Capítulo 2 Título: “Algo que no estaba en el guion”

Narrado por Eliot

Odio los sábados.
Siempre los odié.

Son el día en que el silencio de la casa se vuelve insoportable. Cuando no hay clases, ni reuniones, ni actividades que sirvan de excusa para salir corriendo. El día en que todo se escucha más: los pasos de la madrastra con sus tacones de castigo, los murmullos de los empleados, los relojes de las paredes que marcan el tiempo como si fuera una amenaza.

Por eso fui al museo.

No porque me guste. No porque me interese.
Fui porque nadie me busca ahí.
Y porque puedo mirar cosas rotas sin que nadie diga que es una obsesión.

Estuve frente al reloj casi una hora. El reloj que se detuvo a la hora exacta de la muerte de un conde. A veces me pregunto a qué hora se detendría el mío si tuviera el valor de dejarlo.

Y entonces… ella.

No sé su nombre al principio. Solo sé que estaba ahí. Callada, pero mirando de verdad. Como si no le diera miedo ver. Como si ya hubiera visto demasiado.

No dijo “hola”. No me sonrió. No intentó agradar.
Y por eso no me fui.

Estoy acostumbrado a la gente que finge interés en mí. A las miradas calculadas. A los “¿cómo estás?” que no esperan respuesta. Ella no fue nada de eso. Ella fue real. Y eso, honestamente… fue aterrador.

Cyra.

Un nombre raro. Pero suena a filo. A algo que no se deja domar.

Me repito su nombre en la cabeza mientras camino por las calles húmedas de Londres. La lluvia me empapa el cuello del abrigo, pero no me importa. Algo en mí está más seco que el cielo.

Llego a casa. Es enorme. Impersonal. Como un catálogo de cosas caras que nadie toca. La madrastra no está, gracias a Dios. Seguro está en su club, bebiendo vino con mujeres tan vacías como ella.

Subo a mi habitación y me encierro.

Ni siquiera sé por qué.
No tengo nada que esconder.
Y al mismo tiempo… todo.

Me saco el abrigo, me dejo caer sobre la cama. El techo blanco me devuelve la misma nada de siempre. Pero ahora hay algo distinto.

Una voz.
No la suya exactamente. No recuerdo su tono.
Pero recuerdo cómo se sintió no tener que fingir.

Y eso…
Eso no estaba en el guion.