No te enamores de Arthur Dark

Capítulo 11

Zoey

—Entonces, ¿qué pasó hoy? —Susurró Kira a mi lado.

—Lo dejé plantado. —Refunfuñé.

—Sabes que no era necesario que vinieras, yo podía arreglármelas sola. —Recién nos habíamos sentado desde que empezamos con los preparativos de la entrevista y posterior firma de libros.

En esta oportunidad era la presentación del libro “Just Enjoy It” de Atena Cammayo, una de las autoras virtuales favoritas de las clientas de “Souls&Letters”.

—Lo sé, pero quería conocer a la creadora del hermoso y atormentado Kieran Byrne. —Suspiré por el protagonista de la historia.

—Lo acepto, pero podrías haberlo invitado a venir, no dejarlo esperando en la Biblioteca Nacional. —Miré por los ventanales, estaba nevando copiosamente.

—Kira aún estoy a su alrededor con pies de plomo, jamás le enviaría un mensaje y menos para algo similar a una cita. —La autora estaba respondiendo preguntas de sus lectoras, habría alrededor de cincuenta personas sentadas en sillas dispuestas de tal manera que formaban una medialuna. Frank no nos dejó poner más que esas para no agobiar a Atena, los lectores nos ponemos un poco intensos y tendemos a preguntar todos al mismo tiempo, un menor flujo de personas podía hacer más amena la entrevista y posteriormente la firma de libros.

—¿Has probado dejar la ventana abierta? A ver si aparece tu amante gatuno. —La miré de reojo, ambas estábamos sentadas al fondo de la biblioteca chequeando cómo se desarrollaba la entrevista.

—¡Noooo! —Respondí en un jadeo indignado—. Aunque lo he pensado.

Ella soltó una risita apagada.

—¿Por qué…? —Hablábamos en susurros—. No me digas, aún no has ido a depilarte.

Puse los ojos en blanco.

—No. —Admití.

Kira ahogó una risita.

—¿Al menos leíste el libro? —El domingo desperté aturdida en el tren con el libro “El diablillo en la botella” de Robertson en mi regazo, aún no había podido encontrar el lapsus entre estar en la biblioteca y viajando, ni siquiera recordaba haber subido.

—Claro, me encantó como siempre. —Susurré.

Kira se quedó en silencio esperando que dijera algo más.

—El libro representa la fuerza del amor. —Miré nuevamente hacia la calle, la nieve caía en grandes copos que si lo deseaba podía recoger con la lengua; el deseo, eso representaba el libro—. Los seres humanos tenemos deseos, y los deseos tienen un significado cuando los anhelamos. A veces ese deseo nos supera y hacemos lo imposible para satisfacerlo, pero una vez que pasó el momento de adrenalina, ese anhelo pierde su razón de ser. Hasta que encontramos un nuevo objetivo que desear.

—¿Tú que deseas, Zoey? —Mi amiga preguntó.

En este momento deseaba una sola cosa, mejor dicho a una persona, esa que estaba habitando en mis sueños más profundos, que gobernaba cada uno de los poros de mi piel.

El tren de mis pensamientos cambió de carril cuando una lectora preguntó algo que me interesaba saber.

—Buenas noches, autora, mi nombre es Yazmín. —Atena la saludó y sonrió con amabilidad—. Tengo una pregunta, en realidad dos. —Toda la sala se rio—. ¿Por qué Kieran siempre pensó que no estaba dentro de la estética que representa al mundo de la moda? —La autora asintió y la lectora hizo la segunda pregunta—. ¿Creó a este personaje inspirado en alguna persona en particular?

—Yazmín, bueno, Kieran es… —No pude oír su respuesta.

La campanilla de la puerta de entrada hizo que mi mirada al igual que todos los presentes, incluso la autora se dirigiera a la entrada principal.

Y es que ese hombre alto, de cabello oscuro y de mirada dominante absorbe el oxígeno de cualquier lugar.

—Disculpen. —Su profunda voz de ultratumba me hizo dar un pequeño temblor y un recuerdo se filtró en mi mente.

“...evita que hagamos esto sin ropa, porque no podrás librarte de mí”

Nuestros ojos se encontraron a través del enorme salón, parecía que irradiábamos rayos eléctricos entre ambos, y lo deseé, en ese momento era en todo lo que podía pensar, en él empujándome contra una pared.

Cameron ladeó apenas la cabeza y me observó con los ojos entrecerrados, dejé caer mis párpados e inhalé profundo haciendo que mi cuerpo se inclinase hacia delante.

Un jadeo colectivo me trajo al presente y parpadeé.

La autora había comenzado a hablar nuevamente respondiendo las preguntas anteriores y una nueva relacionada con Joy, la protagonista.

La entrevista estaba siendo transmitida por Twitch, así que podría verla luego y saber las respuestas que me estaba perdiendo.

Cameron se desprendía su abrigo largo negro salpicado de nieve a medida que se acercaba a mí rodeando a la multitud, sus ojos violetas de tan azules, no parpadeaban, estaban fijos en mí, recorriéndome desde los pies enfundados en tacones negros, pasando por mi vestido de noche y terminando en mis labios.

Me removí incómoda.

Cuando llegó a mi lado, se puso de pie a un palmo de distancia, su perfume fresco me envolvió.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.