No te enamores de Jean

Capítulo 3

«No es lo que te ocurre, sino cómo reaccionas lo que importa. » Epíteto.

Rompí a llorar, eran las dos de la madrugada y aún no encontraba a Wallie, comenzaba a temer lo peor.

Entendí de golpe porque de día dormía y de noche despertaba, era obvio; entrenaba para escaparse.

Aún no superaba la pérdida de Manchas y ahora una mascota que ni era mía ¿cómo se lo diría a su dueño, se molestaría? ¿Debería evitarlo como los cobardes?¿Huir al polo norte?.

Mario Benedetti tiene la teoría de que cuando uno llora, nunca llora por lo que llora, sino por todas las cosas por las que no lloró en su debido momento. Y quizá tenía razón, había acumulado tantas cosas que ahora escapaban en forma de lágrimas. No sabía si seguír buscando o si rendirme, solo me senté en el césped.

Había dicho que Jean era un pesimo padre ¿Pero y yo? Era una pésima madre, la peor.

—¿Cómo te pudiste quedar dormida en el patio?.— La voz de mi hermana me despertó —Tienes una pinta terrible y hojas en el pelo—.

Entreabrí los ojos, el cuello me dolía y estaba llena de tierra, seguro los vecinos comenzarían a creer que me drogaba si me habían visto así.

—Buscaba a Wallie.— mi hermana frunció el ceño.

—¿Él del juego?.—Me levante y sacudi la tierra tanto como pude.

—El erizo, Mónica, El erizo— Su memoria pareció volver a funcionar. Aveces creía que los medios se habían confundido y nos habían dado a la hermana perdida de Dory.

—Ahhh, sí, ya lo recuerdo, no puedo creer que lo hayas perdido, eres de lo peor.— Como si no tuviese suficiente con mi conciencia.

Al llegar al colegio me senté a meditar como le diría a Jean que su mascota estaba en paradero desconocido.

—Hola— Una voz me hizo sobresaltar.

—Hola— Era Logan, el más sensato y tranquilo del grupo, no sabía en realidad mucho de él pero si que escribía poemas, novelas y dibujaba muy bien.

Se sentó frente a mi y comenzó a comer su sándwich mientras leía un libro distraidamante, entrecerre los ojos “Corpusculo” alcance a leer. Los defectos de ser medio cegatona. Algo interesante era que siempre vestía de negro, quizá le hacía juego con su alma o con su pelo, ni idea.

Una chica se sentó a su lado y lo beso posesivamente, yo la conocía de antes. La había visto en un escenario cantando y se me habían puesto los pelos de punta, podría decir con seguridad que cantaba mejor que Adele.

—Wow— Parecieron percatarse de que no estaban solos —Ustedes dos son novios no me lo esperaba, es decir, sabía que Logan tenía una novia pero no sabía que eras tú.—El pelinegro siempre hablaba de su novia, pero no me esperaba que fuese famosa. La chica sonrió de medio lado.

—Hola, Soy Tathiana— Eso ya lo sabía, ¿Quién no la conocía? Esa chica salía en las portadas de las revistas cada dos segundos.

—Yo Alessia—Aún no lo creía —¿Y cómo se conocieron?.— Esperaba que fuera una buena historia de amor, de esas que seguramente no me pasarían jamás en la vida a mí.

—Pues fue hace dos años.. Y tu estabas ahí —¿Espera qué? ¿De qué estaba hablando Tathiana? Rodó los ojos.

—Fue en realidad hace dos meses, solo quería darle más dramatismo pero tu sí estabas ahí, en primera fila, yo los ví a ustedes y la verdad es que no podía dejar de ver a Logan, creía que era tú novio —Yo escuchaba atentamente, Logan continuo el relato.

—Te fuiste temprano porque alguien te llamó y yo me quedé solo, al terminar el concierto me dieron un pase para conocer a Tathiana, lo sé, quede con la misma cara que tú —No sabía que cara estaba poniendo pero seguro era chistosa—Ella me dio su número de teléfono y comenzamos a hablar, fin—.

Parecía algo sacado de un cuento y la forma en la que se miraban... Sólo esperaba que durase.

—Los ojos de Tathiana se ven tan bonitos cuando les da la luz del sol— eran mieles pero cuando les daba el sol se veían pardos.

—Gracias—Ella se rio —Tu tienes un pelo muy bonito—.

Creo que no lo decía en serio, era demasiado rizado para mis gustos. Podría confundirse fácilmente con un nido de aves.

Comenzaron a besarse de nuevo y decidí que era el momento oportuno de la retirada.

Me encontré con Jean en el puente, por alguna razón le gustaba estar ahí. Algo en él me hacía sentir que todo iba a ir bien. Me acerque y me rodeo con sus brazos, los abrazos eran lo suyo sin duda alguna, daban tanta paz y tranquilidad. Nos mantuvimos así un rato largo.

—Tengo que decirte algo importante. —Cerre los ojos y escondí mi cara en su pecho.

—¿Perdiste a Wallie, no?. — Lo sabía.

—¿Cómo lo supiste? — Seguía abrazado a mi, podía oler su perfume, tocar su suave sueter gris claro y sentir su corazón latiendo con calma.

—¿Que otra cosa podía ser? —  Me soltó y me miró —Esta bien, aún no sabemos si esta muerto y hasta que no veamos el cadáver no lo estará, te ayudaré a buscarlo.

El caso fue que no necesite su ayuda, encontre el cadáver, algo destruido cerca de un contenedor de basura, no sabía cómo había ido a parar ahí.

Le dimos un entierro digno en el parque, lo habría enterrado al lado de Manchas, pero no quería que Jean fuese a mi casa, la situación aún era hostil y no cambiaría hasta que mi padre se fuese de casa, o nosotras.

—Algún día nos volveremos a ver, amigo —Se despidió Jean con los ojos vidriosos, me sentía culpable.

—Lo siento.—Me despedí yo.

—No está permitido enterrar mascotas aquí.— Dijo el guardia.




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