No te enamores del Profesor

Capítulo 4

Durante los días que siguieron era la última en entrar al salón y era la primera en salir, trataba de mantener mis tareas al día, y prácticamente hacía todo lo posible para no tener que acercarme al profesor Fiore.

Fueron así como pasaron los meses, el tiempo había transcurrido tan rápido, pero lo que sentía no pudo desaparecer. Seguía amando a mi profesor como el primer día que lo conocí, trataba de no hacerlo, pero mi corazón testarudo no aceptaba dejar de amarlo.

Perdí la cuenta de aquellas veces que dije “No te enamores del profesor” una y otra vez, cuando mi corazón lo conoció por primera vez, pero ya era tarde.

Cuando llegó el último día de clases, todos se encontraban emocionados de no volver al colegio, de comenzar una nueva etapa en la universidad. Pero yo no hacía más que estar triste, porque no lo volvería a ver.

Como podría dejar amar a alguien de un día para otro, como convencer a mi tonto corazón que se habia imaginado todo un futuro con mi profesor, de que él tomara un camino diferente al nuestro.

En la noche se celebraría una pequeña fiesta de despedida, todos parecían estar muy emocionados, Melanie había estado a dieta por más de cinco meses para que el vestido le quedara perfecto.

— 3….2…. — gire a ver a Melanie mientras todo mi salón gritaba — ¡1!

El grito de mis compañeros termino opacando el sonido de la campaña que anunciaba el fin de las clases.

Al parecer el universo se había convertido en mi propio verdugo, todo se habia alineado para que mis dias en el colegio terminara con una clase del profesor que mas amaba. Solo me quede viéndolo mientras pensaba que seria la ultima vez que lo vería, me gustaría detenerlo el tiempo para tenerlo junto a mi un poco mas.

Todos gritaban mientras se abrazaban, yo solo bajé la mirada para comenzar a llorar. Todos mis compañeros salieron corriendo del salón felices por haber llegado al final de su etapa de adolescentes.

Mi amiga solo me abrazó tratando de consolarme, había olvidado completamente la presencia del profesor Fiore en el salón. Al escuchar su voz preguntándome por qué estaba sollozando, solo me levanté tomando mis cosas, para salir corriendo.

Lloré durante todo el camino a casa, sin importarme que las personas de paso se me quedaran viendo. Terminé encerrándome en mi habitación hasta que llegó la noche, quería que con cada lágrima derramara el amor que sentía por ese hombre dejara mi cuerpo, así poder olvidarlo.

Escuché los golpes de mi madre en la puerta, diciéndome que mi amiga se encontraba abajo buscándome, para ir a nuestra fiesta. Al no obtener respuesta escuché los pasos de mi madre alejarse, para después de unos minutos escuchar la voz de Melanie.

— Emma — se arrojo sobre mi — Pensé que ya estarías deshidratada.

— ¿Que haces aquí? — me ayudo a sentarme en la cama.

— Soy tu hada madrina — se coloco su mano en su pecho — Vengo aquí para arreglarte para la fiesta en el castillo.

— Pierdes el tiempo — limpie algunas de mis lagrimas — Estoy en mi etapa de desintoxicación — ella se me quedo viendo — Y no planeo salir de mi habitación hasta el próximo año, asi que por favor cierra la puerta al salir.

— Pero que dices — giro para abrir la puerta — ¡Mamá de Emma!

Me volví a recostar al escuchar los pasos de mi madre acercarse, tendría que volver a escuchar su discurso sobre los amores pasajeras y la gran ilusión que habia desarrollado por el profesor Fiore. Como me gustaría que esto que sentía fuera algo pasajero, me estaría ahorrando todo este maldito dolor.

No tenía ánimos de ir a ningún lugar, pero ella y mi madre terminaron convenciéndome de arreglarme para ir a la fiesta del colegio. Tuve mucha suerte de que la abuela de Melanie me hiciera un vestido como un regalo.

El vestido era realmente hermoso, mi madre arregló mi cabello, mientras que mi amiga trataba de maquillarme. Cuando nos encontramos listas mi madre nos llevó hasta el colegio, pero gracias a que me encontraba echa un desastre, terminamos llegando un poco tarde.

— Nunca pensé que este momento llegaría — acaricio mi mejilla — Parece que fue ayer cuando me dijiste que odiabas este lugar y ahora…..y ahora.

— Mami — termine por abrazarla — No llores.

— Eres la persona que mas amo, antes que tu padre — no pude evitar reir al escuchar eso — No se lo digas a tu padre.

— Yo también te amo, mamá— me aleje un poco.

— Estoy segura — limpio una de mis lagrimas — Que si ese profesor veria lo maravillosa que eres caería locamente enamorado de ti.

— Prometo que llegare temprano — intente huir de ese momento, por que de solo pensar en el señor Fiore lloraría otra vez — La madre de Melanie me llevara a casa, asi que no te preocupes.

Mi madre casi provoca que volviera a llorar cuando me abrazó y me dijo cuanto me amaba, permitiéndome que volviera a casa a la hora que deseará.

La música se encontraba muy fuerte, el auditorio del colegio se encontraba tan decorado y ambientado para la ocasión que no parecía ser una escuela.

Luego de bailar un poco y un discurso de parte del director, que logró emocionarnos a todos, sabía que este era el adiós definitivo. Quería volver a mi hogar, no iba a soportar otra hora más en este lugar.

Caminé hasta la salida del colegio esperando que, a estas altas horas de la noche, un taxi lograra sacarme de este lugar. Pero Melanie me detuvo a unos metros de la entrada del colegio.

—¿Qué sucede? —solo negué.

—Lo...Lo siento, Melanie —limpié mis lágrimas —No puedo, te juro que lo intenté —ella me abrazó —Quiero volver a mi habitación.

—Ay, amiga —se alejó un poco —Llamaré a mí madre para que venga por nosotras —asentí limpiando mis lágrimas —¿Quieres hacerme un favor?

—Claro.

—¿Puedes ir al salón?, dejé un libro que mi hermana menor necesitará para el próximo año —trato de arreglar mi maquillaje —Puedes ir a buscarlo, mientras que yo hago la llamada.




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