No te esperaba

Capitulo 100

No sabía cómo había podido dormir, pero le aseguro a Nico que escucharía mejor si él estaba a su lado en la cama, ambos dormían juntos y el calor de él le parecía el mejor salvavidas, hasta que en su mente la imagen de ella gritando un nombre.

 

La máquina a su lado comenzó a pitar de nuevo.

 

—Don… Doon!! Dominico!! —se despertó gritando cuando el sonido de la puerta de la habitación se confundió en su mente con el sonido de la explosión.

 

Nicollo se había despertado apenas Layla se había removido incomoda, pero comenzó a murmurar un nombre hasta que comenzó a decirlo cada vez más alto y la maquina sonó fuerte a su lado, ella grito, la puerta se abrió y el horror en sus ojos cafés llenos de lágrimas la trajeron al presente.

 

—calma, calma… —dijo el doctor de turno intentando hacer que ella se recostara de nuevo.

 

—no, no, tienen que ayudarlo, tienen que!!? —los ojos de Layla miraban a todos lados reconociendo rápido el rostro de Nico, iba a decir algo, pero el doctor ya le había inyectado algo.

 

—ayúdenlo… —estiro su codo hacia Nico y este se acercó tomando su mano.

 

—tranquila, Lila… —susurro intentado consolarla besando sus nudillos.

 

—ella… ella quiere matarme —apenas podía hablar.

 

—¿Quién? —quiso saber, pues este tal vez sería el único momento en el que ella pudiera recordarlo.

 

—Clarissa…

 

—¿Quién es Clarissa? —pero Layla de nuevo volvió a caer dormida.

 

—necesito llamar al señor Vasile. —le dijo al doctor y este asintió.

 

En la mansión Stefan estaba bajo la chimenea meneando los hielos con whisky cuando los pasos rápido de Frey lo hicieron suspirar.

 

—¿Por qué tanta prisa? —el hombre se asustó deteniendo sus pasos hacia las escaleras, se acercó con cautela a su jefe.

 

—pensé que ya estaba dormido —acomodo su postura apretando el celular en sus manos.

 

—ya vez que no —respondió con ironía dándole un sorbo a su vaso.

 

—D’Luca llamo del hospital —dio un par de pasos cerca de su jefe viendo que este mantenía la vista en el fuego.

 

—¿Qué dijo? —su tono es de molestia.

 

—Ortiz se despertó gritando el nombre de Dominico, pero el doctor la volvió a sedar —sus cejas se alzaron y volvió a darle leves movimientos a su vaso viendo el líquido crear un pequeño remolino.

 

—vaya… es un avance inútil entonces. —tomo otro sorbo como si de agua se tratara.

 

—no del todo —el hombre levanto la mirada con curiosidad.

 

—¿no?

 

—ella dijo que “ella la mataría” —cito las palabras que D’Luca había dicho en el teléfono.

 

—¿ella? —pregunto mirando un instante la copa, no tenía esperanzas de que Layla recordara algo pronto, después de todo traer al hombre si había funcionado.

 

—dijo el nombre de Clarissa —se quedó tan quieto que Frey pensó que su jefe se había vuelto una estatua, sabía que de alguna manera escuchar ese nombre no traería de buen humor a su jefe.

 

—¿estás seguro? —su tono se volvió peligroso.

 

—D’Luca lo está, y el doctor es testigo. —Stefan asintio.

 

—eso ahora tiene más sentido. —la sonrisa maliciosa en sus labios se estiro. —prepara un departamento para nuestra nueva integrante y una identificación falsa.

 

—como ordene señor. —Frey se alejó rápidamente, tenía que despertar a algunas personas.

 

—vaya, vaya… Clarissa… no pensé que tardaras tanto. —termino el líquido de su vaso comenzando a reírse como loco mientras se relajaba en el sofá.

 

Esa misma noche…

 

El insomnio es su único compañero, no dejaba de sostener el collar en sus manos desde hacía un mes.

 

Habían perdido el rastro de Dominico, Mateo fue a buscar a su familia, pero dijeron que la mujer había desaparecido en mitad de la noche sin muchas pertenencias, revisaron la casa y parecía que se habían ido con prisas.




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