—¿Dónde está mi hija? —Alma llego gritando a la oficina de enfermería de la escuela.
—calma señora —le dijo la maestra apenas vio a la mujer peliroja muy alterada.
—¿Cómo me voy a calmar? Si me llaman a mi trabajo que mi hija estuvo en una pelea.
Una mujer rubia visiblemente mayor sale de la enfermería con un niño con la nariz roja. —¡su hija! ¡Agredió a mi hijo! ¡Quiero que la expulsen! —gritó altanera la mujer señalando con el dedo a Alma.
La mujer vio al niño con la nariz tapada con algodón y rasguños en el rostro mientras su madre le acariciaba los cabellos ¿Cómo si hija pudo golpearlo? Tabitha tenía un buen temperamento jamás la había visto perder el control así y menos pelearse a golpes.
—debe… debe haber un malentendido —intento calmar las aguas intentado sonreír, pero una sonrisa en ese momento tan tenso no venía bien.
—si no la expulsan, demandare a esta institución. —grito haciendo que la maestra mirara con horror la situación.
—no, no tiene que llegar a esos extremos —Alma miro como la maestra intento calmar a la mujer, pero esta seguía gritando.
—pa-pagare los gastos médicos por el incidente. —intento dialogar con la mujer, pero esta la miraba como si Alma valiera menor.
—es lo menos que debes hacer, mi niño puede tener un daño permanente —se agacho examinando el rostro del niño mientras abultaba el labio que tambien tenía una marca roja. —a esa niña le hace falta la mano firme de un hombre —y con eso, Alma se rompió, frunciendo el ceño. —la demandare, saque a esa niña violenta de la escuela
—nadie va a sacar a nadie y si usted quiere saque a su hijo de aquí —ante la voz del hombre retumbando las paredes del pasillo, todos voltearon a mirar solo para encontrarse con el semblante serio de Stefan Vasile.
—¿Cómo se atreve usted? —gritoneo la mujer alterada.
Stefan solo elevo una ceja, al parecer vestirse sin traje y más casual no infundía tanto miedo como esperaba.
—soy el responsable de esa mujer y su hija —Alma miro a Stefan sorprendido quien se acercó con calma.
—¿es el padre de la niña? —la mujer lo miro con desprecio y Stefan solo se quedó allí pasando al lado de la mujer y su hijo solo para agacharse delante de este.
—a ver dime… ¿Por qué te pegaron? —le pregunto haciendo que el niño se abrazara a la pierna de su madre quien le cubrió los oídos con ambas manos.
—¿Cómo se atreve a hacerle preguntas a mi hijo? ¿Quién se cree? —la mujer hablo alto mirando con asco al hombre.
—¿Alma? ¿Stefan? —grito Layla apareciendo por el pasillo, la puerta de la enfermería se abrió dejando ver a una Davida asombrada al ver a sus padres corriendo con preocupación, y a sus tíos en mitad del pasillo.
—ok, ok, creo que todos como adultos debemos ir a la oficina del direc…
—no hace falta —interrumpió Stefan mirando a la profesora con severidad.
Ya sus hombres habían explicado lo que sucedió y estaba conteniéndose para no matar personas, había visto a ambas niñas desde bebés y las había cargado y compartido con ambas, las quería y lo que le hicieron a Tabitha no había sido nada justo.
—se-señor Vasile ¿Qué hace por aquí? —un hombre gordo y calvo llego parándose al lado de la mujer rubia, Stefan solo miro a los padres y el niño.
—¡¡¡Tio!!! —grito Davida corriendo hacia Stefan quien la cargo con rapidez.
La mujer palideció, el hombre no solo era el jefe de su esposo y dueño de la ciudad, era tío de una de las niñas.
—yo… yo… Señor —intento reírse de manera nerviosa queriendo acercarse a Stefan.
—¿estás bien? —Layla se acercó a Stefan tomando a Davida en brazos.
—¿Qué paso? —Davida miro al niño y lo señalo.
—reto a Tabitha y a mí a entrar al bosque, le dijimos que no y nos comenzó a llamar huérfanas junto a los demás —Layla casi se le salen los ojos mirando a su hija y luego a los padres de esta.
—¿Cómo? —Alma se horrorizo ¿Qué clase niños eran esos?
—¡no es cierto! —grito el niño de manera altanera.
—¡si lo es boca apestosa! —el niño se puso rojo de vergüenza ocultándose detrás de su madre. Stefan y Layla intentaron no reírse.
—Dav! —la regaño Layla, no era momento de reírse.
—el miente mami! Le arranco el collar a Tabitha y por eso ella le pego, se fue corriendo al bosque y los niños me agarraron no pude ayudarla, no hasta que llego Kay a salvarnos —Alma miro con horror e ira a la madre y al hizo estaba por agarrar a la mujer por el cabello y arrastrarla por toda la institución cuando Stefan se puso delante de ella.
#249 en Joven Adulto
#3925 en Novela romántica
destino o casualidad, destino romance y amor, mafia amor tragedia
Editado: 20.08.2024