—estás pensando en ella ¿no? —Claus se mantuvo callado.
—no has respondido a mi pregunta —La mujer se levantó de su asiento sirviéndose un trago.
—Lila, Lila, Lila —dijo con un todo de voz casi infantil y molesto. —¿Qué tiene esa niña? Porque si, es linda, pero, ¿has visto lo que usa? Incluso para dormir, no esperaba que cayeras tan bajo, incluso con sus gustos —la mujer ahora mostraba su cara, asqueada de pensar que tuvo que hacer todo eso y aun así no lograba que mientras Claus estuviera bajo los efectos de esa droga, solo murmurada el hombre de Layla.
La morena no tenía muchos puntos a su favor, pero tampoco podía negar que, aunque era catorce años más joven, la mujer podía verse hasta veinte años más joven que ella e incluso sin maquillaje su rostro es más limpio.
—al menos ella no finge amarme —Clarissa se burló abiertamente.
—¿en serio? Aun te afecta eso —ella señalo su propio rostro, la cicatriz en su rostro. —me das pena Nikoalos —tomo un trago de su vaso de Whisky.
—Clara…
—tu padre te quiso sacar un ojo, supéralo! —dijo con molestia ganando que Claus se levantara molesto y se acercara a ella, pero un par de hombres aparecieron apuntándolo.
—Claus, te sugiero que te calmes…—Claus se alejó con las manos en alto.
—¿eso es todo? ¿Me mataras? —pregunto con sorna.
—pensé que había sido clara, Nikoalos… —sus ojos no se separaron de Clarissa con una idea pasando por su mente, que Layla estuviera bien. —esto lo hago por Marco —Claus frunció el ceño sin entender, pero Clarissa se le llenaron los ojos de lágrimas.
—¿Quién?
—¿en serio? ¿te harás el desentendido? —Clarissa tomo una foto que estaba oculta entre el sofá y ella tirándola sobre la mesa, Claus la tomo y vio en ella a un hombre apuesto de ojos oscuros, sentada en una silla esta Clarissa con un niño sentado en sus piernas.
—¿esto qué es? —Claus aun confundido levanto la mirada a la mujer que de nuevo se había vuelto a sentar.
—era mi esposo, el que tu mataste —Claus miro rápidamente a Mateo e inclino la foto para que este la mirara y su confusión también fue clara.
Ninguno de los dos conocía al hombre y Claus no tenía mala memoria y su asistente mucho menos.
—Clarissa…
—pensaba matar a Emilia, pero cuando vi tu desdén hacia ella tenía que saber que era lo que más amabas… y resulto ser una niña —Claus abrió demasiado sus ojos.
—¿Qué hiciste?
—¿tú que crees? —ambos se quedaron callados durante mucho tiempo.
—no tenías que meterla a ella Clara, ella no tiene nada que ver, no conocí a tu marido —dijo tan rápido como si eso fuera a acabar con todo ello.
—¿quieres que crea eso?
—Clarissa…
—dejaste una nota… justo en la cuna de mi hijo —la mujer tenía los ojos inyectados de sangre.
Claus tenia limites, él no hubiera matado a un niño.
—μια ζωή, για την άλλη —repitió las palabras que en el papel estaban. —una vida por otra… ¿no te parece justo? —La mirada de odio en la mujer le hizo entender que esto era su culpa, pero él no recordaba nada.
—Clarissa, no sigas con esto. —la mujer lo ignoro, él había sufrido por ella, intento buscarla, pero jamás la encontró.
—pensaba en matarte, quería hacerlo, pero no, tenía que hacer que te acercaras a ella, sabía que no la habías tocado, tenías que hacerlo ¿no? —ahora entendía el propósito de Alonzo, Lila confiaba en ella para contarle todo. —que supieras lo que es que te quiten lo que aprendiste a amar… —el dolor se filtraba por su voz.
—Clarissa…
—yo aprendí a amar a ese hombre… y tú me lo arrebataste... bueno… —uno de los hombres se acercó dándole un control remoto y susurrándole indicaciones. —qué mejor que veas lo que se siente que te arrebaten todo también. —al presionar el botón, la imagen de una casa en llamas se mostró y luego otra de las rejas de la casa y encima de esta, la cabeza cortada de Hades.
Claus había dejado de respirar, su visión se nublo por un largo momento, La voz de Mateo se volvió lejana mientras sus rodillas tocaban el suelo.
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Editado: 20.08.2024