No te enamores del Profesor

Capítulo 5

Un poco temerosa termine por sujetar el libro, releyendo aquella, unos pasos acercándose hicieron que volteara a la entrada de mi viejo salón encontrándome con ese hombre, con ese hombre con tanto amaba. Con pasos tranquilos se acerco hasta su escritorio apoyándose en este, en ese momento lo único que quise hacer es fugarme de ese lugar, pero su voz me detuvo.

—Necesito hablar contigo, chica nueva —me aferré al libro, deseando que no notara mis ojos rojos.

— Melanie...

—Como dos adultos — su mirada era tan intensa que sentía que me rompería en cualquier instante.

Guardé silencio esperando que mi amiga viniera por mí, baje la mirada ya que no quería que viera mis ojos enrojecidos por estar llorando casi todo el dia.

—¿Estuviste llorando? — mantuve mi mirada en el suelo —Bien, ya que no piensas hablar lo haré yo —levanté un poco la mirada —Se que fuiste tú quien dejó ese regalo en mi maletín, la que dejo esa nota en mi escrito y la que escribió ese pequeño mensaje en mi libro.

—Prof…

—No he terminado —caminó hasta donde me encontraba —Te atreviste a escribir en la última hoja de uno de mis libros favoritos, tuviste que trabajar medio tiempo en una pequeña tienda para comprarme un regalo de cumpleaños, redactaste una nota preocupada de que no me hubiera gustado tu regalo —quería desaparecer arrojarme por la ventana en este momento —Sabes chica nueva…. conozco la caligrafía de todos mis alumnos, ¿En serio pensaste que no me daría cuenta de que fuiste tú?

Él lo supo todo este tiempo, el profesor Fiore sabía que había sido yo.

—Yo…

—¿Todavía sientes algo por mí? —esa pregunta cayó sobre mí como un balde de agua fría.

—Sí... —susurré esperando que no me escuchara.

—Está bien —levanté la mirada —¿Qué te parece si mañana vamos al cine?

—¿Qué? — él se arregló su cabello un poco nervioso, dejándome notar que se encontraba usado el reloj que le había regalado.

—Mañana dejarás de ser mi alumna, así que creo que para que no tengas problemas, lo mejor será salir mañana —esto tenía que ser una maldita broma —¿Qué te parece a medio día?, así podremos ir a almorzar conozco un restaurante que…

El libro se cayó al suelo a medida que tomaba el rostro de Fiore, y así hacer lo que siempre había deseado hacer desde que apareció en mi camino “Callarlo de un beso”

Fue así como comenzamos una bonita relación, luego nos comprometimos y él no se detuvo hasta casarse conmigo.

—¿Y luego qué sucedió, mamá? —dejé un beso en la frente de mi pequeño.

—Después de unos años, llegaron ustedes —me acerqué a mi linda niña —Llenando nuestras vidas de mucho amor.

—Pero mami —me acerco a mi pequeña, ya que su tono de voz era casi un susurro —¿Quién escribió en el libro que fuiste a buscar?

—Fui yo — llevé mi mirada a la entrada de la habitación encontrando a mi profesor Fiore, convertido en mi ahora esposo —Ya es muy tarde es hora de dormir, niños.

Nuestros hijos se acurrucaron entre las sábanas, caminé hasta la salida para abrazar a mi profesor. Nos quedamos un momento observando a nuestros pequeños. Levanté la mirada para dejar un beso en esos labios que nunca me voy a cansar de besar.

—Hoy también te amo —susurró contra mis labios.

—Mis días son mucho más lindos desde que apareciste en mi vida —acarició mi mejilla —Te amo, profesor.

Fin




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