No te esperaba

Capitulo 11

—hermosa, ¿qué paso? ¿Por qué lloras? —Layla parpadeo un par de veces incrédula al ver al hombre que se acercó.

 

De sus pocos amigos en línea, Tony es al que menos esperaba ver en la convención, más porque es el cantante de una banda local del país.

 

El hombre preocupado examino su rostro mientras la chica negaba.

 

—no.… pensé que me reconocieras —confeso apenada a lo que el hombre sonrió.

 

—cómo no voy a reconocer a mi única fan de Latinoamérica que vive aquí. —así como Enzo veía las historias de Layla, Tony también solía hacerlo, con menos frecuencia, pero allí estaba.

 

Y a diferencia de Enzo, Tony si esta casado y con familia, además de ser una de las pocas personas amables con las que había intercambiado mensajes, también es una de las pocas que Layla se tomó el atrevimiento de preguntarle sobre el país. No entendía como podía hablar mucho más fluido con ese hombre que con Enzo y ahora estaban frente a frente, su primera vez viéndose y èl esta viendo la peor versión de ella.

 

—y yo en estas fachas —se recrimino mirándose la ropa, notando una mano sobre su hombro.

 

—eres hermosa, Lila. No dejes que algún compatriota mío sea idiota contigo —la chica sonrió levemente, casi riendo de lo irónico de las palabras de Tony

 

Miro el regalo en sus piernas y le entrego la caja, la única coincidencia entre Enzo y Tony es que ambos interpretaban al mismo personaje.

 

Una loca idea cruzo su cabeza mientras le extendía la caja del reloj.

 

—ten… no creo que le sirva a nadie más —el hombre miro extrañado la caja hasta que abrió está dejando ver el asombro en los ojos volviendo su mirada a la chica.

 

—no creo…

 

—lo tirare en la basura —con esas palabras el hombre miro nuevamente el reloj sacándolo de la caja.

 

El reloj plateado no tenía una aguja, solo números a los lados de una pantalla rectangular delgado y dentro de este unos cuadros pequeños que brillaban y se encendían en tono azul.

 

—esto es… ¿Para quién era? —la curiosidad se filtraba por el café de sus ojos.

 

—alguien que solo rompió mi corazón —murmuro bajo llevando una mano a su pecho, el dolor seguía allí pero menos intenso que antes.

 

—lo cuidare mucho —Layla le regalo una sonrisa y este en cambio le abrazo frotando sus palmas en la espalda de la chica.

 

—dime quien fue, iré a tener una discusión con él —ella tenso todo su cuerpo, no podía decirle a quien es ¿verdad? Ahora mismo se sentía estúpida.

 

—no… estoy bien, ya… no vale la pena —pronuncio separándose del cuerpo de Tony con lentitud, pero la mirada decidida del hombre pudo más.

 

Solo basto unos minutos de silencio para tomar el valor.

 

—Enzo… Venturi —el silencio se prolongó durante unos minutos más.

 

Tony tenía los ojos abiertos de la sorpresa.

 

—Venturi… ¿en serio? —se veía que el hombre quería decir alguna cosa mala sobre dicho personaje, pero ahora entendía que los rumores alrededor de él son cierts y la mujer que tenía delante es una víctima de los encantos del hombre de casi cincuenta años.

 

Intento pensar en la edad de Layla pero sabía que aunque fuera una edad adecuada eso no cambiaba el hecho de que la chica se veía mucho más joven de lo que aparentaba, siempre le había parecido fascinante al punto de ver una y otra vez las historias en Instagram donde ella misma se quejaba y alegraba de tener la edad que tenía.

 

Joven, hermosa y simplemente no podía entender como había caído precisamente en las malas manos de Venturi. El único hombre en todo el país del cual se hablaba por dos cosas, una de ellas era por ser el padre soltero del año y la otra por su interpretación en el mismo personaje que él hacía, su parecido con el actor de Hollywood es mayor que el de Tony, Tal vez por eso Layla había caído.

 

—iré a hablar con él —con decisión se levantó de la banca, pero la mirada llena de terror de Layla lo detuvo.

 

—no, por favor, dije que no quería causarle problemas, no quiero un escándalo de esto, no lo hice allá adentro y no quiero que tú te metas en problemas —el hombre miro detenidamente ese pequeño rostro de la mujer sintiendo que estaba hablando con una hija suya o tal vez una hermana menor y si ese fuera el caso no podía quedarse de brazos cruzados.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.