Capítulo 6*

𝑬𝒍𝒊𝒂𝒏 𝑱𝒐𝒏𝒆𝒔

Acabamos de llegar a casa, Elena corrió a su cuarto a probarse el vestido que luego le enseñaría con entusiasmo a nuestros padres. Deje el mio en la bolsa recostada en el inicio de las escaleras, dirigiéndome hacia la cocina por la cena. Jackson estaba atiborrado con la lasaña que nos mandaron nuestros padres.

—Le deje sus partes en el horno— dice concentrado en un juego móvil, si no es la play esta de aquí para allá con esos juegos de armas y combate.

—Huele delicioso, casi pensé que Jack Jack nos cocinó— Elena saca los recipientes del horno, en lo que Jack la mira mal y ella le lanza un trapo mojado de la encimera. Así comienzan a tirarse todo lo que encuentren por el camino.

—Paren los dos, parecen niños pequeños— Ganando que los dos se unan y me miren mal. Tomo mi plato dispuesto a comer la deliciosa lasaña de queso con boloñesa, mi hermana sirve la gaseosa para los tres.

—No deberías comer saludable antes de un juego— Me pregunta Jack mirando el enorme plato de lasaña y el recibo de los postres. —¿Me trajiste postre? A qui dice que compraste un crepe de arequipe y banano— Ni una sorpresa le pude dar por andar de chismoso.

Se lo entregó, en lo que él se come su postre y Elena su lasaña la puerta de la entrada se escucha por donde entran mis padres con un montón de bolsas y cajas.

—Llegamos mis terroncitos— dice mi madre dándonos un beso en la frente a cada uno y limpiandole el cachete a Jack que parecía que nunca aprendió a comer decente.

—Deja de decirles así a mis terremotos— Mi padre hace acto de presencia después de mi madre, en lo que nos da un puño en el brazo a sus hijos pero a su princesa le da un tierno abrazo acompañado de otro beso en la frente.

—Que tal me veo— Elena da vueltas por toda la cocina haciendo que el vestido se le esponje como el de una princesa de esos cuentos.

—Hermosa como siempre— todos la vemos modelar el vestido.

Mi madre comienza a guardar todo lo que compraron en la alacena, Jack la ayuda a guardar todo lo que va en la nevera, mi padre y Elena se van a la sala a bailar. Tomo mi plato de lasaña junto con mi vaso de gaseosa y me subo a mi cuarto, por el camino agarró la bolsa de mi traje para plancharlo y dejarlo listo en mi closet. 

La boda es el viernes siguiente al partido de voleibol, estamos en cuartos de final necesitamos ganar para poder llegar a la gran final y tener el tan esperado premio. Un viaje a las afueras de la ciudad en uno de los complejos del gobierno, una enorme casa quinta, con piscina, canchas y un pequeño bar. El equipo que gane podrá llevar a todo su curso. Sería un pequeño viaje antes de seguir con mi meta.

Como ya era costumbre volví a recibir un mensaje de carácter urgente pero a estas horas de la noche no podía salir, lo único que puede hacer es dejar un mensaje aclarando que estaría mañana podría ir. Una pequeña piedra en el camino.

—¿Cómo vas con el instituto?— Pregunta mi padre entrando en mi cuarto y sentándose a los pies de mi cama.

—Nada novedoso, solo partidos, obras y una boda— digo con sarcasmo.

—Estoy muy orgulloso de ti, hijo— dice palmeando mi hombro dándome pequeños apretones en forma de cariño. —Se que todavía falta mucho para tu graduación pero, estamos preparando todos los trámites para devolvernos.

Ya estaba acostumbrado a tener esta vida pero, es necesario volver a nuestro verdadero hogar. Aunque en este momento donde se que de verdad las cosas van a cambiar en cuestión de meses, podría cambiar algunas metas que tenía al inicio de año. Dejar de ser un poco cuadriculado con el estudio, permitirme disfrutar de mi último año en esta y tal vez, solo tal vez enamorarme.

Pero solo tal vez.

—Espero ganen el juego— dice caminando hacia la puerta pero antes de cerrar vuelve —Y sino, sabes que tu familia te espera con un gran tarro de helado sabor yogurt de Maracuya— sonrió y termina saliendo cerrando a su paso mi puerta.

Sigo comiendo lo que queda de lasaña, en lo que mi mente maquina todos los eventos que pasarán este año, los que ya pasaron y los próximos. Un año muy caótico, los anteriores a esos, solo eran partidos y trabajos.

Guarde mi uniforme en la mochila junto con todo lo que necesito para mañana el último entrenamiento de esta temporada. Me acosté repasando los temas que saldrán en el examen de mañana, y mentalizándome para el arduo entrenamiento de mañana. Llegaré sin sentir mis piernas y brazos.

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Mi padre como siempre nos deja en la entrada del instituto, nos despedimos y cada quien va hacia su salón. En el camino me encuentro con Santiago que estaba coqueteando con una chica en el pasillo, como todo un casanova de telenovela. Ingresamos al teatro donde el avance es notorio con solo verlo desde la entrada, todo el teatro estaba dividido en dos. Uno tenía tonos naranjas y rojos con cientos de hojas colgadas y la otra parte toda de blanca con hojas y copos de nieve colgados. El escenario eran los dos bosques uniéndose justamente en una mitad perfecta, cientos de árboles fueron pintados en el muro y en la entrada del teatro un gran arco con las mismas decoraciones. Faltaba un mes para que la obra fuera expuesta al público.