No te esperaba

Capitulo 85

—ay no, no lo es —se rio, pero Layla lo sabía y Claus lo vio en sus ojos, ya había dedicado todo.

 

—no es lo que parece —dijo rápido el hombre sintiendo la tensión en el ambiente.

 

—que me haga amiga de tu ex… ¿eso no es lo que parece? —Los ojos de Claus se abrieron mucho por la sorpresa.

 

—¿Por qué dices eso? ¿Quién te —

 

—Gabrielle —el enojo de Layla se vio reflejado en los ojos de Claus

 

—ya lo llamas por su nombre —dijo con ligero celos en su tono de voz, haciendo que Layla levantara una ceja.

 

—bueno, el señor D’Angelo ¿te parece así? Soy yo la que debo ofenderme —Clarissa se hizo la victima con su rostro afligido.

 

—los errores del pasado no me definen Lila —el gruñido casi animal salía desde el fondo de su pecho.

 

—quisiera creer eso —termino de tomar su jugo y dejo el vaso sobre la mesa, siendo tomada del brazo de Layla.

 

—lo que paso anoche…

 

—no quiero ni escucharlo —intento sacudirse el brazo, pero no lo logro. —suéltame Makris. —comenzó a dar pequeños golpes en el brazo de Claus a sabiendas que el hombre ni siquiera sentiría las mismas.

 

—¿en serio? —alzo una ceja incrédula pues sabia el temperamento de Layla.

 

—me lastima más lo que hiciste que me rompas un brazo —las lágrimas se acumularon en sus ojos temiendo en salir.

 

Claus soltó el brazo de la mujer y esta se marchó tan rápido que solo se escuchó el ladrido de Hades quien la seguía hacia el bosque.

 

—ese… estúpido… manipulable… piensa que es un genio, pero solo es otro idiota! ¿lo has visto? —vía dando pisotones caminando viendo a uno que otro guardia que al verla solo seguían su camino, hasta que llego a los troncos caídos, soltando un suspiro se sentó viendo que Hades se sentaba también frente a ella. —tu amo es un idiota, si a mí me encantara manipular así a los hombres, seria rica —el perro giro la cabeza a un lado sin entender. —pero nooo aquí estoy yo, de pendeja, intentando no morir. —se llevó la mano a la herida en su costado, metiendo la mano bajo su blusa y tocando la piel suave de la cicatriz.

 

—esto no saldrá bien —susurro para sí peinando su cabello hacia atrás, miro a todos lados encontrando solo silencio y la suave brisa batir las hojas de las ramas.

 

Intento mirar bien a través de sus lentes, pero no veía ni un alma, saco su celular intentando ubicar el oeste con la brújula que traía el móvil, cuando lo hizo el camino se volvió estrecho, Hades la siguió de cerca entre las ramas, haciendo un pequeño camino como un túnel entre las ramas.

 

Se detuvo un momento intentando escuchar a su alrededor y solo el sonido de los pájaros se escuchaban allí.

 

Tratando de regresar, Hades simplemente le rapaba el paso, como pudo salió de entre las ramas hasta un camino ancho.

 

Se sacudió la tierra y las hojas en el cabello arruinando su peinado.

 

Busco el árbol más robusto con la mirada y siguió el sendero hasta encontrarlo.

 

—ok, una vez lo hice en casa, es fácil, solo… no mires abajo —se dijo así misma subiéndose las mangas del suéter hasta los codos y quitándose los zapatos, intento poner el primer pie en el lomo del árbol, pero a la hora de tomar impulso bajo la planta de su pie sintió un pelaje suave.

 

Hades la ayudaba a subirse al árbol.

 

—buen chico… procurare no caerme —dijo bajito y el perro solo hizo un estornudo olfateando los zapatos de Layla.

 

Esta siguió subiendo lentamente probando la resistencia de las ramas y que nadie la viera.

 

Cuando llego hasta lo más alto que pudo, la brisa hizo mover el árbol logrando asustarla y abrazarse al árbol, miro con temor a su alrededor.

 

—quien me mandaría a mí —sus rodillas temblaron a pesar de tener una gran vista de la casa, la cual está lejos, un camino por la carretera y de varios guardias fumando a lo lejos.

 

Pero ahora podía ver claramente hacia donde debía ir, el mismo camino que Mateo le había indicado.

 

—bien… ahora… la parte difícil —no quiso mirar abajo pero como pudo espero que el viento se detuviera y comenzó a bajar sintiendo que el camino era más difícil. —te odio vértigo de mierda…—susurro escuchando los ladridos preocupados de Hades, un tanto agudos, nada amenazantes, parecía más bien una alerta cuando estaba por bajar dando un salto, Hades se atravesó y le cayó encima sentada de trasero escuchando el ladrido de Hades.




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