—ella está viva ¿de acuerdo? —Claus se hizo el sorprendido.
—¿Qué? ¿Dónde está? —Clarissa comenzó a negar varias veces.
—no, no lo sé!, pero sé que escapo… de ti —el arma de Claus se apretó más en el hombre.
—así que, si quieres vengarte, hazlo! —Claus sonrió con sorna dejando desconcertada a la mujer frente a él quien lucía desesperada.
—te busque… —murmuro Claus conteniendo la rabia dentro de sí. —cuando me abandonaste en el altar, no te importo que creyera que Stefan era el culpable.
—¿de qué hablas? —se ofendio mirando a Gabrielle sosteniendo a su hijo.
—¿si recuerdas a Stefan? —Clarissa seguía mirándolos como si les faltara un tornillo.
—¿están haciendo todo esto por esa vez? —Clarissa seguía pareciendo ofendida mientras limpiaba las lágrimas de sus ojos.
—no recuerdas lo que hiciste ¿cierto? —la mirada confundida de Clarissa se vio frustrada cuando sus facciones comenzaron a borrarse y de nuevo la expresión seria que había visto en la mujer aquella vez hace tiempo, regreso.
—no fui yo quien mato al padre de tu hijo —respondió dolido Claus sin apartar la mirada de Clarissa. —crees que si hubiera sabido eso no te hubiera dejado en paz —la mujer se quedó sin palabras. —seguí con mi vida a pesar de ti, pero tu regresaste y alejaste a la única mujer que no tenía miedo al tenerme cerca.
—Claus… yo… —el leve sonido de un cristal roto sonó y luego Clarissa sintió un dolor en su espalda baja.
—pero para liberar a Lila, tengo que entregarte —Clarissa intento decir algo, pero si visión se comenzó a nublar.
—no, Claus, no… mi… mi hijo —vio como el niño quedaba inconsciente frente a ella y un disparo junto a un cuerpo cayendo fue todo lo que pudo registrar.
Claus solo la miraba tirada en el suelo.
—¿Qué hacemos con el niño? —pregunto Gabrielle cargando al chico inconsciente.
—llamare a mi contacto, él se encargará del resto —Gabrielle asintió llevándose al chico escaleras arriba.
Claus se acercó a la mujer sintiendo lastima, por la puerta trasera entro Mateo viendo la situación.
—buen tiro —felicito cargando a Clarissa. —llama al agente, dile que venga hasta aquí y se encargue del resto. —Mateo solo asintió viendo como un hombre pintaba de rojo el suelo.
Vio la espalda de su jefe salir de la casa con Clarissa en sus brazos, Gabrielle bajo las escaleras apresurado.
—está dormido —le dijo a Mateo y este asintió sacando su celular. Después de todo el chico no tenía la culpa, pero a largo plazo tenían dos opciones y rezaba porque una de ellas no tuviera que ver con venganza.
En el auto Gabrielle le envió una foto de Clarissa a Stefan quien al verla dejo caer la sonrisa que tenía en los labios.
—¿pasa algo? —pregunto Layla mirando como la expresión de Stefan se volvía muy rígida.
—creo que… tenemos que hablar —el corazón de Layla se aceleró.
—¿le paso algo a Nico? —Stefan negó enseguida viendo como el rostro de Layla se volvía pálido.
—no, no calma, es sobre… cuando llegaste aquí —Stefan la llevo adentro sentándola en el sofá bajo la atenta mirada de Kay a su lado quien le comenzó a lamer las manos al darse cuenta de lo alterada que estaba la mujer.
—¿Cuándo llegue? —Stefan asintió con calma.
—sí, estabas ocultándote de alguien —Layla lo miraba incrédula. —no eran tus enemigos, solo eras el daño colateral de Claus. —el ceño de Layla se fruncio.
—entonces…
—sabes que tengo reglas estrictas en mi ciudad —Layla volvio a asentir. —pero… si una persona me sirve, la dejare quedarse y brindarle una nueva vida —Layla estaba entendiendo por donde iba la situación ¿ella es de utilidad? No lo creía mucho, cualquiera podía hacer su trabajo.
—y… ¿mi caso? —Stefan la miro a los ojos, soltando un suspiro.
—tu caso… eras… una persona importante para Claus —la confusión se podía ver en sus ojos. —pero ni él podía protegerte de esta persona.
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Editado: 20.08.2024