No te esperaba

Capitulo 92

—¿A dónde vamos? —pregunto mirando que el auto ahora estaba más cerca.

 

—¿viste el cartel que pasamos? —Layla asintió. —¿recuerdas que te dije que hay un tercer amigo que tiene su propia ciudad? —Layla se horrorizo.

 

—estás loco…

 

—él es el único que puede ayudarnos, pero tenemos que llegar hasta allá —Layla siguió negando.

 

—no, va a matarnos —murmura viendo de nuevo que el auto está más cerca, mientras Don acelera.

 

—tendremos que ser convincentes, lo peor que nos puede pasar es que nos saque de su ciudad —suspiro viendo como del auto salía un arma y les disparaba, pero las balas no atravesaron el cristal, asustando a Layla.

 

—¿eso es lo peor? —grito con miedo quitándose el cinturón de seguridad.

 

—si esta de humor si —Layla lo miro incrédula mientras tomaba su arma.

 

—¿si no lo está? —volvió a gritar mientras Don intentaban mover el auto en zigzag.

 

—recemos porque así no sea, pero mientras, debemos llegar allá… mi esposa esta allá — el hombre se sacó del cuello una cadena con unas placas, entregándoselas a Layla.

 

—¿La dejaron entrar? —pregunto asombrada.

 

—sí, ahora solo faltamos nosotros. —con un rayo de esperanza; los sonidos de los disparos los hicieron prestar más atención. —esto no dudara mucho —Layla se sujetó fuerte de donde pudo y Don freno el auto chocando con el otro, volvió a acelerar.

 

La noche comenzó a caer más rápido sobre ellos y la carretera, los hombres de otro auto disparaban de vez en cuando.

 

—necesito que conduzcas —Layla se horrorizo y comenzó a negar repetidas veces.

 

—no, no, nos mataremos.

 

—nos mataran si les dan a los neumáticos!! —grito, pero Layla no podía, una cosa era una carretera vacía y otra tener que conducir mientras les disparan.

 

Como pudo Layla tomo en valor de sacar el arsenal que estaba en el maletero y desde la ventanilla de los asientos traseros comenzó a disparar.

 

—¡entre las luces Layla! ¡Al motor! — grito Don y Layla lo hizo lo mejor que pudo, tampoco supo de donde salió otro auto, se escondió de nuevo dentro del auto quemándose la mano con el arma caliente.

 

—puta.madre! aaa! —se cubrió con la manga de su suéter recargando como pudo y volvió a salir por la ventanilla disparando.

 

Una bala rozo su suéter muy cerca de su codo. Solo vio la sangre manchar la tela y siguió disparando hasta que se tranco el arma.

 

Entro al auto cerrando la ventana viendo que Don solo echo una mirada atrás.

 

—¿te dispararon?

 

—sí, pero estoy bien, solo es una rozadura —se levantó como pudo la manga estando recostada en el asiento trasero viendo la gran herida de la quemadura de la bala sumado a la marca en su palma del cañón de la ametralladora.

 

El auto los golpeo desde atrás sin poder acelerar más viendo a lo lejos la frontera de la ciudad.

 

—estamos cerca!! —grito y Layla tomo un suspiro de alivio, pero otra envestida del auto desde atrás la hizo caerse del asiento al piso de auto.

 

—cúbrete Layla!! —la mujer lo hizo, solo se tapó la cabeza escuchando como el auto perdía un neumático mientras Don intenta que el auto no patine demasiado para seguir, escucha algo explotar a lo lejos mientras el auto apenas se mantiene, no sabe que es lo que pasa y teme cuando le habla a Don, pero este no responder.

 

El auto impacta por última vez aturdiendo a Layla en el proceso, con cuidado se levanta del suelo del auto abriendo la puerta pues el humo comenzó a llenar el ambiente.

 

La oscuridad de la noche la asusto acompañada del frio la hizo toser levemente, cuando regreso al auto abrió la puerta del copiloto solo para encontrar el rostro lleno de sangre de Don pegado al volante.

 

—Don… Don!! Dominico!! —grito pero este no respondía, solo sonaba el claxon.

 

Layla se alejó tomando sus cosas y fue que logro ver a lo lejos un auto en llamas.

 

el auto se prendió en llamas y poco tiempo después exploto tomando por sorpresa a Layla quien voló unos metros lejos sintiendo un fuerte dolor en su espalda y hombro.




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