Por la insistencia del hombre Layla se quedó a cenar, ella se fue a la habitación que Mateo le señalo descubriendo que esta parecía el salón principal de eventos, una habitación demasiado grandes, podían combinar cuatro dormitorios de su edificio o seis, al estar sola no pudo evitar sacar su celular y hacer un video de la habitación.
—esto es una locuraaaa… —susurro caminando hasta una de las habitaciones continúas notando que había llegado al baño.
—esto es literalmente mi departamento, lo juro —susurro viendo que en una esquina se encontraba una piscina al estar más cerca noto que este era un jacuzzi, abrió la llave dispuesta a tomar un baño.
Quince minutos después entro en la bañera sosteniéndose de la orilla cuando la espuma le llego al cuello. Vera le había sugerido rebuscar por toda la habitación hasta que encontró lo que su amiga le decía y sorprendida por el olor de las esencias se quedó allí un largo rato hasta que salió casi gateando entre risas
Varios minutos después se escuchó un golpe en la puerta.
—¿si? —Layla se aferro bata de baño esponjosa en su cuerpo.
—Señorita Ortiz, en el closet hay ropa que puede usar —grito Mateo desde el otro lado de la puerta y Layla miro a todos lados, intentando descubrir cuál era la puerta del closet. —si mira de frente a la puerta, está a su derecha —Layla hizo mímica caminando hacia su derecha.
—la encontré! —pero no recibió respuesta, casi se le cae la mandíbula al encontrar un cuarto inmenso lleno de vestidos y tacones, zapatillas y un gran espejo de cuerpo completo.
Encontrando familiar la ropa, miro las tallas de estas y para su sorpresa todas son de su talla, fue hacia los zapatos encontrando que todos y cada uno eran de su talla.
Layla recordaba la contextura del cuerpo de la mujer que la golpeo en el hospital y juraría que es una talla menos que Layla.
Tomo un vestido largo ligero sin ningún tipo de diseño, solo era seda hasta debajo de la rodilla, junto a unas sandalias, se tomó una foto y se la envió a Vera: “quiero quedarme con estas”.
Afuera la esperaba Mateo quien la miro de arriba abajo viendo como Layla llevaba el cabello suelto hacia delante, carraspeo un poco y le señalo el camino para luego caminar a su lado hasta un gran comedor.
Los tonos eran iguales que el resto de la casa, madera oscura paredes verdes, pilares pintados en negro y varios cuadros gigantes con retratos de personas que Layla no distinguía.
—Lamento la demora. —murmuro acercándose hasta el otro extremo de la mesa, el sol ya había caído y unas velas en el centro le dan un toco aún más extraño a la atmosfera.
Claus en la cabeza de la mesa rodeado de comida que Layla jamás se imaginó para una cena, ahora sentía que eso era una cena mucho más formal, pero la vestimenta simple de Claus se veía incluso más elegante con las mangas de la camisa arremangada a los codos y el cuello en v de la camisa lo hacían lucir como si esta se fuera a romper en cualquier movimiento.
—no te preocupes, ven, siéntate. —Mateo movió la silla al lado derecho de su jefe y Layla se sentó sintiéndose pequeña en la inmensa silla.
Apenas lograron comer en total silencio la primera parte de la cena.
—¿te gusto? —pregunto Claus mirándola con cautela.
Layla solo movió la cabeza en asentimiento antes de tomar un sorbo de vino.
Está intentando ser precavida con sus movimientos, pero luego se dio cuenta de su error, lo que menos quería es que ese hombre le encontrara ese gesto “especial”.
—y por la ropa de su novia —Claus levanto una ceja desconcertado.
—¿Qué? —Layla entro en pánico ¿el hombre no lo sabía? Miro por donde había llegado, pero no había ni un solo guardia ni Mateo.
—si… ella… fue al hospital…—el rostro juguetón se congelo y de alguna manera Layla sintió que había invocado al diablo, pues esos ojos cálidos ahora la están mirando de una forma sombria.
—no sabía eso…
—si… bueno… Sali de mi habitación para al menos intentar dar un paseo y la encontré —explico con calma intentado no ocultar nada.
—¿Qué no me estás diciendo cariño? —su voz profunda le aterro y congelo en la silla.
—¿eh? No oculto nada solo… me… pareció extraño que no la dejaran entrar a verlo.
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Editado: 20.08.2024