No te esperaba

Capitulo 102

—Hermano!! —Stefan sonreía y se acercó abrazando a un atónito Gabrielle quien tardo en regresarle el abrazo.

 

—Dios… ni canas tienes —Stefan se rio dándole palmadas fuertes en la espalda a su amigo.

 

—creo que tú te las pintas ¿no? —le desordeno el cabello a Gabrielle y este intento huir, parecían dos niños desde el punto de vista de ambos asistentes quienes se mantenían al margen viendo la escena.

 

—¿Cómo estuvo el viaje?

 

—muy poco a turbulencia, no me quejo —se peinó el cabello hacia atrás intentado reparar el desastre que hizo su amigo.

 

—bien, bien, este… si no lo recuerdas, es Frey —Stefan señalo a su asistente y este apenas hizo una reverencia.

 

—Vaya…ustedes dos sí que cambiaron mucho

 

—¿Qué te puedo decir? La vejez nos llega mejor a unos que a otros —se comenzaron a reír hasta que Stefan soltó a su amigo.

 

—Stefy, no pude creer que me llamaras —Gabrielle volvió a su expresión inicial de asombro tomando de los hombros a su amigo.

 

—si… no te llame por la nostalgia, pero… primero cuéntame de ti! ¿ya te casaste? ¿sales con esa misma chica de la universidad? —ambos salieron de la oficina por la puerta que estaba en la oficina que daba al jardín que estaba allí.

 

—vamos… como si no supieras de todo aquí —Stefan no pudo evitar reírse.

 

—al menos trátame como un ignorante —ambos se rieron caminando hasta que Gabrielle se detuvo.

 

—no salgo con nadie seriamente —Stefan solo elevo las cejas sacando un cigarrillo, le ofreció, pero este negó, sentándose en una banca de mármol.

 

—¿lo dejaste?

 

—¿estos días? Si —Stefan solo dejo salir el humo de su boca.

 

—¿y eso?

 

—cometeré el crimen de decir que sabes lo de Claus —Stefan se detuvo mirando a un punto fijo entre los arboles a la distancia.

 

—sí, algo así… ¿Cómo está?

 

—creo que peor que la última vez —Stefan solo miro al piso apoyándose en el pilar de mármol a una distancia de Gabrielle.

 

—¿pero que con Clarissa? —Gabrielle no dudo en asentir dolido. —¿la conocías?

 

—si… temiendo a equivocarme, ella era la correcta —una pequeña expresión de asombro se le escapo.

 

—¿Cómo fue? No se los jugosos detallas —hizo una mueca intentando no encogerse de hombros

 

—¿por eso me trajiste? —fue una pregunta honesta.

 

—sip —la honestidad en Stefan no había cambiado, jamás había sido alguien que se arrepintiera de sus errores o no se disculpara si lo creía necesario (y casi nunca sucedía)

 

—bueno… ¿versión corta? Clarissa regreso, engaño a Claus y mato a una mujer inocente y a Hades —ante la mención de este último Stefan frunció el ceño.

 

—¿Hades?

 

—sí, ese perro que le regalaste a Claus, le puso ese nombre al perro en tu honor —Stefan no sabía si reír o llorar, sabia el nombre, pero no porque se lo había puesto.

 

—eso es un gran alago viniendo de Claus. —ambos sonrieron un momento.

 

—dejaron… la cabeza del perro en la entrada de la casa, como si fuera algún ritual raro —eso dejo frio a Stefan, la imagen de algo similar vino a su mente y fue la última pieza que necesitaba solo para asegurarse de sus sospechas.

 

—“μια ζωή, για την άλλη” —pronuncio de manera calmada ganándose la mirada de Gabrielle.

 

—¿de dónde escuchaste eso?

 

—¿no lo recuerdas? —el hombre, su amigo de toda la vida no recordaba el más trágico evento en sus vidas y no lo culparía, el también sentía que lo estaba olvidando, pero no quien lo provoco.

 

—creo que te vendría bien descansar… hablaremos en la cena —Stefan se marchó dejando solo a Gabrielle con más preguntas que respuestas.




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