Capitulo 130

Para Claus todo comenzaba a pasar en cámara lenta, uno de los hombres de Stefan junto a un policía salían de entre los arboles con el delgado cuerpo de Layla cubierto por el saco del hombre, Claus intento acercarse, pero solo pudo ver el rostro pálido de Layla.

Los paramédicos la recibieron rápido mientras otros hombres salían cargando a un animal, el lobo que estaba con Layla, el animal parecía muerto, pero también lo trasladaron en otra ambulancia.

Se fueron siguiendo a la ambulancia hasta el hospital, mientras más pasaban las horas los doctores solo habían dicho que familiares podían entrar a pesar de que Claus había dicho que era su novio el doctor lo miro con saña diciéndole que al menos que Stefan Vasile lo autorizara, solamente podía entrar familiares.

Stefan llego cuando el sol estaba por ocultarse.

—tu… ¿Por qué no nos dejan pasar? —Stefan elevo una ceja quitándose los lentes oscuros.

—el doctor solo sigue el protocolo. —Claus detallo que en la ropa de Stefan había manchas de sangre.

—tengo que verla. —fue casi una súplica.

—el doctor dijo que esta inconsciente, no saben que paso allá adentro del bosque así que si ella despierta y ve a un perfecto desconocido en su habitación se alterara —se acomodó las mangas de la camisa con calma. —así que al menos que ella despierte y el doctor la vuelva a evaluar te recomiendo esperar en la casa. —ambos se miraron durante unos largos tensos segundos hasta que el hablo.

—no me moveré de aquí —su decisión no sorprendió del todo a Stefan quien suspiro frustrado.

—doctor… ¿sigue dormida? —el doctor asintió. —tienes cinco minutos —murmuro y los hombres se movieron del pasillo dejando que se acercara a la puerta donde estaba Layla.

Al entrar con el corazón en la mano, vio a Layla con pequeñas vendas en las manos y el pie elevado férula.

—tuvo una torcedura de tobillo y rasguños por las ramas, nada muy grave —explico el doctor en tono bajo mientras Claus se acercaba a la cama, viendo a una Layla inconsciente, dejo un beso en la frente de la chica quien ni se inmuto.

Su ritmo cardiaco se mantenía constante al igual que su respiración.

—volveremos a casa —murmuro acariciando los suaves cabellos de la mujer quien tenía nuevas cicatrices en su piel, incluso en su mano.

—que le sucedió? —pregunto a lo que claramente el doctor miro.

—cuando llego, tenía una quemadura de tercer grado por ametralladora. —Claus frunció el ceño acariciando la palma de la mano dejando un beso en los dedos de Layla.

—¿Cómo así? —pregunto Gabrielle al ver la escena que estaba frente a él, su mejor amigo parecía un niño pequeño con lágrimas en los ojos.

—encontraron armas en el auto, además tenía una quemadura por rozadura de bala —en seguida Claus miro el otro brazo de Layla y tenía una larga marca abultada en su brazo.

—ella lucho duro para llegar aquí —murmuro Stefan desde la puerta.

Todos salieron de la habitación dejando al hombre arrodillado a un lado de la cama.

El rostro confundido y en pánico de Layla en la mañana vino a su mente como una tortuosa película.

Había recordado la última vez que la miro, ella le había suplicado que no se fuera, pero él aun así se había ido.

Del otro lado de la puerta Stefan camino hasta la zona de enfermeras con el doctor a su lado.

—dijiste que tenías algo que mostrarme. —el hombre asintió entregándole la tableta a Stefan, este al ver la imagen en blanco y negro regreso su mirada al doctor. —¿sigue vivo? —el hombre volvió a asentir mirando en dirección a donde estaba Gabrielle.

—sí, tiene apenas unas semanas, pero se mantiene fuerte —Stefan sonrió de medio lado entregándole la tableta de nuevo al doctor.

—bien, no se lo digas a nadie hasta que D’Luca llegue mañana —el doctor asintió pues sabía quién era el hombre. Ambos se despidieron y Stefan regreso con Gabrielle.

—¿todo bien? —Stefan dio una palmada en el hombro a su amigo.

—sí, todo bien, solo tenían que darme informes detallados, no me fio solo de palabras. —Gabrielle asintió con duda. Había visto el comportamiento de él doctor y su amigo. Algo le estaban ocultando.