Advertencia: capítulos un poco gráficos sobre muertes. No le lloren.
No supo cómo seguía viva y a veces tenía que pellizcarse fuerte la piel, las mangas de la camisa las tenía arremangadas y el arma atrás de su cintura, tapándola con la camisa.
Sorprendiéndose de la capacidad tan rápida de reacción del hombre frente a ella. Mismo que se seguía quejando de que la comunicación se había cortado o preguntándose si era el último en pie.
—Layla! —Grito Cecilia, apareciendo detrás de ellos, el hombre la apunto, pero luego bajo el arma.
—¿tienes que gritar Martin? — se quejó el hombre intercambiando cartuchos con Cecilia.
—es un caos abajo, la mayoría están muertos —Layla quería llorar, pero se mantuvo firme con la sangre corriendo rápido por su corazón.
—dime que el jefe se fue —miro suplicante a la mujer.
—por eso estoy aquí, el jefe este al norte, en el salón seguro o de camino, fue lo último que escuche. —se sinceró Cecilia y el hombre asintió.
—entonces pensemos que somos los únicos, busquemos al jefe y salgamos de aquí. ¿entendido? —ambas mujeres asintieron y el hombre tomo de la cintura a Layla sacando el arma que esta escondía.
—tendrás que disparar, es tu vida la que estas cuidando —Layla miro al hombre de ojos verdes y solo asintió apretando el arma con firmeza.
Cecilia estuvo a un lado del hombre cuidando las ventanas hasta el lado norte del castillo, siguiéndolos muy de cerca.
Las luces se apagaron y Layla choco contra la espalda del hombre.
—esperen… —murmuro Cecilia y todos se mantuvieron en silencio al igual que el resto del lugar, no había ni un gramo de ruido y eso era más sospechoso.
Las luces de emergencia se encendieron y al final del pasillo un hombre alto con un arma los apunto y en segundos Layla estaba siendo empujada por el hombre a una pared y Cecilia hacia el otro lado de la ventana.
Los disparos seguidos llegaron tan rápido que Layla no pudo cerrar los ojos, el hombre de ojos verdes cayó al suelo con la camisa blanca manchada de puntos rojos por todo el torso.
Contuvo las ganas de gritar al igual que Cecilia quien se volvió un ovillo para evitar la lluvia de balas.
Uno de los disparos estuvo justo a los pies de Layla quien recogió los pies hasta quitarlos de la vista.
El lugar quedo en silencio de nuevo.
—vamos niñas!! Salgan!!! ¡Si son buenas, las dejare vivir! —grito un hombre desde el otro lado del pasillo.
Cecilia miro rápido a Layla quien también le regresaba la mirada y luego al cuerpo en medio del pasillo.
—la puerta está al otro lado… debemos llegar allí y entrar…por el pasadizo —murmuro un poco fuerte Cecilia y Layla solo asintió.
Le hizo una seña de que ella dispararía primero, y Cecilia asintió sabiendo que quien tenía más puntería seria ella.
Cecilia hizo una señal y después del tres Layla quito el seguro y comenzó a disparar, los hombres se cubrieron y Cecilia salió y Layla detrás, logrando herir a uno en la pierna y luego Cecilia le disparo en la cabeza.
Un ruido desde atrás atrajo la atención de Layla y al intentar disparar una de las balas le dio en un costado del abdomen, cayendo de rodillas, Cecilia se giró después matar a los hombres que tenían al frente.
—nooooo —todo paso en cámara lenta para Layla cuando Cecilia cayó al suelo luego de varios disparos, antes de caer logro dispararle a uno de ellos en el cuello.
—Cecy!! —la mujer respiraba con dificultad vomitando sangre.
—ay, cecy, cecy —grito el único hombre en pie con voz aguda—vamos cariño… te lo dije, eres especial, Alonso —Layla no podía apartar la mirada de Cecilia, esta se quitó la horquilla entregándosela mientras tenia espasmos. —debo darte las gracias por la información. —los ojos de Layla se abrieron en sorpresa al igual que los de Cecilia.
—e-ella… —Cecilia apenas tenía voz, con el rostro cubierto de sangre.
—sí, creo que mereces saber que tu amiguita fue quien te entrego —Las lágrimas en el rostro de Layla cayeron en el rostro de Cecilia.
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Editado: 20.08.2024