No te esperaba

Capitulo 177

—Adios mami! Adios Papi! —Davida se despidió con la mano mientras corría junto a Tabitha hacia la entrada de la escuela mientras la maestra veía a la pareja desde lejos.

—bien niños! ¿hicieron la tarea que les asigne? —los niños gritaron con entusiasmo al unísono haciendo reír a la profesora.

Había visto a ambas niñas juntas cuchichear, así que se acercó mirando el trabajo de los otros niños hasta que la imagen de los dibujos de ambas pequeñas le pareció extraño.

Por lo que había leído en sus expedientes, ambas venían de madres solteras, pero en el dibujo que les mando como tarea era sobre su familia.

—Tabi… a ver… ¿a quienes dibujaste? —la pequeña con emoción señalo cada persona.

—esta es mi mami, esta es la tía Eli y mi mejor amiga en toooodo el mundo Davi y este es el gato de Davi—la maestra asintió comprensiva.

—¿y tú Davida? —la pequeña se echó parte del cabello hacia atrás.

—pues… ella es mi mami, esta es Tabi y la tía Soul, y este es Hades —la mujer oculto su preocupación al escuchar el nombre.

—vaya… ¿y Hades… es un gato? —Davida asintió.

—sip, mami le puso así por su antiguo perro gigante, él se murió salvando a mami de hombres malos —el resto de los niños se sorprendieron y se asomaron a la mesa de Davida solo para ver su dibujo.

—y… ¿ellos quiénes son? —señalo a una figura detrás del dibujo de su madre y otro al lado.

—este es mi papi… y este es mi papá, murió antes de que yo naciera en un incendio —el corazón de la maestra se hundió al escuchar.

Por un momento pensó que el hombre al lado de su madre esta mañana era su padre, eso explicaría su tez blanca y sus ojos verdes, pero ahora…

—vaya… es una gran historia… ahora. todos, van a contarnos un poco de sus historias ¿vale? —los niños volvieron a gritar con entusiasmo y en orden cada uno presento sus dibujos de su familia y la maestra solo se sorprendió de la cantidad de vidas normales que lo rodeaban, pero las niñas en el fondo del aula le preocuparon.

La cantidad de mujeres capaces de criar solas a bebé eran altas pero las historias que rodeaban a la ciudad solo la mantenían alerta. ¿eran niños del programa de protección? Si era así, entonces ellas ni lo sabían.

A la hora del descanso ambas niñas salieron juntas a los juegos, el área abierta. Algunos de los niños corrían libremente jugando a atrapadas.

Le tocaba a la pequeña atrapar a unos niños, pero estos corrieron hasta el pequeño bosque, Tabitha corrió detrás de ella.

—eso es trampa! No se puede subir allí! —grito la niña mirando como el niño de cabellos rubios estaba subido en el árbol.

—tienes que subir si quieres atraparme —la confianza en él hizo que la pequeña mirara hacia atrás viendo llegar a Tabitha y otros niños.

—Leo, bájate, la maestra nos puede regañar —le recordó otro de sus amigos mirándolo.

El niño negó varias veces subiendo unas ramas mas.

—Davi, ni se te ocurra subir —Tabitha le agarro su mano jalándola hacia atrás.

—pero… no ganare

—ni el tampoco si se cae —le regaño su amiga viendo el puchero en su mejor amiga.

—es que…

—además, el descanso está por terminar, no se quedará allí para siempre —todos los demás le dieron la razón a Tabitha.

No paso mucho tiempo cuando el pequeño miro desde su altura una figura vestida de negro intentando ocultarse entre los arboles a la distancia.

—¡oigan! ¡Hay un extraño por alla! —señalo gritando a sus amigos que intentaron mirar a donde señalaba, pero no podían ver nada.

—¡bajate! —le grito otro chico y el niño comenzó a bajar rápidamente asustado.

Todos corrieron asustados mirando de vez en cuando hacia atrás.

El hombre simplemente se quedó allí mirando al grupo de niños correr de regreso a las instalaciones, tomando un par de fotos de ciertas niñas que vestían overoles a juego.




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