—y allí esta —dijo la doctora mostrando las imágenes en blanco y negro, la figura ahora tenía más forma.
Nico y Layla miraron con atención la pantalla teniendo una gran sonrisa en los labios.
—¿está bien? —La doctora tomo algunas fotografías y estas comenzaron a imprimirse.
—sí, está muy bien, pero no dejes de tomar las pastillas y mantenerte saludable. —le recordó la doctora mientras Nico ayudaba Layla a limpiar su vientre lleno de gel.
—sí, estaré detrás de ella si es necesario. —ambas mujeres se rieron, pero Layla negó varias veces.
—no te preocupes, me portare bien. —bajo de la camilla dejando que la falda del vestido callera hasta debajo de sus rodillas.
—apenas son diez semanas, pero todo se ve muy bien —comento la doctora yendo a su escritorio y anotar algunas cosas para luego entregárselas a Layla quien miro con calma el eco de su vientre.
—muchas gracias doctora. —la mujer dio una sonrisa a labios cerrados y se despidió de ambos con un apretón de manos.
Ambos salieron de allí mientras Layla se sujetaba del brazo de Nico con fuerza.
—¿te sientes bien? ¿quieres ir por helado? —ante la mención del helado Layla asintió frenéticamente haciendo reír a Nico —bien, iremos por helado.
—sí, no es como si tuviera antojos o algo —pero ella misma se recordó días e incluso semanas anteriores cuando su gusto más culposo fue devorar más de cuatro envases de nutella rellenando absolutamente todo lo que cruzaba por su mente.
Nico asintió no muy convencido, Layla pasaba la tarde picando cualquier cosa de la nevera o saliendo a la tienda por alguna cosa que se le antojara de camino.
—sí, no son antojos —dijo con firmeza recibiendo un codazo de parte de Layla.
Hacia una semana que dejaron Grecia. Estefan les había dicho que no tenían que preocuparse de nada y Layla pudo retomar su vida y su identidad.
Por su parte al no tener casa, ahora vivía junto a Niccolo en su casa, aunque ya hubiera estado allí más de una vez seguía sintiéndose extraña en la casa.
Cuando llegaron a la casa vieron que afuera de esta había demasiadas cajas, cajas familiares.
—¿Qué es esto? —dijo desconcertado Nico estacionando el auto y bajando de este. —quédate aquí. —pero Layla no hizo caso, bajo viendo que Nico examinaba las cajas.
—creo que son mías…—Nico la miro confundido.
Layla se acercó tomando el sobre que había pisado en una de ellas y leyó, luego suspiro.
—¿Qué dice? —Layla le entrego la carta y Nico la comenzó a leer.
—son… las cosas que se quemaron en la casa de Claus… dice que es una manera de disculparse por lo sucedido. —Nico frunció el ceño.
Layla abrió una de las cajas quitándose del cabello la horquilla y clavando la punta de esta donde estaba el sello viendo que dentro incluso sus vestidos zapatos, otras tenían un ventilador y la mayoría eran ropa.
—esto es… —había cosas de bebé en una caja más grande. —esta… muy hermoso… mira —le mostro a Nico quien no parecía del todo feliz con ello.
—¿te lo quedaras? —cuestiono con cautela en su voz.
—lo regresaremos —pero Nico vio la duda en Layla.
—amor… ¿quieres quedártelos? —pregunto esta vez más insistente.
—por tu cara esto es incómodo y créeme que lo sé —se acercó a Nico tomándolo de la cintura y levantando la mirada. —pero es un regalo, si quieres lo devolvemos o guardamos, esta decisión es de ambos ahora —Nico tomo las mejillas de Layla dejando un beso en la frente de esta.
—mejor metamos todo esto y veremos qué hacer con ello —Layla asintió y a pesar de insistirle en ayudarle a cargar las cajas Nico solo las metió hasta la sala.
—¿es la última? —pregunto viendo como Nico colocaba la última caja sobre la pila.
—si… es la última —Layla se acercó con un vaso y se lo entrego, este al ver en contenido solo sonrió y con la mano libre tomo a Layla de la cintura. —después de un rato cargando esto, son tus cosas y si quieres conservarlas está bien, ahora esta es tu casa también.
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Editado: 20.08.2024