No te esperaba

Capitulo 49

 

—no, esto. Esto está buenísimo —no dejo de meter en su boca

 

—¿vez? No necesita kétchup —Layla miro la pasta en su plato con carne y arrugo la nariz

 

—pero… pero… —Layla hizo puchero, elevo los ojos intentando verse tierna.

 

—eso es un crimen en este país, dime que no haces lo mismo con la pizza —la miro suplicante logrando que Layla hiciera una expresión de ofendida poniendo los ojos en blanco.

 

—oh no, solo a la pasta —Nico la miro con sospecha, pero le creyó viendo como la chica no comida toda la pasta suspiro y se levantó de la mesa sacando la salsa y colocándosela frente a ella.

 

La mujer le lanzo un beso destapando el envase y echando solo un poco, revolviendo con cuidado levantando y dejando caer la pasta de fideos largos viendo como esta tomaba color.

 

Nico solo observo atento como la mujer terminaba la pasta y se bebía el vino como agua.

 

—despacio —Nico relleno la copa propia y luego la de ella mirándola mover la cabeza de un lado a otro, se dio cuenta que usaba eso para controlar el nivel que hiperactividad

 

—lo siento… no soy fan, pero esta rico —Layla movió la copa suavemente creando un pequeño remolino dentro sonriendo ampliamente.

 

—¿Por qué sonríes?

 

—tú me acabas de dejar cometer un crimen, eso te convierte en cómplice —su sonrisa de volvió gatuna elevando las cejas y bajándolas rápidamente.

 

—espero lo mantengas en secreto. —ella hizo una mímica de cerrar la boca como un cierre.

 

—soy una tumba

 

—bien… ¿otra peli? Esta vez eliges tu —Layla tomo los platos lista para llevarlos a lavar pero Nico se los quito en el camino.

 

—mmm claro… ahora es mi turno —Layla lo miro sin entender mucho siguiendo.

 

—tengo que ser justa —el hombre coloco los platos bajo el grifo con Layla a un lado, este se rio y ella se fue por la copa de vino.

 

De regreso ambos en el sofá Nico trajo otra botella de vino a la mesa y su copa, hasta que Layla se sobresaltó cuando escucho pequeñas explosiones.

 

—palomitas! —Layla se movió rápido para ver el microondas con las pequeñas explosiones.

 

—una tortura sin ellas —Nico bebió de su copa.

 

—no sabía que tenías —se cruzó de brazos inflando las mejillas.

 

—las encontré en el fondo, había olvidado que estaban allí —retomaron sus puestos en ambos extremos del sofá, Layla enfurruñándose bajo una manta.

 

Una película en blanco y negro se reprodujo y Layla comenzó a tener un mal presentimiento cuando el sonido de rayos y truenos se escuchó en la película y luego el nombre.

 

Layla giro la cabeza lentamente con expresión seria hasta mirar al hombre quien mantiene una sonrisa leve.

 

Se sostuvieron la mirada un momento hasta que fue la campana del microondas lo salvo.

 

Nico regreso a los pocos minutos con un tazón grande de palomitas que Layla tomo y se colocó sobre las piernas.

 

—¿me harás ver películas de terror? —la indignación se filtró en su pregunta haciendo sonreír aún más a Nico.

 

—dijiste que podía torturarte —Layla se mordió la lengua tomando una fuerte inhalación. Hasta que sintió el calor de Nico a su lado.

 

—si te da miedo. Me abrazas

 

—astuto…

 

—solo es una sugerencia

 




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