Cuando la noche cayo Nick bajo del auto apresurado encontrando la casa en silencio, pero un ruido insistente de la música que a Layla le gustaba, subió con calma escuchando más fuerte la música, hasta que llego al baño encontrando a Layla frente al espejo maquillándose.
—Hola amor! —Layla dio un salto del susto yendo directo a darle manotazos a Nico.
—me quieres matar de un susto!! —el hombre solo se rio y abrazo a Layla viendo que esta tenía el anillo puesto, beso los dedos de esta mano calmando a la mujer.
—perdóname, no quería asustarte —hizo un puchero, haciendo que la mujer lo tomara de las mejillas dejando varios besos sobre los labios, el cual comenzó a volverse más y más intenso.
—llegas tarde —susurro sobre los labios queriendo volver a unirlos.
—lle-llegaremos tarde… —la voz de Nico se volvió profunda mientras acariciaba sobre el vestido la cintura de Layla, pasando sus pulgares sobre la tela, mordiéndose el labio inferior.
—¿importa? —la voz seductora de Layla lo hizo dudar, derritiendo su muro mientras se dejaba llevar por la mujer hasta el otro lado del pasillo, justo al borde de la cama lo empujo sentándose en su regazo.
—Lila… —Jadeo atrayendo el cuerpo de Layla al suyo hasta que volvieron a unir sus labios, encontrando el borde del vestido en los muslos, bajando directamente las bragas.
Layla no se quedaría atrás bajando sus manos al pantalón, liberando la erección, con leves y firmes agarres.
Gemidos salen de los labios de Nico mientras ambos mantienen sus frentes unidas, lo habia logrado distraer.
—eres… rápida… —Layla se rio, masturbando más rápido mordiendo el cuello de este en el proceso, Nico solo dejo escapar unos gemidos apretando los glúteos de Layla. —a…amor… —susurro en la oreja haciendo que los bellos de ese lado del cuerpo se erizaran instantáneamente.
Elevando las caderas, comenzó a bajar poco a poco sobre el miembro, tocando con su mano el vientre de Nico, quien solo observo como Layla mantenía los labios entreabiertos jadeando tan bajo que para él era un crimen, sentir lo apretado que estaba en su interior.
—Ni-Nicoooo… —Lloriqueo la mujer como si esa fuera su primera vez, la vagina se adaptó muy rápido al tamaño considerable del miembro de Nico.
—solo… solo respira —Layla se sujetó al cuello de Nico con las mejillas rojas, elevándose un poco y volviendo a caer sintiendo que cada vez iba más dentro de ella, haciéndola jadear bajito, apretando la tela de la camisa en los hombros de Nico.
—no, no puedo… estas… estas… —la voz aguda incremento mas cuando los movimientos se volvieron más rápidos, abrazando el cuello a Nico, dejando que este besara y gimiera bajo su oreja, subiendo le vestido hasta la cintura, tomándola así con más facilidad ayudándola a subir y bajar con su erección que está a punto de acabar, ya que las paredes alrededor de la erección están ajustándose y mojándose cada vez más.
—Lila… amor… —la sujeto con fuerza dándole un azote con fuerza para luego apretarlo moviéndose hacia un lado, acostándola en la cama.
Layla lo miro a los ojos cuando se alejó.
—Ni-Niccolo —jadea excitada manteniendo las piernas elevadas cuando él tomo sus piernas colocando ambas en su hombro, embistiéndola lentamente escuchando los gemidos ahogados y mejillas rosadas de Layla, apenas logrando sujetar el resto de su cuerpo de la cama desarregla. —así… así… —Nico golpeaba fuerte con su erección dentro de ella, llegando al orgasmo rápido y duro, bajando al mismo tiempo las piernas de Layla a un lado acercándose a los labios, dejando un beso fuerte sobre ellos.
—eres… eres terrible —murmuro luego de un rato de tomar aire, acurrucado al lado de Layla quien soltó una risita y acaricio la barba del hombre.
—sí, bueno… cúlpalo a él —coloco la mano de Nico sobre su vientre ligeramente más abultado. —está haciendo estragos conmigo —solo recibió besos en el hombro y cuello.
—¿has pensado en un nombre? —murmuro detrás de la oreja de Layla haciendo que esta se girara para mirarlo.
—mmm, no del todo ¿y tú? —Nico dudo al hablar mientras acariciaba con su pulgar el vientre de Layla.
—si fuera niña, quisiera que se llamara Sofía —Layla sonrió. —y si es niño… Davide.
—se escucha bien cuando tú lo dices —murmuro sintiendo como Nico dejaba besos en la mejilla de Layla para luego de un rato de escuchar las risas de Layla, se detuvo un momento.
—debemos irnos… —Layla asintió intentando sentarse en la cama, pero solo con Nico fue que lo logro.
—sí, debo maquillarme de nuevo y por tu bien que no tenga un chupetón —lo amenazo, pero fue Nico quien observo el cuello de Layla tomándola del mentón haciendo que esta se pusiera nerviosa.
—nop, no tienes nada, pero ya que insistes —y antes de que atacara el cuello Layla comenzó a dar grititos, riéndose luego.
#353 en Joven Adulto
#4987 en Novela romántica
destino o casualidad, destino romance y amor, mafia amor tragedia
Editado: 20.08.2024