cinco libros, o sea que depende el ritmo de cada una y con el trabajo de por medio nos va a durar un tiempo leerlos.
Suspiré y miré ambos.
—Voto por Drácula, estoy muy intrigada por El Origen. —las miré a las chicas.
—Me gustaría Crepúsculo, ¿quizás pueda ser la próxima lectura conjunta? —preguntó con una sonrisita cómplice Andrea.